En una comparecencia conjunta ante la prensa tras sus conversaciones con Ferdinand Marcos en Tokio, Fumio Kishida dijo que se comprometía a proporcionar un paquete de apoyo por valor de 600.000 millones de yenes (4.600 millones de dólares) a Filipinas durante los dos años hasta marzo de 2024, procedente de los sectores público y privado de Japón.
En materia de seguridad, Kishida y Marcos confirmaron que las dos naciones continuarán sus conversaciones "dos más dos", en las que participan los ministros de Defensa y Asuntos Exteriores, al tiempo que acordaron eximir a los diplomáticos filipinos de visado en Japón para promover los intercambios humanos entre los países. Kishida y Marcos también se congratularon de su acuerdo sobre las directrices para facilitar la ayuda humanitaria y las operaciones de socorro en caso de catástrofe por parte de las Fuerzas de Autodefensa de Japón en el país del sudeste asiático. Las directrices se consideran el preludio de un nuevo tratado destinado a facilitar las maniobras conjuntas y las visitas recíprocas de sus fuerzas a los países del otro, denominado Acuerdo de Acceso Recíproco.
Las dos naciones asiáticas afirmaron que trabajarían para firmar el RAA en la primera reunión "dos más dos" celebrada en Tokio el pasado mes de abril. Japón ha firmado un pacto similar con Australia y Gran Bretaña. "Japón y Filipinas son vecinos al otro lado del mar, así como socios estratégicos que comparten valores fundamentales", declaró Kishida, subrayando que los dos líderes "afirmaron firmemente" la profundización de su cooperación en diversos campos. Marcos afirmó que la asociación bilateral es "más fuerte que nunca mientras navegamos juntos las agitadas aguas que afectan a nuestra región", y añadió que los dos países asiáticos ampliarán sus compromisos "a través de una amplia gama de cooperación mutuamente beneficiosa".
La visita de Marcos a Tokio, la primera desde que asumió el cargo en junio, ha atraído la atención pública, ya que se produjo inmediatamente después de que su gobierno deportara a cuatro japoneses sospechosos de estar implicados en una serie de robos de gran repercusión en todo el país.
Como pilar fundamental de la cooperación económica bilateral, Tokio ofrecerá unos 377.000 millones de yenes en ayuda oficial al desarrollo para proyectos de ferrocarril de cercanías que conecten Manila con sus ciudades vecinas, según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores japonés. Otros programas de cooperación económica abarcan desde la agricultura y las telecomunicaciones hasta la seguridad energética, añadió el ministerio.
El viaje de cinco días del líder filipino a partir del miércoles es también importante desde el punto de vista político, ya que Tokio y Washington están tratando de impulsar los lazos con Manila debido al creciente peso militar y económico de China en la región, según los expertos. En una declaración conjunta hecha pública tras su reunión, Kishida y Marcos "expresaron su profunda preocupación por la situación en los mares de China Oriental y Meridional", en una crítica velada a Pekín. Kishida y Marcos se opusieron firmemente a "las acciones que incluyan la fuerza o la coerción y que puedan aumentar las tensiones", según la declaración.
Un cambio en el liderazgo en Manila ha animado a Tokio y Washington a acelerar los planes para mejorar las relaciones, dijeron los expertos, señalando que el predecesor de Marcos, Rodrigo Duterte, había buscado lazos más estrechos con Pekín. La semana pasada, Marcos y el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, acordaron permitir el acceso de tropas estadounidenses a cuatro bases más en el país del sudeste asiático, en un esfuerzo por mantener bajo control las acciones cada vez más asertivas de China sobre el territorio en disputa en el Mar de China Meridional y hacia Taiwán. China, Filipinas, Taiwán, Malasia, Vietnam y Brunei tienen reivindicaciones superpuestas en el Mar de China Meridional, una zona marítima rica en recursos naturales que también sirve de ruta comercial crítica.
En cuanto a Taiwán, crece el temor a que la isla autogobernada por China se convierta en un foco de tensión militar en la región, ya que China, dirigida por los comunistas, la considera una provincia renegada que debe reunificarse con el continente, por la fuerza si es necesario. Mientras tanto, China ha intentado estrechar aún más sus relaciones con Filipinas, y el presidente Xi Jinping prometió invertir unos 22.000 millones de dólares en el país, incluidos proyectos que ya están en marcha, cuando Marcos visitó Pekín en enero.
En sus conversaciones del jueves en Tokio, Marcos invitó a Kishida a visitar Filipinas "en un momento mutuamente conveniente en 2023" y el primer ministro japonés aceptó la petición, según el comunicado.