En momentos en que la existencia del euro está en duda y su cotización va en picada, la política en la unión europea presenta cuestiones inimaginables, los gobiernos socialdemócratas de España, Grecia y Portugal aplican las políticas que ayer condenaban, y los conservadores de Francia y Alemania son obligados a hacer lo jamás pensado, ser solidarios y cooperar con los países en riesgo con dinero de los contribuyentes.
En Alemania el partido de la canciller Angela Merkel se ha visto obligada a negociar una serie de acuerdos con los partidos de izquierda para aprobar el rescate, entre las cuales se encuentran impuestos a transacciones financieras y a las ganancias de los bancos.
Ahora se espera ver que tan buena respuesta tienen estas medidas en el resto de la unión y sobre todo, la postura de los mayores centros financieros del mundo, Inglaterra y Estados Unidos.