Una nueva arquitectura financiera mundial se está gestando, la cual promete mejorar el desarrollo y la forma de financiación, esta nueva arquitectura financiera está siendo impulsada por los cincos países que conforma el llamado bloque de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
Los BRICS representan casi la mitad de la población del mundo y poco más de una cuarta parte del comercio mundial. Estas economías han estado impulsando el crecimiento en los últimos años, logro reconocido incluso por el Banco Mundial. Es importante el análisis que recae los BRICS ya que este es un bloque de economías emergentes que sirven como un puente entre el tercer mundo en desarrollo y los países desarrollados del primer mundo.
La cumbre anual de los BRICS celebrada a principios de abril en Durban, Sudáfrica, se centró en el gran potencial de estos países para conformar un nuevo Banco de desarrollo que cambie la forma y la manera en cómo se debe de hacer el financiamiento. Sin duda este nuevo Banco si se llega a conformar plantearía serios desafíos a las instituciones que venían dictando la manera de hacer las cosas (Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional), ya que se tomaría una ruta alterna ante el dominio occidental que ha prevalecido en estas instituciones desde Bretton Woods.
Si bien es cierto aún falta mucho por avanzar en la discusión ya que la idea de un nuevo banco mundial surgió el año pasado y algunas de las decisiones más difíciles, como los modos de financiación, siguen sin resolverse lo que si se tiene bien claro son los objetivos principales como el funcionamiento de los fondos de financiación de proyectos y un fondo de contingencia a las crisis.
Se espera que el nuevo banco global BRICS quiera establecer condiciones que enfaticen en el desarrollo de infraestructura y el comercio. El primero representa la inversión continua en el desarrollo para el futuro, y la segunda funciona como un multiplicador económico para seguir creciendo.
La conformación de un nuevo Banco de desarrollo sin duda ha despertado a los arduos fans del FMI y del Banco Mundial ya que vendría a fungir un contrapeso a estas instituciones que han sido dominadas por occidente. Lo que se vendría a buscar con este contrapeso es darle a las nuevas naciones emergentes conformadas en este bloque, un poder mayor de decisión que sirva para dictar una forma diferente de hacer el desarrollo.
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