Una vez efectuado el QE3 (Quantitative Easing 3), numerosas voces - en especial del Partido Republicano - se han pronunciado en contra de la institución dirigida por Ben Shalom Bernanke. La población se muestra escéptica en torno a la efectividad de la misma por el apoyo - sin restricción - prestado a los grandes bancos (Too big to fail) durante la crisis financiera de 2008. Con todo, de acuerdo con Simon Johnson, la Fed tiene la oportunidad histórica de redefinir su papel y recobrar su legitimidad.
Creada en 1913, tanto las funciones como el mandato de la Fed fueron otorgados por el Congreso de Estados Unidos. De acuerdo con la sección 2ª de la Federal Reserve Act:
La Junta de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal y el Comité Federal de Mercado Abierto deberán mantener en el largo plazo el crecimiento del crédito junto con la evolución de la economía para incrementar la producción, para lograr de manera efectiva las metas de empleo, estabilidad de precios y mantener en el mediano plazo tasas de interés en un nivel moderado.
A la fecha, estos objetivos no han sido alcanzados exitosamente por Bernanke. De ahí la desaprobación hacia su gestión. Sin embargo, podría revertirse la situación: imponiendo mayores requerimientos de capital a los bancos más grandes de Estados Unidos. Hecho que sería celebrado tanto por sectores de izquierda como de derecha. Así, el sistema financiero sería más seguro y más resistente frente a los shocks en los mercados financieros internacionales, y además, se disminuiría el grado de apoyo que la Fed ha venido prestando en los últimos años al sistema bancario.
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