El Nuevo Orden Económico Mundial
Comentarios de Enrique Cornejo, a la conferencia del Dr. Óscar Ugarteche
De acuerdo con Ugarteche:
"se está produciendo, acelerado por la pandemia, un nuevo orden económico internacional"
Comentarios de Enrique Cornejo, a la conferencia del Dr. Óscar Ugarteche
De acuerdo con Ugarteche:
"se está produciendo, acelerado por la pandemia, un nuevo orden económico internacional"
La prueba de la capacidad del Fondo para resolver problemas complejos relacionados con el mantenimiento de la estabilidad del sistema monetario internacional fue la crisis financiera mundial de 2007-2009.
La reputación del Fondo se ha desplomado, China ha estado dando al llamado «tercer mundo» préstamos de países de tamaño similar a los ofrecidos por el FMI y el BIRF. Sin embargo, Pekín, a diferencia del FMI, no establece las condiciones políticas bajo el espíritu del Consenso de Washington.
La crisis mundial se ha venido desarrollando en cinco fases: 1) inicio, 2) aceleración, 3) impacto, 4) decantación y 5) desarticulación geopolítica global. No obstante, a partir de las dos últimas fases se puede observar la irrupción de una sexta fase: la fase final de la crisis que tendrá lugar en 2013.
La principal preocupación de la actual crisis mundial es el gran estancamiento de los países altamente industrializados: tanto Estados Unidos, como Europa, los dos principales mercados de China, han venido presentando serios problemas y además de dificultar la recuperación general, complican el desacoplamiento del gigante asiático.
En numerosas ocasiones, los países en desarrollo han llamado a la reconfiguración de Orden Mundial en aras de hacerlo más acorde a sus intereses, desde la Conferencia de Bandung (1955), la Declaración de Lima (1975), la Cumbre Norte-Sur (1981) hasta la reciente Cumbre de la APEC, hay una lista larga de encuentros en este sentido, pero sin resultados a la vista.
El término "orden mundial" ha evolucionado desde que fue creado en el siglo XVII. Sin embargo, dichas evoluciones presentan grandes similitudes entre sí, la más importante consiste en que éste sistema está siempre al servicio de las grandes potencias y en detrimento de las naciones periféricas que componen el sistema mundial, refleja las jerarquías de la distribución del poder mundial.
De acuerdo con el "IW 1000", un ranking industrial mundial, el TOP 3 de los países con mayores ingresos promedio en este sector está liderado por miembros del BRIC.
En primer lugar destaca China, con 70 compañías industriales, que representaron el 26.7% de los ingresos promedio de la tasa de crecimiento.
Le sigue Rusia, con 12 compañías representando el 26.2% y en tercera posición India, con el 22.9%.
La contienda entre Estados Unidos y China rebasa los límites del Mar del Sur. En la medida en que la influencia económica de China va creciendo, el re-alineamiento del poder mundial se hace más evidente. Regiones que anteriormente estaban bajo el dominio occidental, se acercan cada vez más a la órbita china, desafiando la posición de Estados Unidos y el orden unipolar. África forma parte de esta tendencia. La política exterior que cada uno aplica marca las diferencias en sus concepciones de mirar al mundo.
Arabia Saudí corteja a China con una cumbre en Riad, pero la relación estratégica con Estados Unidos no se ve afectada. Aquí no se trata solo de petróleo, sino también de Irán, afirma Alexander Görlach. La visita de China pretende señalar a Washington que el Reino de Arabia Saudí está buscando nuevas alianzas.
Actualmente, es probable que solo las garantías de seguridad de Washington a la monarquía de la Edad de Piedra impiden que Riad rompa completamente con su socio, Estados Unidos. Pero la República Popular también se ofrece como "socio de seguridad" a dictadores de todo el mundo. Desde las Islas Salomón hasta Zimbabue, Pekín se posiciona e incluso exporta su propia tecnología de vigilancia, que primero ha probado con su propia población.
Bajo el liderazgo de China, los Estados totalitarios colaboran entre sí para oprimir aún más a sus poblaciones y mantener a distancia. Por lo tanto, es absolutamente correcto impedir que China haga realidad sus ambiciones siempre que sea posible. Las sanciones estadounidenses contra la industria china de semiconductores resultan coherentes en este contexto.