En este número de ALAI, coordinado por el Dr. Oscar Ugarteche, se brinda una postura sobre la naturaleza de la crisis exponiendo los diversos puntos de vista que hay sobre su complejidad. Este tema, que al día de hoy está en boca de todos, se expresa aparentemente en la economía, sin embargo, se ha demostrado que la crisis no sólo es económica sino también está presente en otros ámbitos muy diversos como el medio ambiente, la cultura, la religión, la política, y en términos generales en toda la humanidad. Podría decirse que estamos frente a una crisis civilizatoria de repercusiones muy importantes, y que como algunos autores argumentan, avizora un cambio de tiempos.
Es indispensable discutir los diversos puntos de expresiones de esta crisis de los tiempos, pues más allá del cuestionamiento hacia el capitalismo maduro, la falta de crecimiento y alto desempleo, se alzan preguntas más complicadas y sin dudas interesantes como saber qué es lo que estamos haciendo como humanidad, qué le estamos haciendo a nuestro planeta y a dónde nos dirigimos si lo importante son la rentabilidad y las ganancias de acuerdo al dogma del mercado, que no permite ninguna otra expresión más que la suya.
La naturaleza de la crisis mundial actual es compleja. No se trata únicamente de una crisis financiera que tuvo su desenlace en el sector inmobiliario por efecto de bajas tasas de interés y políticas crediticias expansivas en Estados Unidos. Se trata de una crisis de múltiples dimensiones: financiera, económica, ecológica, energética, ideológica, demográfica, cultural, religiosa, etc. Es una crisis de la civilización, de cambio de tiempos, que ha puesto de manifiesto el carácter insostenible de las formas de relacionamiento social (persona-persona y persona-naturaleza) bajo el neoliberalismo. Estamos ante un punto de inflexión.
No obstante, las tendencias que ha seguido la crisis en los cinco últimos años, desde el inicio en el 2007 de la crisis financiera -con énfasis en la etapa más reciente- acentúan el deterioro de la economía mundial y la vulnerabilidad de América Latina a los flujos de capital de corto plazo reduciendo su capacidad para atenuar su impacto sobre los tipos de cambio.
Disponible: Aqui
En los últimos años se ha observado que Estados Unidos tiene un déficit comercial cada vez mayor y la economía estadunidense se ha venido vaciando. Es insostenible; la demografía hace imposible que ese sistema continúe funcionando. Esos desequilibrios globales crean burbujas en las economías con superávit comercial mientras el dinero vuelve a Estados Unidos. Todo comenzó por la expansión ilimitada del crédito posibilitada por el sistema monetario posterior al patrón oro y a Bretton Woods.
México tiene graves problemas de seguridad en algunas regiones, pero también es un país que bien podría estar en el umbral de una enorme transformación política y económica. De hecho, desde hace un par de años, las tasas de crecimiento del PIB de México han estado casi al tope de la OCDE, y recientemente superaron a Brasil.
La agenda del nuevo gobierno incluyen entre otras cosas, una expansión de la base tributaria para reducir la dependencia de petróleo, aumentar la competencia en medios y telecomunicaciones y un cambio constitucional que permitirá que la compañía petrolera estatal Pemex se asocie con empresas extranjeras.
Los riesgos para echar atrás la agenda económica están en la renuncia del gobierno mexicano, en el posible enorme ingreso de capital y finalmente, en una posible recesión estadunidense.
Finalmente, debe tenerse en cuenta que muchos problemas de México son de orden bilateral, cuando no responsabilidad principal de Estados Unidos. Dentro de los cuales podemos enumerar: 1) la enorme demanda estadunidense de drogas ilícitas, 2) restricciones laxas en materia de compra
de armas y 3) falta de medidas en el tema del lavado de dinero.
La cumbre presupuestaria de la UE en Bruselas fue el comienzo, no el final de la pugna en torno a las finanzas de la Unión Europea. La comunidad se permite contar con una suprema autoridad escindida en el tema del presupuesto: el Consejo europeo y el Parlamento europeo tienen los dos, la palabra.
Los 27 jefes de Estado sólo pudieron acordaron de forma unánime el recorte del proyecto presupuestario de 960,000 millones de euros (mde) presentado por la Comisión europea. De no mediar un consenso sobre el próximo presupuesto de la UE, la unión de Estados deberá operar a partir de 2014 con presupuesto anuales.
Los vencedores fueron los fanáticos del ahorro -Alemania, Gran Bretaña y Holanda-, de los mil millones propuestos inicialmente por la Comisión, quedaron 960,000 mde, exactamente 1% del PIB europeo para los próximos siete años. La magnitud del "ahorro" se aprecia con los 994,000 mde en el que se fijó el presupuesto de la UE para el periodo anterior 2007-2013.
En definitiva, Merkel, Cameron y Mark Rutte no quieren perder la ocasión de imponer ampliamente en Europa políticas de austeridad. De ahí que con razón, algunos euro parlamentarios aboguen por una reforma financiera que ponga fin al toma y daca de las contribuciones, establezca impuestos propios para toda la Unión, implemente un impuestos sobre las transacciones financieras así como el derecho a contar con empréstitos propios -los famosos euro bonos.
Texto completo da clíck aquí
Recientemente se informó que la economía japonesa se contrajo en el cuatro trimestre de 2012: caída de las exportaciones y de la inversión empresarial, a pesar de una ligera mejora del consumo privado. De ahí que el nuevo gobierno nipón haya aplicado un nuevo experimento keynesiano: estímulos monetarios y fiscales así como una depreciación muy fuerte de la moneda para apuntalar las exportaciones.
El crecimiento real promedio del PIB japonés fue de 4.6% entre 1980 y 1990, los años en que se infló la burbuja. Posteriormente el crecimiento se redujo a sólo un 0.7% anual entre 1993 y 1999 (eliminando los años de la crisis 1991-1992). Después de la recesión de 1998-1999, el crecimiento anual medio mejoró el 1.5% entre 2000 y 2007, esto es, el doble de la tasa de la década de los noventa pero todavía muy debajo de la burbuja de los años ochenta. Finalmente, en los últimos cinco años la economía japonesa se ha contraído un promedio de 0.2% anual.
Lo que se observa es que en la década del 2000 el capital japonés había descontado suficiente capital, tanto tangible como ficticio y los bancos estaban en mejores condiciones para prestar de nuevo: a costa de una década perdida de ingresos y empleo para su población en la década de 1990, que culminó con la grave crisis deflacionista de 1998.
No obstante, es poco probable que esta fórmula funcione al día de hoy. Japón no sólo tiene aún grandes deudas, menor rentabilidad capitalista y una población en declive. El capital debe entonces explotar la mano de obra más intensamente o invertir cada vez más en nuevas y caras tecnologías para tratar de elevar la plusvalía relativa y aumentar la rentabilidad.
Texto completo da clíck aquí
En las últimas semanas se han venido observando auges en las principales bolsas de valores del mundo producto de políticas monetarias de expansión emprendidas por los principales bancos centrales. La Reserva Federal (Fed), el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Japón han inyectado liquidez recientemente bajo el argumento de evitar la tendencia deflacionista de sus respectivas economías.
No obstante, se alienta la especulación financiera y la concentración del ingreso mientras el sector bancario continúa sin otorgar préstamos al sector productivo. La prueba está en que la capacidad ociosa del sector industrial continúa siendo alta y la recuperación en el empleo muy débil.
El caso que amerita mayor atención es Wall Street, principal plaza financiera de Estados Unidos y epicentro de la última crisis. Desde el viernes 1º de marzo, la bolsa no ha parado de subir. Wall Street logró cerrar la segunda mejor semana del año con todos los índices subiendo por encima de 2%, el Dow Jones, Standard & Poor's 500 y Nasdaq.
Disponible: Aqui
América Latina necesita crear 40 millones de empleos para absorber la población económicamente activa hasta el 2020, además de incrementar el trabajo formal y elevar la productividad, de acuerdo con la OIT. La región ha tenido una tasa de crecimiento positivo en los últimos años que ha llevado la tasa de desempleo urbano hasta mínimos históricos de 6.4% en el promedio regional.
La representante de la OIT en América Latina y el Caribe, Elizabeth Tinoco, dijo además que es necesario hacer frente a temas relacionados con la calidad del empleo, así como atender la alta informalidad y la baja productividad, dos lastres de antaño de la región. Al nivel latinoamericano la tasa de informalidad no agrícola es de 47%, en México según las últimas cifras oficiales, es de alrededor de 60%.
Si la región lograra mejorar sus perspectivas de crecimiento económico y alcanzar un 4% anual, la tasa de informalidad demoraría 55 años en reducirse a la mitad. Finalmente, la población económicamente activa de América Latina aumenta en 2.5% al año y esto significa que anualmente se incorporan poco más de 5 millones personas a los mercados de trabajo.
Texto completo da clíck aquí