Los días 5 y 6 de octubre de 2022, Moscú fue sede del segundo Foro Económico del Caspio, el mayor evento post pandémico para discutir temas actuales de cooperación entre los países del Caspio, así como con estados vecinos amigos. Representantes de Rusia, Azerbaiyán, Irán, Kazajstán y Turkmenistán estuvieron discutiendo temáticas de interés.
Más de 1.000 participantes, incluidos los de la Federación Rusa, y de los cuatro países del Caspio: Bielorrusia, Kirguistán y Uzbekistán; estuvieron inscritos en el foro asiático y discutieron temas clave de cooperación en comercio, economía, ciencia y tecnología en la región del Caspio, priorizaron proyectos conjuntos en tales áreas como infraestructura de transporte, energía, protección ambiental, así como la ampliación de la colaboración interregional y los lazos culturales y humanitarios.
El 6 de octubre, el primer ministro de Rusia, Mikhail Mishustin habló en una reunión plenaria con los jefes de delegación del segundo Foro Económico del Caspio, lo siguiente es un extracto de sus palabras:
La Federación de Rusia ha asumido el papel de presidente en el mismo formato que tuvo Turkmenistán, el cual organizó el primer foro el 12 de agosto 2019 en Turkmenbash.
Esta reunión continúa la agenda de la sexta Cumbre del Caspio, que tuvo lugar el 29 de junio en Ashgabat. Los jefes de Estado discutieron los temas de mayor actualidad de la cooperación en la región del Caspio, propusieron una serie de nuevas iniciativas en la economía, el comercio, la energía, el transporte y la cultura, así como un gran número de iniciativas medioambientales.
Sugiero que, en este formato de asistencia restringida, acordemos los parámetros para realizar las tareas establecidas por los líderes de los estados del Caspio, y discutir los proyectos económicos más prometedores que puede lanzar en este formato de cinco partes.
Nuestra agenda es amplia y constructiva. Estoy confiado en que, como resultado de la reunión de hoy, desarrollaremos soluciones específicas para dar un nuevo impulso a nuestra cooperación multidimensional en la región del Caspio, soluciones que eventualmente mejorarán la prosperidad y el bienestar de nuestros los ciudadanos.
Estoy encantado de darles la bienvenida a Rusia, a la segunda conferencia del Foro Económico del Caspio Foro, cuya primera versión fue instituida por iniciativa de Turkmenistán hace tres años en Turkmenbashi. En este, sus participantes se centraron en el comercio y la interacción económica entre los cinco del Mar Caspio.
Este foro es un seguimiento de la sexta Cumbre del Caspio, celebrada el pasado mes de junio en Ashgabat. En aquella ocasión, los lideres reafirmaron su compromiso compartido de ampliar la asociación en las más diversas esferas, adoptaron decisiones sobre el avance de la cooperación entre los cinco estados y propuestas de nuevas iniciativas.
El día de hoy, realizamos una reunión de asistencia restringida y discutimos el ritmo de trabajo para lograr estos objetivos, y estoy agradecido con todos los participantes por sus constructivas propuestas.
El foro sirve como plataforma para debatir los temas actuales que más conciernen a nuestra región. Las propuestas sobre el fortalecimiento de la cooperación en muchas áreas, desde la energía y el transporte hasta la inversión y el turismo; se desarrollan con la participación de funcionarios gubernamentales, representantes de las regiones, las comunidades empresariales y de expertos.
La región del Caspio es de gran importancia para Rusia, debido principalmente a su posición estratégica en Eurasia Central. Dicha región es una encrucijada de transporte y arterias energéticas, además de contar con una gran cantidad de minerales y recursos biológicos únicos en sus aguas.
Y por supuesto, la región también es un lugar donde las culturas, civilizaciones y religiones se encuentran; un lugar donde personas de diferentes etnias y religiones deben tratarse los unos a otros con amabilidad y respeto.
Nuestras tradiciones siguen vivas. Nuestros intereses pueden diferir, pero somos capaces de encontrar soluciones mutuamente beneficiosas a través del diálogo.
Durante la cumbre en Ashgabat, el presidente Vladimir Putin subrayó que la ampliación de los vínculos comerciales y de inversión, y la profundización de las relaciones, la cooperación beneficiosa en la producción industrial y las altas tecnologías; se encuentran entre los objetivos clave para nuestros cinco países.
La región del Caspio se encuentra entre las áreas de más rápido desarrollo. Durante los últimos 20 años, su PIB agregado creció casi tres veces y el comercio mutuo cinco veces.
En los últimos cinco años, la participación de nuestros países en el mercado mundial aumentó al 3,6% (PIB) y el comercio mutuo en un 50 por ciento.
Rusia y otros estados del litoral del Caspio disfrutan de buenos resultados en términos de volumen de comercio. A partir de 2021, nuestro comercio creció casi un tercio. Por supuesto, es importante mantener esta tendencia en el futuro.
Tendremos que operar en condiciones desafiantes, considerando la turbulenta economía mundial y las tensiones geoestratégicas. En sus intentos por mantener el orden mundial existente y conveniente, el Occidente colectivo está ejerciendo más presión a otros países, especialmente aquellos que están defendiendo su patria, sus intereses y se niegan a jugar según las reglas occidentales. Rusia es uno de ellos.
La semana pasada, firmamos los tratados sobre la adhesión de Donetsk y las repúblicas populares de Lugansk, así como de las regiones de Zaporozhye y Kherson a la Federación Rusa. La Duma Estatal y el Consejo de la Federación aprobaron las leyes constitucionales federales sobre la incorporación de estos territorios a Rusia. Las leyes ya han sido firmadas por el presidente Putin.
Rusia ha incorporado las regiones cuyos residentes siempre han estado espiritual y culturalmente con nuestro país. Se unieron a Rusia a través de la libre expresión de la voluntad de sus residentes en referéndums. La mayoría absoluta votó por unirse a la Federación Rusa.
Esta decisión histórica y que cambió la vida desencadenó otra ola de presión del Occidente colectivo. Sin embargo, el lenguaje de los ultimátums es inaceptable para nosotros. Ningún Estado tiene derecho a imponer su voluntad a los demás, ni siquiera a utilizar métodos de presión que afecten los intereses de los ciudadanos comunes y empresas privadas.