El presente trabajo fue elaborado por alumnos de la Facultad de Economía para la materia de Finanzas Internacionales. Contiene una descripción de la compañía en sí, un recorrido sobre su expansión, para pasar al análisis de su situación financiera, y se finaliza con una explicación sobre su importancia actual.
JP Morgan es el banco comercial más grande de Estados Unidos, con activos con valor de 2.43 billones de dólares, y una presencia internacional preponderante, pues tiene 43 instituciones multilaterales en cinco continentes y 130 mil empresas en 70 países , lo hacen tener una influencia consolidad en los ciclos económicos, tanto de Estados Unidos como del mundo.
La compañía está dividida en tres para su participación accionaria, las cuales son JPMorgan Overseas Capital Corporation con el 89.9%, JPMorgan International Finance Limited con el 10%, y tres accionistas con menos de 1%. Entre sus actividades se encuentran la gestión de activos, banca de inversión, banca privada ,banca comercial, servicios de tesorería y valores. Entre sus clientes se encuentran corporaciones trasnacionales, gobiernos, inversionistas institucionales pero también individuales. Cada una de estas actividades se encuentra descrita en el trabajo.
Su expansión territorial han aumentado su demanda. Actualmente la compañía tiene entre sus objetivos llegar al territorio asiático, dado su desarrollo en los últimos años que lo vuelven una oportunidad alternativa.
Los activos totales de JP Morgan han aumentado de 1562 en 2007, a 2438 para 2013; y tan sólo en 2012, su utilidad neta fue de 21.3 mil millones de dólares. A pesar de la burbuja hipotecaria en el año 2008, el sector bancario fue beneficiario del rescate financiero del siguiente año, que como resultado tuvo que JP Morgan resintiera poco la crisis, e inclusive ha podido mantener en crecimiento sus activos.
Al estar JP Morgan en tantos países le permitió recuperarse de su brevísima caída en el periodo 2007-2008, pues las acciones se recuperaron por las economías emergentes y los países asiáticos, además de la confianza del mercado. No sólo las crisis a nivel mundial pueden afectar a una compañía así, también verse envuelta en casos de corrupción o problemas legales locales, pueden fomentar la desconfianza.
JP Morgan ha mantenido niveles de liquidez que le permite llevar a cabo sus actividades sin pormenores. Su actividad interjurisdiccional, tamaño, interconexión, infraestructura financiera y complejidad son los requisitos que la convención de Basilea III le imponen a los bancos de importancia sistémica internacional, los cuales JP Morgan cumple con creces. Tan sólo sus actividades en Australia, Brasil, Canadá, Suiza y China superan el PIB de Estados Unidos casi veinte veces.
La complejidad de la compañía radica en que ejerce actividades financieras y productivas, siendo el sector energético notable entre estas últimas.
Editorial
El anuncio de David Cameron de convocar a un Referéndum sobre la permanencia del RU en la UE antes de 2018 hace más que manifiesta la inconformidad que existe entre Londres y Bruselas por el impulso que el Consejo Económico y Financiero de la UE otorgó a un impuesto sobre las transacciones financieras, que pretende generar ingresos extra y desincentivar la especulación. La postura Británica está ligada al efecto negativo que pueda tener este Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF) en la City.
James Tobin -Nobel de 1981- sostenía que las transacciones monetarias especulativas eran nocivas a la economía mundial; ergo, proponía cobrar un impuesto cada vez que se realizaran operaciones cambiarias. Ahora no sólo se propone gravar operaciones monetarias sino transacciones financieras de todo tipo: derivados, swaps, operaciones spot y futuros en todos los mercados cambiarios, de capitales, de valores y de commodities.
Sólo resta que la Comisión Europea (CE) elabore la propuesta legislativa final. Sólo han sido once los países que decidieron crear el ITF; España, Grecia, Portugal, Italia, Francia, Alemania, Austria, Bélgica, Eslovenia, Estonia y Eslovaquia. La iniciativa consta de un gravamen de 0.1% a la compraventa de bonos o acciones y otro de 0.01% para la compraventa de productos derivados -quedando exentas de estos impuestos las operaciones efectuadas en el mercado primario y las realizadas por los organismos gubernamentales-. El impuesto se aplicará en toda entidad financiera dentro de los países participantes, sea que posean capital nacional o extranjero. Igualmente en toda institución cuyo capital inicial corresponda a uno de los países participantes en el impuesto aun cuando la transacción sea efectuada fuera de los países miembros. El destino de las tributaciones es incierto, puede ser al BCE o las haciendas de cada país.
Por otro lado la mayor parte de las prácticas especulativas se realizan en Londres y Nueva York, restándole relevancia global al ejercicio impositivo; empero, es una ganancia el hecho de que las no pocas transacciones, de estos once países, realizadas en LDN y NY serán tasadas y esa tributación se canalizará hacia la UE Tobin. Los países participantes del impuesto podrían ver una fuga de capitales; es una purga a los aparatos financieros de las prácticas socialmente inútiles. Otra consideración es que no se distingue entre inversionista y especulador. Pero los epítetos aciagos a la Tasa Tobin no excluyen los laudatorios: "la tasa espera recaudar 20 mil millones de euros anuales"[1]; sienta un precedente hacia una importante y necesaria unificación fiscal europea, ya que las naciones participantes representan dos terceras partes del PIB de la UE; con el ITF se desincentiva las transacciones a microplazos eliminando a agentes nocivos, con lo cual se hubiera podido evitar la actual crisis; se tendría, pues, una estructura financiera mucho menos proclive a crisis, a ataques especulativos cambiarios y con un sano funcionamiento, se encausarían los recursos financieros de manera más eficiente.
Un aspecto importante en la lectura de este impuesto es el hecho de que se está creando conciencia de las malas prácticas financieras; bien es cierto que LDN y NY están lejos de aceptar la idea, pero el precedente está hecho. Vivimos en un mundo donde "el volumen de operaciones financieras ha pasado de ser 25 veces el PIB mundial a mediados de los noventa, a representar en 2012 70 veces la riqueza del planeta" [2] .
Londres -desde 1809 grava con la Stamp Duty Reserv Tax el 0.5% la compraventa de acciones- se ha opuesto con rotundidad a la implementación del impuesto. Los conservadores y la City han impelido que Cameron pronuncie un discurso para poner en tela de juicio la permanencia del RU en la UE. ¿Por qué el referéndum no es sino hasta antes de 2018? Cinco años son el tiempo en que Cameron negociará que las políticas de la UE tomen un tono más bretón que germánico. La tasa Tobin deslocalizaría a La City como centro financiero mundial -cosa impensable- ya que es el motor de la economía británica y provocaría una salida de capitales que cimbraría las reservas internacionales del RU. Así que ante un jaque a su reina, Cameron respondió con una amenaza de salir de la UE. La apuesta es casi en el vacío, se puede entre ver que en ese lapso de cinco años, Cameron espera que las condiciones económicas en Europa hayan mejorado y así la permanencia luzca más atractiva que la separación; con este poco probable embauco, Cameron suma a su bolsillo al ala más euroescéptica y se reviste de poder de cara a las próximas elecciones. También se espera ver la evolución del ITF y su recepción en el ámbito de las políticas económicas mundiales; si es recibido de buena manera y se le augura una ampliación global, no habría porque separarse de la UE; pero si Nueva York se muestra reacia al ITF, entonces Londres se vería tentado a salir de la UE y convertirse en un polo, más grande de lo que ya es, de especulaciones financieras.
*Texto redactado con colaboración de Luis David Ramírez Benítez, miembro del proyecto OBELA, Universidad Nacional Autónoma de México: Instituto de Investigaciones Económicas.
[1] http://www.unionjalisco.mx/articulo/2013/01/22/economia/ue-autoriza-impu...
[2] http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/01/31/actualidad/1328040836_519...
Chipre se ha convertido en otro país más de la lista de los rescatados por la Troika quien le ha concedido un préstamo de 10 mil millones de euros (mme) a una tasa del 2.5% anual1 con un plazo de 22 años y tendrá hasta el 2018 para reestructurar la totalidad de su economía, lo que significa la privatización de casi la totalidad de sus empresas públicas. La primera noticia del ajuste es que el PIB se caerá 8.5% en el 2013
Es importante mencionar que haciendo un cálculo a partir de lo anterior se obtiene que el total del capital a pagar por parte de Chipre será de 17.2 mme esto representa más que su PIB que fue de 14.8 mme en el 2012.2.
Otra de las exigencias, según el ministro de finanzas de Chipre, Mijails Sarris, es que los depósitos mayores a los 100 mil euros en el Banco de Chipre (es el mayor banco del país) tendrán una quita del 37.5% y habrá una quita adicional del 22.5% por si el banco necesitará más dinero para su rescate.
Es decir, los depositantes extranjeros que depositan en Chipre sus ahorros para no pagar impuestos en su país de origen, porque es un paraíso fiscal y financiero, van a perder hasta el 60% de sus depósitos. Entonces dado lo anterior, el próximo rescate bancario en la City de Londres debería de tener estas mismas condiciones al igual que en Lichstentein o Luxemburgo, o las Bahamas o Estados Unidos (edge act).
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El presente trabajo trata sobre los retos y posibilidades de la inclusión al Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) a Argentina, Brasil, Chile, México y Paraguay. Los fondos regionales fortalecen la arquitectura financiera internacional, que son una línea de defensa para la estabilidad financiera y de los efectos de shocks externos. No sólo eso, sino también pueden ser productivo e interactuar con otras instituciones y redes financieras; además los países puede cubrir con los fondos su escasez de liquidez si tienen dificultades en la Balanza de Pagos.
El FLAR sin embargo, debe diseñarse para objetivos específicos, para cubrir las necesidades más comunes de sus países miembros y no para un caso de emergencia de alguno, o si se diera, en todos simultáneamente.
Se analizan las Balanzas de Pagos de los posibles países miembros y la posibilidad de que todos presenten problemas al mismo tiempo. Es decir, que no sean sistémicos. Para ello, se calcula el coeficiente de relación simple entre variables como los términos de intercambio, las variaciones en el stock de reservas internacionales y los flujos netos de capitales. Se tiene que revisar si la correlación es positiva, en qué grado y entre qué países, pues el FLAR se dividiría en economías de países grandes o medianos, como Brasil, Argentina, Colombia, Venezuela, Perú, Chile y México, y por otro lado los países pequeños como Costa Rica, Ecuador, Bolivia, Uruguay y Paraguay.
Los resultados demostraron que los países que exportaban el mismo producto tendían a tener una correlación positiva, pero la correlación de países pequeños con grandes era baja. Asimismo, se demostró que en las crisis financieras y económicas que han afectado a uno o a todos los países del Fondo, fueron los países pequeños los que simultáneamente necesitaron del Fondo y en ningún caso lo solicitaron todos.
También se analiza la posible dimensión que deba tener el proyecto de FLAR ampliado. Dado que la mediana en necesidades de financiamiento de los países miembros y potenciales miembros es de 36100 millones de dólares, el FLAR debería tener un capital pagado de 9 o diez mil millones de dólares. No obstante se debe decidir si permanecer con la regla de aporte que ya existe en el FLAR, o bien, utilizar los mismos criterios que el Fondo Monetario Internacional aplicados en la proporción que tiene el Fondo Latinoamericano.
Finalmente los desafíos en la gobernanza de concretarse el proyecto implican una institucionalización y fortalecimiento, mismos que le traerían una mejor calificación crediticia y con la que actualmente ya cuenta. Esto le permite acceder a mercados financieros más avanzados o complejos. A su interior debe ingeniar sus mecanismos de decisión, como el peso de los votos de los países, y si va a depender del tamaño de sus economías o aportes, o no.
También se deben plantear las condiciones necesarias para otorgar algún recurso financiero a los solicitantes. Como establecer si los recursos estarán disponibles o condicionados y en qué grado.
Finalmente, este Fondo ampliado sería producto de un esfuerzo en conjunto, de una definición conceptual de lo que es un Fondo, que responda a las situaciones más recurrentes de los países, más no a situaciones de emergencia. Y sobre todo a un interés común que pueda fortalecer el sentido de pertenencia y responsabilidad de los países miembros.