01 febrero 2012
El mundo empresarial está empezando a comprender lo que los expertos en desarrollo han sabido durante mucho tiempo: Invertir en la mujer rinde dividendos. La mujer suele utilizar sus ingresos para invertirlos en su comunidad, lo que redunda en la disminución del analfabetismo y las tasas de mortalidad y aumenta el PIB. En la actualidad se está produciendo una revolución empresarial, una revolución que trasciende la filantropía, que hace a la mujer socia en empresas de todos los niveles. Este fue un tema importante en el Foro Económico Mundial en Davos la semana pasada, donde se organizó una sesión plenaria titulada “La mujer como medio para avanzar” que trataba del posible impacto de la mujer en la economía mundial.
El 1 de febrero, algunas de las empresas más importantes de Estados Unidos (Accenture, Coca-Cola, Ernst and Young, Goldman Sachs, y otras) se sumaron a una campaña mundial cuyo objetivo es incorporar a la mujer en los aspectos principales de la economía. La coalición Pietra ha lanzado la Campaña de los Terceros Mil Millones (Third Billion Campaign). Esta coalición está integrada por empresas, gobiernos y organizaciones sin fines de lucro y hará posible que mil millones de mujeres participen en la economía mundial para 2025. El nombre de la campaña parte de la noción de que, durante la próxima década, el impacto de la mujer será al menos tan significativo como el de las poblaciones de China e India que superan cada una los mil millones de personas. Incorporar a la mujer en los negocios crea lo que Michael Porter y Mark Kramer de la Escuela de Negocios de Harvard denominan “valor compartido”, es decir que ayuda a las empresas al tiempo que ayuda a las comunidades. Las empresas de productos de consumo han entendido los beneficios rápidamente, por ejemplo saltándose la venta minorista y contratando a mujeres para crear canales de distribución de persona a persona para todo tipo de productos, desde cosméticos hasta bebidas.
En fechas más recientes, las empresas han concluido que este método es particularmente eficaz cuando el comprador tiene que recibir información sobre el producto que se vende, ya sea una maquina móvil para hacer ecografías, una linterna energética o un fogón de cocina. La mujer también puede ser la mejor innovadora de los productos que utiliza y vende, a veces llega ndo a transformar sus comunidades con algo tan mínimo como el conocimiento del mejor uso de la única luz eléctrica existente en una casa. Los beneficios son evidentes. Avon, por ejemplo, proporciona a más de 6 millones de mujeres en más de 100 países la oportunidad de montar sus propios negocios; estas emprendedoras sirven como el principal personal de ventas de Avon, lo que resulta en más de 10.000 millones de dólares en beneficios. Del mismo modo, Unilever ha invertido en 45.000 emprendedores desfavorecidos en India, en su mayoría mujeres, en más de 100.000 aldeas, por medio de la microfinanciación y capacitación, una estrategia que representa el 5 por ciento de los beneficios totales de la empresa en la India.En fechas recientes, Walmart ha prometido comprar más de 20.000 millones de dólares de empresas cuyas dueñas sean mujeres tan sólo en Estados Unidos, y Coca-Cola ha anunciado el programa “5 por 20” para apoyar a cinco millones de mujeres empresarias a nivel mundial para el año 2020.
Los beneficios de que la mujer ocupe cargos directivos también se han demostrado: una encuesta reciente de Catalyst concluyó que existe una fuerte correspondencia entre la mayor diversidad de género en los altos niveles de liderazgo de una empresa y su desempeño económico. La secretaria de Estado Hillary Clinton ha dicho: “No hay duda de que el aumento de la cantidad de mujeres en la economía […] ha contribuido a impulsar un crecimiento importante en todas partes, y las economías que están realizando los cambios más eficaz y rápidamente están superando drásticamente a las que no lo están haciendo”. Melanne Verveer es embajadora de Estados Unidos para Asuntos Mundiales de la Mujer. Kim Azzarelli es la presidenta de la Fundación para la Mujer en el Mundo y ha recibido el premio Ruth G. Shapiro 2012 del Colegio de Abogados del Estado de Nueva York).