Octubre

Las relaciones entre China y ALyC en la actual coyuntura económica mundial

La crisis económica mundial ha alcanzado a países tanto desarrollados como en desarrollo. China no es la excepción. Las implicaciones de la desaceleración económica china guardan estrecha relación con el ciclo económico de América Latina y el Caribe (ALyC) y plantean retos para la región que deben ser abordados a la brevedad para librar los impactos negativos de la crisis.

Una vez que en 2009 el gobierno chino aplicó un plan de reactivación económica, la tasa de crecimiento se mantuvo de forma vigorosa y la demanda de exportaciones provenientes de ALyC se mantuvo al alza, situación que permitió que la región atenuara los impactos de la crisis.

A partir de la segunda mitad de la primera década del siglo XXI la relación económica entre China y ALyC se ha estrechado. Si bien es importante resaltar diferencias a nivel subregional (Norteamérica, Centroamérica y Sudamérica) en la relación con el país asiático, no hay duda que los flujos comerciales de éste con la región han venido guardando en los últimos años una mayor proporción.

En la actual coyuntura económica mundial, se observa un cambio sustancial en el modelo de crecimiento de China: pasa de uno liderado por la inversión y las exportaciones hacia uno con énfasis en el mercado interno. De ahí que la desaceleración actual de la economía asiática haya puesto de manifiesto la insostenibilidad de que ALyC siga manteniendo un patrón primario-exportador con China.

La mayor parte de las inversiones chinas no han ido hacia ALyC, sino a la mayoría de los países desarrollados y a la propia región asiática. La región latinoamericana ha sido relevante en términos de suministro energético y de materias primas y como receptora de inversión (sic) en paraísos fiscales como las Islas Caimán o las Islas Vírgenes Británicas. No hay encadenamientos productivos globales con Asia.

ALyC carece de una visión de largo plazo para proyectar su relación con Asia en general y con China en particular. En cambio, ésta última publicó un documento en 2008 en donde logró delimitar sus intereses en la región, mientras que ALyC sigue sin lograr articular una agenda de conjunto que permita establecer lazos de cooperación más estrechos que pongan en el centro el desarrollo regional.

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Grecia-Alemania: ¿Quién debe a quién? La anulación de la deuda alemana en Londres de 1953 (I)

La reactivación de la economía alemana después de la segunda posguerra estuvo relacionada con la voluntad política de las grandes potencias en reestructurar su deuda: Londres, febrero de 1953. Hecho fundamental olvidado en la actualidad por las autoridades de la Troika y traído a colación por Alexis Tsipras en su visita más reciente visita al Parlamento Europeo.

El alivio de la deuda de la República Federal Alemana (RFA) fue posible gracias a que se perseguían los siguientes objetivos: 1) un reembolso adecuado manteniendo un alto nivel de crecimiento, 2) restaurar la solvencia mejorando los niveles de vida de la población y 3) negociación justa teniendo en cuenta los problemas económicos de Alemania.

La deuda reclamada a Alemania previa a la guerra era de 22,600 millones de marcos - incluyendo intereses. La deuda después de la guerra se llegó a estimar en 16,200 millones de marcos. Gracias a un acuerdo alcanzado en Londres el 27 de febrero de 1953 estos montos lograron reducirse a 7,500 y 7,000 millones de marcos respectivamente: una reducción del 62.6%.

Se permitió que Alemania reembolsara su deuda en moneda nacional, que redujera su nivel de importaciones mientras acreedores reducían su nivel de exportaciones, además de autorizársele vender sus productos en el extranjero con el objetivo de conseguir una balanza comercial positiva. Es decir, se tuvo en cuenta la capacidad de pago alemana en función de poder cubrir sus deudas a partir del estado de su balanza de pagos actual.

Los principales problemas a los que había que hacer frente eran: 1) la futura capacidad productiva, 2) posibilidad de vender mercancías alemanas en el exterior, 3) las condiciones futuras del comercio mundial y 4) las medidas fiscales y económicas endógenas para asegurar un superávit exportador.

El servicio de la deuda correspondiente tomaba en cuenta los adelantos en la reconstrucción del país y los ingresos por exportación: la relación entre el servicio de la deuda e ingresos por exportación no debía superar el 5%. Además de una reducción de la tasa de interés, que osciló entre el 0 y el 5%.

Nada más alejado de la realidad que aqueja hoy en día a los países de la periferia europea, en especial a Grecia. Cierto es que las condiciones que permitieron otorgar ciertas concesiones a la economía alemana  en la segunda posguerra guardan su especificidad histórica. Sin embargo, la experiencia cobra vigencia en esta crisis y es sólo la movilización social la que podrá reformularla en los tiempos actuales: suspensión del reembolso de la deuda, abrogación de las medidas antisociales y una auditoría ciudadana que permita eliminar la deuda ilegítima.

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Revise también la parte II de la serie: Grecia-Alemania: ¿Quién debe a quién? Los acreedores protegidos y el pueblo griego sacrificado (II)

Estudio económico de ALyC: las políticas ante las adversidades de la economía internacional

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La crisis económica mundial ya ha alcanzado a los países que integran América Latina y el Caribe (ALyC), la CEPAL proyecta una tasa de crecimiento para la región de 3.2% durante 2012 en su conjunto. La evolución de las economías latinoamericanas seguirá dependiendo, en buena medida, del ciclo económico de los países desarrollados, tanto de Estados Unidos como de la Unión Europea - en particular de la zona del euro -, así como del grado que presente la desaceleración de la economía china.

Los impactos de la crisis en la región se han dado principalmente por medio del comercio exterior - disminución de las exportaciones latinoamericanas -, así como por la disminución de las remesas provenientes de Europa - Colombia y Ecuador representan casos de especial atención. Además, se observa una paulatina apreciación de las divisas producto de la aversión al riesgo financiero que priva en Europa y a la débil recuperación de la economía estadunidense.

Con todo, dada la disminución de la deuda pública de la mayoría de las economías de la región en los últimos años, se pronostica que por medio de la política fiscal y eventualmente, por medio de una mayor laxitud de la política monetaria, se podrán enfrentar de manera exitosa las adversidades de la crisis tales como la creciente disminución del precio de las materias primas y la
reducción de los flujos comerciales extrarregionales.

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Grecia-Alemania: ¿Quién debe a quién? Los acreedores protegidos y el pueblo griego sacrificado (II)

En numerosos medios de comunicación europeos se publicita la "ayuda" que Grecia ha recibido en los últimos meses, llegando incluso a señalar que el monto está muy por encima de lo que recibió Alemania al terminar la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, a la fecha Alemania no ha pagado su deuda pendiente con Grecia por la ocupación ocurrida entre 1941 y 1944: únicamente ha cubierto 1.67% del total.

Pasando al panorama actual, la "ayuda prestada" desde 2010 a Grecia ha servido para llenar las arcas de los bancos privados, que aumentaron sustancialmente sus préstamos hacia la periferia europea desde inicios de la década del 2000. Una vez que Grecia se adhirió a la Zona Euro aceleró el proceso de financiarización con una mayor entrada de capitales de corto plazo e incrementando la deuda tanto de las familias, como de las empresas.

Previo a la crisis financiera que tuvo lugar en Estados Unidos hace cinco años, numerosos bancos centrales pusieron a disposición de la banca una enorme liquidez que alentó aún más la otorgación de crédito barato: entre diciembre de 2005 y marzo de 2007 el volumen de préstamos aumentó en 50%; mientras la crisis hipotecaria ya causaba estragos en Estados Unidos, entre junio de 2007 y el verano de 2008 los préstamos se incrementaron otro 33%. Así, los bancos privados del Oeste europeo utilizaron el dinero prestado por los bancos centrales a bajísimas tasas de interés para endeudar a países como Grecia.

Una vez desatada la crisis de la Zona Euro en 2010, el paquete de "rescates" no ha logrado reactivar la dinámica económica, sino retornado a los bancos privados - principalmente franceses y alemanes - en calidad de reembolso de los títulos griegos que estos bancos compraron de forma masiva hasta fines de 2009, además de ir a las arcas del FMI, el BCE y el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF). De ahí que la agudización de la crisis ha puesto en evidencia una enorme transferencia de recursos desde el Sur hasta el Norte europeo, incluyendo un proceso de privatización de activos públicos y el adelgazamiento del Estado de Bienestar.

A diferencia de la reestructuración de la deuda alemana en Londres en 1953, en la actualidad los acreedores exigen  que 1) la periferia europea pague su deuda en euros - divisa que no pueden emitir los bancos centrales nacionales -, 2) desarrolle políticas económicas de austeridad que no logran dinamizar el mercado interno ni fortalecer el sector exportador y 3) realice un extenso programa de privatización para mermar el sector industrial y confiscar la infraestructura y patrimonio nacionales.

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Revise también la parte I de la serie: Grecia-Alemania: ¿Quién debe a quién? La anulación de la deuda alemana en Londres de 1953 (I)

Perspectivas de la economía mundial (Octubre, 2012)

La actualización de octubre de las Perspectivas de la economía mundial del FMI apunta a la baja: el crecimiento económico para 2013 será de 1.5% para las economías avanzadas y de 5.6% para las economías emergentes - anteriormente se estima en 2 y 6% respectivamente. Persiste la incertidumbre en los mercados financieros internacionales por la crisis de la Zona Euro, mientras las economías emergentes empiezan a enviar señales de desaceleración, situación que no hace sino dificultar aún más la recuperación económica mundial.

De acuerdo con el reporte, las principales fuerzas que empujan hacia abajo el crecimiento son: a) la consolidación fiscal y un sistema financiero aún débil, b) el la debilidad persistente del sistema bancario, c) las condiciones de crédito muy restrictivas y d) un sentimiento general de incertidumbre. En sentido inverso, se estima que la principal fuerza que podría empujar de nuevo el crecimiento es una política monetaria laxa e incidir en los altos niveles de desocupación.

El principal foco de la crisis está en la Zona Euro: el declive de la actividad económica en los países de la periferia europea ha acentuado la recesión del Viejo Continente e impacta al resto mundo por medio de la disminución de los flujos del comercio internacional y el debilitamiento del envío de remesas.

Asimismo, se sugiere que el cambio de panorama económico dependerá de dos factores: 1) la resolución de la crisis en la Zona Euro junto con los avances de la articulación de una unión bancaria e integración fiscal y 2) sacar a flote las negociaciones en el Congreso de Estados Unidos respecto al tema del tope de la deuda y el aumento de impuestos - y recorte del gasto - para el inicio del año entrante - el denominado "precipicio fiscal".

En el corto plazo, la política económica debiera estar enfocada a descartar escenarios de riesgos extremos así como la adopción de planes concretos para reducir el nivel de deuda pública. Para el mediano plazo, se espera la aplicación de políticas monetarias acomodaticias, una política fiscal prudente - y realista - así como la implementación de reformas estructurales que permitan aumentar los niveles de competitividad a nivel internacional y consolidar el proceso de recuperación.

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El problema con el desempleo estructural en Estados Unidos

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El tema del desempleo estructural está actualmente en debate en Estados Unidos, sin embargo, caracterizándolo como la situación en la que la oferta de ciertos puestos de trabaja entra en déficit con el alza de la demanda de las empresas por este tipo de empleo, el Center for Economic and Policy Researh encuentra que ésta situación no se da en la actualidad.

Se observa por un lado un notable incremento de la tasa de desempleo tanto del calificado como del no calificado. En el caso del desempleo calificado - referente a los graduados -, se observa que en comparación con el año 2000, la tasa ha pasado de menos del 2% al 4.1%, constituyendo un incremento de más del 250%.

Asimismo, los salarios en este sector del mercado laboral se han mantenido estancados desde el año 2000, si bien experimentaron un alza ligera de 2004  2007, si bien después de haberse mantenido estables y algo a la baja de 2000 a 2004.

En cuanto a los sectores de la manufactura y la construcción se observa que el desempleo se ha mantenido estable desde 2010, y han venido cerrando la brecha con respecto al total, si bien esta brecha es todavía superior con respecto a los niveles previos a la crisis.

Finalmente, el autor sentencia que en lugar de prestar atención al nivel de calificación de la fuerza de trabajo debe favorecerse la reactivación de la actividad económica vía incremento de la demanda - confía en el éxito de las últimas acciones llevadas a cabo por la Fed -, única salida posible para la recuperación del empleo en Estados Unidos.

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