Buques de guerra estadounidenses fueron avistados "en el lugar de los hechos" en donde ocurrió el atentado contra el gasoducto de Nord Stream días antes de que ocurriera, de acuerdo con la publicación 'European Conservative'.
La publicación cita a John Anker Nielsen, capitán del puerto de Christiansø —la parte más oriental de Dinamarca en el mar Báltico y una zona cercana los lugares de las explosiones del Nord Stream—, quien relató que días antes del ataque al gasoducto en septiembre de 2022, buques de guerra de la Armada de Estados Unidos estaban en el lugar y operando con las radios apagadas.
El capitán dijo al diario danés Politiken que cinco días antes de la explosión salió con un equipo de salvamento sospechando que podría haberse producido un accidente porque había radios apagados, sólo para encontrarse con buques de guerra estadounidenses, cuyo personal ordenó al equipo que se retirara.
De acuerdo con European Conservative, en un principio al capitán "no se le permitió decir nada" sobre el avistamiento de buques estadounidenses.
Así, la publicación señala que la versión del capitán Nielsen provoca dudas en torno a las versiones sobre que el gasoducto Nord Stream, construido para suministrar gas ruso a Alemania y al resto de Europa, fue saboteado por un grupo ucraniano.
El periodista de investigación estadounidense Seymour Hersh ha afirmado que los explosivos que detonaron habían sido colocados en los gasoductos durante el mes de junio de ese año por buzos de la Marina estadounidense, al amparo de un ejercicio de la OTAN denominado “Baltops 22”. Sin embargo, en su momento, la Casa Blanca negó el informe, calificándolo de “totalmente falso y completa ficción”.
El 26 de septiembre de 2022 se produjeron explosiones en dos gasoductos rusos de exportación: Nord Stream y Nord Stream 2. Alemania, Dinamarca y Suecia no descartaron la posibilidad de un sabotaje deliberado.
La empresa operaria, Nord Stream AG, informó que los gasoductos sufrieron destrucciones sin precedentes y que era imposible evaluar el tiempo que llevaría la reparación. La Fiscalía General de Rusia abrió una investigación, catalogando lo sucedido como un acto de terrorismo internacional.