El 2013 tuvo un final decepcionante, el último trimestre del año registró una tendencia anual decreciente del PIB real (0.7%): el PIB primario y secundario registró descensos, excepto el terciario, el IGAE tuvo una trayectoria poco satisfactoria al igual que la actividad industrial que continúo desacelerándose principalmente por un deterioro del sector construcción, la confianza de productores y consumidores siguió deteriorándose, reflejada en la desaceleración del consumo y la formación bruta de capital.
Por su parte, la cuenta corriente cerró el año con un mayor déficit (-22,333 mdd) por un severo descenso de la exportación automotriz, todos los indicadores de inflación repuntaron en el cuarto trimestre de 2013, mientras que las tasas de interés registraron bajas, el tipo de cambio real terminó apreciado y hubo un incremento de las reservas internacionales. En síntesis los saldos macroeconómicos del primer año de gobierno de Peña Nieto han levantado críticas generalizadas y los diferentes balances de riesgos están marcados por percepciones decepcionadas.