Las guerras del hambre en nuestro futuro

Mié, 08/15/2012 - 15:34 -- noyolara

La Gran Sequía 2012 todavía no termina, se sabe que sus consecuencias serán severas. Con más de la mitad de los condados de Estados Unidos en calidad de zonas de desastre por la sequía, las cosechas para este año de maíz, soya y otros alimentos básicos serán inferiores a lo pronosticado. Dado que en Estados Unidos sólo 13% del presupuesto de las familias se destina a los alimentos, el efecto local afectará poco a las familias con ingresos medios y altos.

El impacto mayor será a nivel internacional, en donde un gran número de países además de sufrir sequías e inundaciones que están dañando los cultivos y elevando los precios, dependen de las importaciones provenientes de Estados Unidos.

Durante 2007-2008, cuando el arroz, el maíz y el trigo sufrieron aumentos de hasta 100% o más, se produjeron disturbios políticos en más de dos docenas de países, incluidos Bangladesh, Camerún, Egipto, Haití, Indonesia, Senegal y Yemen. La mayoría de estos aumentos se atribuyeron al alza del precio del petróleo, que encareció la producción de alimentos.

El siguiente aumento de precios tuvo lugar en 2010-2011, asociado principalmente con el cambio climático. Una intensa sequía afectó a gran parte de Rusia oriental durante el verano de 2010, obligando al gobierno a prohibir todas las exportaciones de trigo.  La sequía también pasó factura a la cosecha de granos en China, mientras que intensas inundaciones destruyeron parte importante de los cultivos de trigo en Australia.

En cuanto a la sequía actual, los analistas advierten de inestabilidad en África, donde el maíz es un importante alimento, y de creciente agitación popular en China, donde se espera que los precios de los alimentos aumenten afectando principalmente a los trabajadores migrantes y agricultores de bajos recursos.

En cuanto a las repercusiones para la economía global, no debe perderse de vista que precios más elevados en EU y China podrían provocar que una proporción mayor del gasto de las familias sea destinada al consumo de alimentos, reduciendo así el porcentaje destinado a la compra de otros bienes y dificultando aún más la recuperación.

Finalmente, será importante diferenciar las repercusiones del cambio climático en el mundo físico, las cuales incluyen crecientes temperaturas, sequías prolongadas, tormentas inusuales, incendios forestales y crecientes niveles del mar; de las del mundo social, mucho más desastrosas y que incluirán en algún momento, disturbios, hambrunas, colapsos de Estados, migraciones masivas y hasta escenarios de guerra.

Aunque en la actualidad suele concentrarse la atención en los efectos inmediatos de la Gran Sequía 2012, habrá que prestar atención especial a los efectos sociales y políticos que pueden no empezar a aparecer en Estados Unidos o el mundo hasta finales de este año o en 2013.

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