Un año de la Alianza del Pacífico

Vie, 05/24/2013 - 00:15 -- fmartinez

Esta semana se realiza en Cali, Colombia la reunión de los miembros de la Alianza del Pacífico, con sus respectivos gobernantes, Sebastián Piñera (Chile), Ollanta Humala (Perú), Manuel Santos (Colombia) y Enrique Peña Nieto (México).

En la ocasión el gobernante colombiano recibirá la presidencia pro tempore que ejerció el presidente chileno durante el primer año, pero sobre todo servirá para evaluar, tras doce meses desde la constitución de este espacio de libre circulación de personas y bienes que se constituyó en el Cerro Paranal de Chile en junio de 2012, ocasión en que estuvo presente el Rey de España. La iniciativa nació sin burocracia ni una institucionalidad pesada, pero sí con dos convicciones muy claras. En primer lugar, que es importante que los países americanos avancen en la senda de la libertad política y económica, que es la clave para el progreso de los pueblos y para alcanzar el desarrollo que permita mejores condiciones de vida para la gente. En segundo lugar, que en el siglo XXI los países del Asia Pacífico, como China, India o Japón, serán potencias cruciales para ampliar el comercio internacional, las exportaciones y se ubicarán entre las principales economías del planeta hacia el 2050, superando inclusive a Estados Unidos y a las naciones europeas.

A la Cumbre en Cali asistirán también la presidenta de Costa Rica Laura Chinchilla y el gobernante panameño Ricardo Martinelli, además del jefe de gobierno español Mariano Rajoy y autoridades de Canadá, Guatemala, Nueva Zelandia, Uruguay, Australia y Japón. Esto ilustra que, desde un comienzo, la Alianza del Pacífico se presenta con las puertas abiertas para que se amplíen las relaciones comerciales, culturales y políticas en la zona del Pacífico, que podemos llamar el “mare nostrum” del siglo XXI.

En este siglo, China, India y Japón serán potencias cruciales para ampliar el comercio internacional Los países de la Alianza del Pacífico son y serán relevantes hacia el futuro. Entre ellos suman más de 200 millones de personas, representan el 35% del PIB latinoamericano y el 50% de las importaciones de la región, además de tener exportaciones crecientes a Asia y al resto del mundo. Entre los cuatro miembros de la Alianza, por su parte, se avanza para llegar a la plena liberalización arancelaria en un corto plazo.

Sin embargo, el tema de fondo de la Alianza del Pacífico no es de estadísticas, sino de una comprensión sobre la mejor organización política y económica de los países y sobre el futuro de Iberoamérica en general. Quizá por eso España, desde un comienzo, ha estado vinculada a la idea y ya es observador de la Alianza. Porque hemos comprendido que si en el pasado los países del continente sufrieron la pobreza y la marginalidad, esa no puede ser una condena permanente ni un trágico destino al que hay que enfrentar con lamentos o divisiones.

Por el contrario, el desarrollo está al alcance de la mano y solo depende de nosotros alcanzarlo. Los países de la Alianza del Pacífico, y Chile específicamente desde hace mucho tiempo, hemos comprendido que las condiciones de vida de nuestros ciudadanos pueden mejorar, como de hecho ha ocurrido, sobre las bases de la libertad que han dado origen a este proyecto de futuro que ya comienza a dar frutos después de un año de vigencia.