La incertidumbre interna, generada por la caída de la plataforma exportadora de petróleo y por la volatilidad de los mercados cambiarios globales, el persistente deterioro del clima de negocios y la baja confianza de los consumidores, ha marcado el primer semestre de la economía mexicana. El PIB aumentó 0.5% en el segundo trimestre del 2015, las actividades primarias disminuyeron -1.6%, en tanto las secundarias no tuvieron variación frente al trimestre anterior y finalmente las terciarias aumentaron en 0.9%.
En el mercado interno, el ascenso del empleo formal ha sido algo alentador, la inflación general se ha mantenido baja en 2.7% (junio 2015) y la depreciación cambiaria estable; mientras que los indicadores petroleros nacionales, afectados por el mercado internacional de energéticos, han tenido un impacto desfavorable en la cuenta corriente. En general, los obstáculos de crecimiento económico de corto plazo siguen siendo de orden externo e interno.