México: ¿Acaso es el Fracaso del Crecimiento Exportador?
Fidel Aroche Reyes
Doctor y Profesor de Economía
UNAM
La discusión sobre el estado de la economía mexicana ha dejado de importar en las discusiones sobre política general dentro del país y no es tema de conferencias internacionales. Hay un acuerdo tácito entre, la academia, los distintos actores y sectores políticos que lo que interesa es mantener una tasa de inflación y un déficit fiscal en niveles “aceptables”. Nada más. El sector privado hace sus negocios como mejor puede, el gasto público se destina a pagar los gastos corrientes y a mantener los diversos programas de transferencias de fondos a diversos grupos de la población para apoyar el consumo. El Estado desarrolla proyectos aislados de construcción de infraestructura y atender la demanda de energía, pero no se contemplan dentro de alguna dimensión económica, porque prevalece una visión librecambista, es decir, sería mejor que no afecten a nada ni a nadie. Las cifras de crecimiento o de generación de empleo han dejado de importar y –sin embargo- son terribles hace años. La percepción general es que México no tiene problemas económicos. Los datos, en cambio, son dramáticos. El PIB per cápita medido en LCU del Banco Mundial muestra que entre 1981 y 2023 el PIB per cápita ha crecido 15%, lo que da un promedio de algo más de 0.1% al año. Eso explica la emigración masiva. Las exportaciones de bienes y servicios, en cambio pasaron de 9.9% del PIB en 1981 a 36% en 2023.
Algunos mencionan algunos hechos como la pobreza que aqueja a la mitad de la población o la emigración, pero esos fenómenos tampoco tienen una dimensión o una explicación económica, son temas aislados para los que no hay solución, porque en realidad, no son problemas (y menos problemas económicos). Recientemente se ha discutido si las políticas del socio comercial mayor de México tendrán consecuencias para el país, pero nadie menciona la manera en que funciona la economía nacional como fuente de lo que ocurre o puede ocurrir. Todos son hechos de la vida, sin explicación ni solución o relación con nada.
La emigración se ve desde el punto de vista monetario, como un soporte a la balanza de pagos y estabilidad cambiaria. La miseria humana y precariedad de los migrantes, el racismo, la violencia y las muertes por bala victimas de supremacistas blancos y de blancos pobres, no son tema porque es el apoyo familiar lo que importa. El otro lado de financiar la balanza de pagos es el apoyo a familias de bajos ingresos en este análisis. El problema se agravó desde 1994. (ver gráfico)
Fuente: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/979526/Anuario_Migracion_...
Si se ve a México desde otra perspectiva podría decirse –sin embargo- que quizás que tal estado de cosas es el resultado histórico de un conjunto de decisiones que tomó la sociedad en su conjunto ante circunstancias concretas y –por lo tanto- nuestra circunstancia no es natural y es susceptible de modificarse. Es decir, el sistema económico tiene una manera de funcionar cotidianamente que –claramente- no satisface las necesidades de la población. Sin embargo, no parece haber conexión entre uno y otras.
La realidad es que la economía mexicana casi no ha crecido en los últimos 43 años, que no es un período menor en términos de una vida humana. En 1982, el año que inauguró el período de estancamiento, la economía era todavía subdesarrollada y tenía toda clase de problemas. En 1982 tales problemas se contemplaban como susceptibles de solución. Si durante 43 años una economía subdesarrollada no ha crecido, lo más probable es que esa condición continúe y que incluso se agrave. En síntesis, México es un país subdesarrollado cuya economía no crece, pero ello no es natural ni la solución única.
El subdesarrollo fue caracterizado en los años 1950 como un síndrome, un conjunto de males interrelacionados, en donde los ingresos bajos de la población son solo un síntoma. Es decir, el subdesarrollo puede solucionarse y permitir que el sistema económico proporcione a la población niveles altos de bienestar. Existen ejemplos recientes y lejanos en el tiempo de países que han salido de su situación de subdesarrollo. En todos estos ejemplos la sociedad misma tomó la iniciativa y el Estado fue un ente activo.
Durante al menos diez décadas, antes de 1982, la economía mexicana creció y consiguió abatir algunos rasgos y síntomas del subdesarrollo. Durante esas diez décadas de crecimiento la sociedad mexicana estaba convencida de que era posible conseguir el bienestar generalizado de la población, junto con la autonomía tecnológica, financiera, económica y política. La sociedad se reconocía como capaz de alcanzar objetivos comunes, porque alcanzar el desarrollo beneficia a cada individuo. Durante los últimos 43 años la sociedad mexicana ha abandonado su vocación por el bienestar generalizado de la población.