Las relaciones económicas entre América Latina y China han cambiado después de la crisis financiera estadounidense de 2008. El reporte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) señala que los flujos comerciales entre las dos regiones ha aumentado en el período post-crisis.
Sin embargo, la tendencia principal que cambió es que el comercio entre América Latina y China ya no está dominado por las importaciones de China provenientes de América Latina, sino que ha adquirido un mayor peso las importaciones de la región provenientes de China. Por otro lado, la inversión china en los países latinoamericanos ha aumentado en los últimos años posteriores a la crisis. No obstante, la mayor parte de la inversión está destinada hacia actividades productivas extractivistas como la minería, agricultura. De esta manera, la posición de la región se ha mantenido desapareciendo la expectativa de que el acercamiento de la relación económica con China ayudaría a apoyar el desarrollo de la región.