La Unión Europea espera firmar el TLC con Mercosur en dos años

Los cambios políticos en Argentina y Brasil abren una “ventana de oportunidad” para cerrar el acuerdo

El tratado de libre comercio (TLC) entre la Unión Europea y el Mercosur avanza a paso firme y, entre las autoridades comunitarias, ya hay quienes se atreven a poner un plazo para la firma del acuerdo: dos años. En un debate celebrado este viernes en Madrid, funcionarios de la Comisión Europea y eurodiputados han coincidido en señalar que los cambios políticos recientes en Argentina y Brasil han agilizado las conversaciones, aunque han reconocido que quedan detalles por pulir. El mayor obstáculo es — sigue siendo — la resistencia de los productores agrícolas europeos y de los industriales brasileños y argentinos. Los expositores han advertido sobre el riesgo de que el creciente proteccionismo en el viejo continente bloquee las negociaciones, como ocurrió con el TTIP.

El plazo de dos años para cerrar el acuerdo es "muy razonable", ha señalado Lorealla de la Cruz, jefa adjunta de la Unidad para América Latina de la Comisión Europea. La funcionaria ha recordado que en mayo de 2016 los bloques intercambiaron ofertas de bienes, servicios y compras públicas y ha destacado que las primeras evaluaciones de Bruselas han sido positivas. Aunque aún quedan varios aspectos por negociar, "es un primer paso", ha subrayado. La próxima reunión de la delegación para el Mercosur del Parlamento Europeo será el jueves 13 de octubre, en la capital belga.

La agenda política europea de 2017 estará marcada por dos elecciones: las federales de Alemania y las presidenciales de Francia. Pablo Zalba, eurodiputado del Grupo Popular Europeo, considera que el contexto electoral puede entorpecer las negociaciones, en especial por la resistencia que genera en ciertos sectores de Francia el TLC con el bloque sudamericano. "Lo mejor que puede pasar es que en la campaña francesa no se hable del Mercosur", ha asegurado Zalba, que cree que 2018 será un escenario más favorable para cerrar el acuerdo.

Un agujero negro en Latinoamérica

"La ausencia de un acuerdo con el Mercosur es una anomalía política y comercial. Es un agujero negro en Latinoamérica", ha afirmado el eurodiputado socialista Ramón Jaúregui, que ha puesto de relieve que la UE tiene acuerdos con Chile, México, Colombia y Perú, y que está negociando otro con Ecuador. El legislador ha señalado que existen "riesgos" de que Europa pierda influencia en América Latina por el acercamiento de EE UU a los países de la región, tras el giro político en la relación con Cuba, y por la creciente influencia comercial y financiera de China.

La misma amenaza preocupa Eduardo Montes, que ha disertado en representación de la patronal española CEOE. "Si no lo hacemos nosotros lo hará otro", ha enfatizado Montes acerca del TLC. "El Mercosur tiene una importancia estratégica para el empresario español, la internacionalización de las empresas españolas empezó en esta zona", ha enfatizado Montes. 

En teoría, el acuerdo le conviene a ambas partes. Pero genera resistencias. La idea es simple: son dos bloques complementarios, América Latina vende materias primas y Europa manufacturas. "Lo que parece una ventaja comparativa es un inconveniente tremendo", ha criticado Alfonso Díez Torres, vocal de la secretaría de Cooperación Internacional de España y exembajador en Argentina. "Hay algo que no siempre entienden bien los europeos respecto a Brasil y a Argentina. Estos países quieren comerciar, pero no reprimarizar sus economías", ha razonado el funcionario. Díez Torres considera que Europa es el socio más adecuado para hacer una "industrialización moderna" en el Mercosur y evitar el riesgo de primarización que, según el exembajador, implica la relación con China. 

Resistencias proteccionistas

"Entre París y Buenos Aires será necesario bailar tango para llegar a un acuerdo", ha ironizado Díez Torres. El funcionario ha recordado que durante los años del kirchnerismo Argentina era apuntada a ambos lados del Atlántico como el responsable del bloqueo de las negociaciones. La situación ha cambiado con la llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada en diciembre de 2015, y ahora se evidencian las objeciones de los agricultores y ganaderos de Francia, ha opinado el exembajador.

A esta altura, los mayores obstáculos del lado europeo son las vacas francesas. El sector bovino es "sensible" a este acuerdo, ha reconocido De la Cruz. "Hay sectores que pueden verse perjudicados, pero eso no puede frenar un acuerdo", ha replicado Montes. El debate en torno al proteccionismo estuvo presente durante toda la jornada que se desarrolló en la Casa de América. Jaúregui ha reconocido que "Europa está perdiendo la batalla" ideológica contra quienes se oponen a los acuerdos de libre comercio en Europa.

El nuevo gobierno en Argentina le ha imprimido un impulso adicional a las negociaciones del TLC, pero la clave del desbloqueo fue el cambio de posición de la patronal industrial paulista, ha asegurado el portugués Francisco de Assis, presidente de la delegación para el Mercosur del Parlamento Europeo. La Federación de Industrias del Estado de San Pablo (FIESP) abandonó en 2012 la postura crítica y pasó a apoyar el acuerdo. "Han comprendido que tienen que integrarse en las cadenas globales de producción", ha asegurado el eurodiputado. El giro del lobby empresarial llevó a la entonces presidenta Dilma Rousseff a presionar a su par argentino, Cristina Fernández de Kirchner. "Kirchner cambió, sin convicción, pero lo hizo", ha sostenido. En 2013 los dos bloques se comprometieron a intercambiar las ofertas de bienes y servicios, que concretaron en mayo de este año.

Assis ha matizado el optimismo del resto de los participantes del debate. El diputado ha aclarado que ve un escenario de confrontación política en Brasil, tras la polémica destitución de Rousseff, y de conflictividad social en Argentina, lo que puede ser una dificultad adicional para los plantes de integración comercial. "Soy optimista con los gobiernos, pero pesimista con la situación", ha concluido.

 

 

 

Tema de investigación: 
Integración y comercio