Existe un amplio y justificado malestar en EEUU por los inéditos montos de fondos públicos que se destinan para financiar la insolvencia de los grandes bancos, mayormente norteamericanos. Más aún cuando la política monetaria y financiera de la última década y media, toleró y hasta alentó riesgosas operaciones bancarias y financieras, creando una arquitectura muy compleja que vincula mercados, inversionistas y países. La dinámica es tan frenética que ahora parece que ni ellos mismos la logran entender. No obstante, la cabeza de la Reserva Federal - Ben Bernanke- es un académico y estudioso del crack del 29 y de la stagflación del los 70 y 80, esta crisis es un engendro nuevo y mucho mas compleja que otras grandes crisis globales. En la nota sugerimos que este dramático rescate cambia la historia del largo proceso de desregulación y globalización financiera iniciado en 1981 y abre una etapa nueva. Cuando un banco de inversión -como el Bear Stearns- declara valer $ 17000 millones hoy y, pasado mañana, solo pagan por debajo de 15 veces su valor en libros, cuando menos, algo raro pasa en el sistema.
En efecto, el rescate financiero que comentamos representa una segunda prueba de fuego (la primera, aunque de menor calibre, fue la nacionalización del banco inglés Northern Rock) en la que el sistema financiero formal norteamericano (y global) literalmente se tambaleó (a juzgar por la corrida poco ortodoxa en la que los inversionistas vendieron sus acciones de un día a otro) por sus operaciones en el sistema bancario informal o en la sombra. ¿Cómo es esto posible si la Ley Glass Steagall , en 1932, estableció explícitamente la separación de las operaciones bancarias de las bursátiles, precisamente porque esta combinación crédito-especulación llevó mas rápido al desastre de1929?. En la lógica de desregulación y globalización financiera realmente existente, todo era posible.
Este rescate es un hito muy importante de la actual crisis financiera pero, no se crea que es la única ni, desafortunadamente, será la ultima: un día antes, el Carlyle Capital - Hegde Fund (de una familia del círculo cercano de la familia Bush), se declaró en mora de pagos por 18,000 millones de dólares; semanas antes, fuimos testigos de una corrida bancaria clásica que llevó a la nacionalización del emblemático banco Northern Rock de Inglaterra.
En EEUU, a mediados del 2007, sucedió la quiebra del Countrywide (el mayor banco hipotecario de los EEUU), y se reportaron grandes pérdidas del sistema mixto de vivienda. Por la época, en Francia el banco Sociedad General, anunciaba espectaculares desfalcos y tuvo que ser también rescatado de emergencia. Ya durante 2008, las pérdidas, también astronómicas, se expresaron en los balances de los más grandes bancos formales de EEUU y del mundo, hasta ahora, entre los más notables, podemos citar a CIT Group Inc. JP Morgan, Credit Suisse Group, Citigroup, Merryl Linch y otros (ver Leveraged Losses WP FMI, marzo 2008). La burbuja estalló, cuando hubo que cotejar balances formales con balances en la sombra y, revalorizar activos y pasivos. En la actualidad 75 bancos norteamericanos (de un total de 1500 en toda la Unión) deben corregir- reducir sus ganancias por las pérdidas de sus inversiones en los derivados financieros.
Lo singular del rescate del Bear Stearns es que, según todas las fuentes confiables y, a nuestras propias hipótesis, el peligro de colapso del sistema fue tan real que el Equipo económico de emergencia (La Reserva Federal, El Tesoro, etcétera) tuvo que literalmente fabricar un nuevo marco legal para enfrentar esta “nueva” situación (en sesiones cerradas con el Congreso y al más alto nivel del ejecutivo).
Como se sabe, el Bear Stearns es un banco de inversión (por ello, no podía acceder a las ventanillas de créditos de emergencia del FED), lo que explica por qué el mega salvataje se hizo a través de un banco formal(JP Morgan). Además, hubo que inyectarle 30,000 millones de $ de fondos públicos, en condiciones crediticias muy concesivas, tampoco nunca vistas en otras crisis financieras de esa magnitud (1929, 1970-1980, 2001). Además de la reducción de la tasa de referencia a 2.25% y también una inyección de 200,000 millones de $ al sistema bancario global. Por primera vez el 17 de marzo del 2008 el NYT escribió del peligro del colapso de sistema bancario.
En varios artículos publicados en Actualidad Económica (uno de ellos, El gran cambalache financiero, AE junio-julio del 2007) calculamos - en base a cifras del BIS-FMI-OECD- que el mercado de derivados financieros de los 10 mayores bancos norteamericanos, fueron casi 10 veces el PBI de los EE.UU. del 2005. Según el BIS (Banco Internacional de Pagos de Basilea Suiza), en la actualidad, el mercado total de derivados financieros excede los 500 trillones de $, casi 40 veces el PNB de los EEUU del 2005. También, en 2005, reportamos una aceleración extraordinaria de la tasa del crédito de los bancos norteamericanos orientados a la especulación en los mercado de derivados financieros (Hegde Funds). La tasa de aumento de crédito bancario para este fin fue de 56% en 2003, 134% en 2004 y, 156% en 2005. Cifras histéricas e insostenibles. Se vivía en la fase maníaca del ciclo del crédito, de la expansión irresponsable de la liquidez y el crédito improductivo. Hoy entramos a la fase que Kindleberger denominaría de pánico.
El artículo del NY Times (Slump Moves From Wall St to Main Street. Peter S Goodman March 21 2008) reporta que la crisis financiera se esta esparciendo al sector real de la economía de los EEUU. Pero, este fenómeno resulta visible desde finales del 2007. En efecto, nuestros indicadores de grupos empresariales con fuertes pérdidas en por lo menos en 1 trimestre (o algunas en proceso quiebra- Capítulo 11 y otros) están nada menos que: Nike, General Electric, Medic Assets, Caterpillar, WallMart-Borders, Amazon.com, Fed Express, Federal Mogul-Bujías Champion,.Ford, GM, Chrysler, la industria de autopartes y aérea. Todas, grandes y emblemáticas empresas norteamericanas.
La recesión también se extiende a nivel regional acentuando la tendencia que observamos a mediados del 2007, en los estados de California (particularmente en el sur), Florida y Nevada, entre otros estados donde la euforia de la burbuja inmobiliaria fue maníaca. Pero también según el NYT en la actualidad “la recesión se extiende a espacios y comunidades que hace solo pocos meses se suponían estaban inmunes”.
Hace sólo unas semanas los altos costos del crédito de los bonos municipales (que ya nadie compra en las subastas precisamente por el alto riesgo lo que a su vez aumenta el costo del crédito) amenazan con paralizar o reducir el financiamiento local corriente de hospitales, escuelas, refugios de desamparados, becas estudiantiles, etcétera.
Toda esta información sobre tan extraordinarias ganancias en el “período expansivo más largo de la historia de los EEUU”, en la actualidad, contrasta con el 22% de niños norteamericanos que viven en pobreza. Según UNICEF, entre los países de la OECD, EEUU tiene el índice más alto de niños viviendo debajo de la Línea de pobreza (21.9%), con excepción de México, que tiene 22.7%. Dinamarca, Noruega, Finlandia están entre 2 y 4%. (Innocenti Report, UNICEF Issue Nº 6)
En verdad, en el caso de las insolvencias bancarias que observamos en las últimas décadas y, en particular, en esta crisis financiera, la acción pública se ha convertido –crecientemente en financiadora de las pérdidas privadas pero, con fondos públicos (moral hazard). Supongamos que siempre sí se conserva la política (después de haber privatizado las ganancias) de seguir cargando las perdidas privadas a los contribuyentes, inversionistas y demás simples pensionistas o consumidores, por la magnitud de las perdidas y por el complejo andamiaje de derivados financieros a nivel global, tendremos que cargarla, no sólo los contribuyentes norteamericanos, sino todos los ciudadanos del mundo (escrito 22 de marzo y revisado el 25 de marzo del 2008).