El Fondo Monetario Internacional reconoció que cometió importantes errores en los últimos tres años en el manejo del rescate de Grecia, la primera chispa de una crisis que se propagó a toda Europa.
En un documento interno clasificado como "estrictamente confidencial", el FMI afirmó que subestimó considerablemente los daños que sus recomendaciones de austeridad producirían en la economía griega, que ha estado sumida en la recesión por seis años.
El FMI admitió que no acató sus propias reglas al hacer ver que la creciente deuda de Grecia parecía sostenible y que, viéndolo en retrospectiva, el país no cumplió tres de los cuatro criterios del organismo para poder recibir ayuda.
Sin embargo, el organismo recalcó que la reacción a la crisis, coordinada con la Unión Europea, sirvió para ganar tiempo para limitar los efectos para el resto de la zona euro.
El FMI, con sede en Washington, divulgó el documento el miércoles por la tarde después de que su contenido fuera informado por The Wall Street Journal.
En el transcurso de los últimos tres años, varios altos directivos del FMI, incluida la actual directora gerente, Christine Lagarde, dijeron reiteradamente en público que la deuda del país era "sostenible", y que se saldaría por completo en el tiempo previsto.
El documento, sin embargo, califica las incertidumbres en torno al rescate de Grecia de "tan considerables que su personal no podía garantizar que la deuda pública fuera sostenible con una alta probabilidad".
Dos ex funcionarios del FMI dijeron que el consejero general, Sean Hagan, advirtió en repetidas ocasiones a mediados de 2010 que el programa de rescate griego bordeaba el incumplimiento de las normas del organismo.
"Lo que sucedió en ese momento, y es mucho más fácil en retrospectiva, es que no todos los criterios de acceso excepcional como estaban definidos entonces se cumplieron", afirmó Lagarde en una entrevista la semana pasada. "Y sin embargo había una necesidad apremiante al momento del respaldo", agregó. Si el FMI no hubiera modificado sus reglas, "probablemente habría significado un apoyo nulo del FMI".
Largarde dijo que el informe "probablemente nos llevará a reevaluar las excepciones a los criterios de acceso excepcional (a fondos)" y "ciertamente nos llevará a calibrar lo bien que trabajamos con los arreglos regionales de financiación". El FMI también tratará de hacer que sus evaluaciones de deuda sean más rigurosas, añadió.
El informe del FMI reconoce que fue demasiado optimista en 2010 sobre las perspectivas presentadas por el gobierno griego, que hablaban de un regreso a la financiación del mercado y de su capacidad política de implementar las condiciones de su programa de rescate.El Ministerio de Finanzas de Grecia y la Comisión Europea no hicieron declaraciones.
El documento es el más destacado de una serie de estudios que realizó el FMI en los últimos meses para evaluar la participación de la institución en la crisis de la zona euro.
La gran beneficiada del rescate de 2010 no fue tanto Grecia como la zona euro, sugiere el informe. Calificó el rescate como una "operación de contención" que "le dio a la zona del euro tiempo para construir un cortafuegos para proteger a otros miembros vulnerables y evitó posibles graves efectos para la economía global".
En 2010, el FMI unió fuerzas con la Comisión Europea y el Banco Central Europeo, formando la llamada troika, para concederle a Grecia el primer rescate de 110.000 millones de euros (US$143.000 millones), una de las ayudas más grandes de la historia.
La troika se encargó también del segundo rescate del país, que se produjo en 2012. Más allá de Grecia, las tres instituciones han manejado las ayudas a Irlanda, Portugal y Chipre.
Pese a que el FMI ha ido reduciendo el monto de sus ayudas financieras a las economías de la zona euro, ha otorgado un total de US$47.000 millones a Grecia, el mayor préstamo que ha emitido el organismo en relación al tamaño de la economía de un país.
El FMI criticó el retraso a la hora de reestructurar la enorme deuda griega, que se produjo en mayo de 2012. No obstante, reconoce que reducirla antes de esa fecha fue "políticamente difícil" por la oposición de algunos países del bloque económico, cuyos bancos tenían demasiada deuda soberana griega. Una reestructuración inmediata habría sido menos costosa para los contribuyentes europeos, ya que los acreedores del sector privado fueron pagados por completo durante dos años antes de 2012, con dinero que Atenas tomó prestado. Por lo tanto, el nivel de deuda de Grecia no varió, pero ahora los acreedores eran el FMI y los contribuyentes de la zona euro en lugar de los bancos y los fondos de cobertura.
El FMI también afirmó que su análisis del futuro desarrollo de la deuda se equivocó "por un gran margen" ya que el estudio que hizo de la sostenibilidad de la deuda "incluyó pruebas de solvencia, pero estas pruebas demostraron ser laxas comparadas con los resultados reales".
En las negociaciones de la próxima semana, Grecia solicitará permiso para ciertos impuestos al valor agregado, argumentando que un alza de gravámenes a los restaurantes, por ejemplo, ha generado menos ingresos al restringir el gasto.
A la inversa, una reducción de la tasa tributaria para los restaurantes, sostiene el gobierno, podría impulsar los ingresos al atraer más clientes. Por ahora, sin embargo, las autoridades de la Comisión Europea no ven con buenos ojos la idea.
En el informe, el FMI también advirtió que los acreedores europeos de Grecia podrían tener que considerar acelerar el alivio de deuda del país.
Las autoridades de la zona euro se han comprometido a reducir el valor de la deuda griega si Atenas cumple con sus promesas de más recortes presupuestarios, mayores ingresos y una reestructuración de la atribulada economía del país. La meta del programa es reducir la deuda griega a 124% del Producto Interno Bruto para 2020 y "sustancialmente por debajo de" 110% para 2022, desde un máximo de 175% este año.
Sin embargo, el FMI señala que si las dudas sobre la capacidad de Grecia de pagar sus obligaciones afectan la confianza de los inversionistas, sería necesario un alivio más rápido de la deuda.