La contienda entre Estados Unidos y China rebasa los límites del Mar del Sur. En la medida en que la influencia económica de China va creciendo, el re-alineamiento del poder mundial se hace más evidente. Regiones que anteriormente estaban bajo el dominio occidental, se acercan cada vez más a la órbita china, desafiando la posición de Estados Unidos y el orden unipolar. África forma parte de esta tendencia. La política exterior que cada uno aplica marca las diferencias en sus concepciones de mirar al mundo.
En creciente rol de China en África, además estrechar sus lazos comerciales no hace sino poner de manifiesto la intención de adquirir legitimidad al asumirse como proveedor de bienestar para los ciudadanos - no sólo africanos, sino del resto del mundo.
Las transacciones comerciales China-África han crecido de forma abrumadora: se triplicaron desde 2006, superando los 166 000 millones de dólares (mdd) en 2011. De ese total, 93 000 mdd son exportaciones africanas a China, principalmente materias primas - en especial petróleo y cobre. En contrapartida, las importaciones africanas de China consisten en bienes electrónicos y de consumo, en 2009 China desplazó a Estados Unidos como primer socio comercial del continente africano.
El mes pasado, en el quinto Foro de Cooperación China-África, el gobierno chino comprometió un préstamo por 20 000 mdd, la cifra más alta de los tres foros anteriores. La mayoría de estos préstamos han estado dirigidos a la construcción de infraestructura, carreteras, vías de tren y puertos, que además de ser favorables a la vida de los africanos, facilitan la exportación de materias primas a China.
De acuerdo con una encuesta publicada por la BBC, 22% de los nigerianos y 77% de los kenianos, consideran que el crecimiento económico de China tiene un impacto favorable para sus países. En el mismo estudio se muestra que una abrumadora mayoría de considera que el comercio con China es "justo - 88% en Nigeria y 61% en Sudáfrica.
Las críticas al supuesto neoimperialismo de Pekín sostienen que el país asiático ha replicado la lógica seguida por cualquier país colonialista: importar materias primas y exportar bienes finales. Sin embargo, el factor más determinante del imperialismo - dominación militar y uso de la fuerza - está ausente de la política seguida por Pekín.
La miopía de la política exterior estadunidense hacia África - guerra contra el terrorismo - le ha prestado una excelente oportunidad a China para estrechar sus relación con el continente: mientras Washington se arma y lanza bombas; China compra, vende, construye infraestructura y otorga créditos.
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