La crisis económica global se ha alargado y profundizado, lejos de resolverse, los políticos aplican políticas con el objetivo de gestionarla sin reparar en sus verdaderas causas.
La Unión Europea es sin duda, un proyecto político ambicioso que desde su origen, ha enarbolado los ideales de toda sociedad abierta. Sin embargo, las políticas económicas de austeridad que se proponen para resolver la crisis sólo la profundizan y despiertan desconfianzas entre sus miembros.
El Bundesbak aboga a favor de este tipo de políticas porque su objetivo principal es el control de la inflación, traumática experiencia para los germanos; de ahí que se insista en mantener la disciplina o superávit fiscal como garantía de solvencia para los deudores. Con todo, el presente de muestra que, lejos de revertir el endeudamiento, la austeridad lo ha incrementado, pues no genera condiciones de crecimiento.
El proyecto de la Euro Zona se inscribe dentro de un modelo centro-periferia, en donde el país mejor librado ha sido Alemania. Asimismo, los miembros que la integran se han dividido en dos clases de Estados: deudores y acreedores. Este modelo ha operado a favor de los acreedores (bancos) y puesto al borde del colapso la estabilidad de la Unión.
Es necesario ir mucho más allá de la compra de los bonos de deuda de los países en problemas - por el Banco Central Europeo. Dos acciones fundamentales en el corto plazo serían: 1) activar el Fondo de Reducción de la Deuda y 2) dejar de aplicar políticas de austeridad que orillan a la actividad económica a una mayor depresión. Es necesario replantear el proyecto europeo.
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