Agosto

La crisis latinoamericana de la deuda desde la perspectiva histórica

A inicios de la década de los ochenta estalló la crisis de la deuda externa, marcando un punto de inflexión en la historia económica de América Latina y el Caribe. Con ello se desencadenó la crisis de una estrategia de desarrollo que —con diferencias entre países y modificaciones a lo largo del tiempo— había caracterizado las décadas anteriores. Varios países no estuvieron en condiciones de atender sus compromisos y entraron en cesación de pagos. Se aplicaron una variedad de medidas encaminadas a superar la crisis, que generalmente tuvieron un sesgo contractivo.

El impacto sobre la capacidad productiva, el empleo y las condiciones sociales fue tan fuerte que la CEPAL caracterizó los años siguientes como una “década perdida” para el desarrollo económico y social de la región. 

En este libro se reúnen cuatro ensayos que permiten entender los factores que originaron la crisis y las circunstancias que determinaron que sus consecuencias para la región fueran aún más graves que las de la Gran Depresión de los años treinta.

En el libro se explican también los procesos de negociación que condujeron a los países deudores a una situación desmejorada, los programas de reestructuración de la deuda y su incidencia en el desarrollo financiero de la región, y el modo en que los cambios en las políticas económicas experimentados por la región pueden contribuir a prevenir la ocurrencia de este tipo de crisis en el futuro.

Treinta años después de la crisis que más gravemente afectó el desarrollo de la región, en un mundo cada vez más interdependiente y turbulento, las lecciones aprendidas de este episodio están plenamente vigentes.

Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2014: CEPAL

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Las economías de América Latina y el Caribe crecerán en promedio 2,2% en 2014, a causa de la debilidad de la demanda externa, un bajo dinamismo de la demanda interna, insuficiente inversión y un limitado espacio para la implementación de políticas que impulsen la reactivación, anunció hoy el organismo. 

Estos elementos impactan de manera diferenciada a los países y subregiones de América Latina y el Caribe, verificándose una alta heterogeneidad en las dinámicas de crecimiento, agregó la CEPAL. 

En el informe se indica que la desaceleración económica observada en el último trimestre de 2013 se mantuvo en los primeros meses de 2014, con lo que la región anotará un crecimiento inferior al del año pasado (2,5%). Sin embargo, advierte que la gradual mejora de algunas de las principales economías del mundo, debería permitir un cambio de tendencia hacia fines de 2014. 

“Las políticas macroeconómicas tienen que tomar en cuenta las vulnerabilidades específicas de los países. Sin duda, en todos los casos es importante aumentar la inversión y la productividad, para garantizar en el mediano plazo un cambio estructural con igualdad. Ambas determinantes son retos claves para la sostenibilidad económica del desarrollo, especialmente en el contexto actual”, señaló Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, durante la presentación del documento.

Situación económica de Latinoamérica: Tercer trimestre de 2014

Todo apunta a que la calma en los mercados financieros internacionales en el segundo trimestre de 2014 también se trasladó a los de América Latina con aumento en el precio de los activos pese a la significativa desaceleración de la actividad económica en la región.

Previsiblemente, el crecimiento en América Latina aumentará del 1.6% en 2014 al 2.5% en 2015 de la mano de un aumento del crecimiento mundial y por la recuperación de la inversión, especialmente pública. De otro lado, la Alianza del Pacífico crecerá 3.1% en 2014 y 4% en 2015.

La desaceleración económica disminuye la presión sobre los déficits exteriores, pero la aumenta sobre las cuentas fiscales, con lo cual los retos para enfrentar la crisis por parte de los gobiernos de la región son cada vez mayores.

La debilidad del crecimiento ha tendido a sesgar las políticas monetarias en la región hacia un tono más acomodaticio incluso en economías donde la inflación permanece en niveles bajos.

Crecimiento económico y productividad en América Latina: una perspectiva por industria, según la base de datos LA-KLEMS

El propósito de este artículo es analizar el crecimiento económico, la productividad y sus determinantes en cinco países principales de América Latina (Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México) durante el período comprendido entre 1990 y 2010.

Este análisis se aplica para el agregado de la economía como también para nueve sectores económicos. Se utiliza una nueva base de datos que servirá como una herramienta fundamental para la investigación empírica y teórica en el área del crecimiento económico y productividad para América Latina; la base de datos LA-KLEMS.

En esta base las variables se organizan en torno a la contabilidad del crecimiento, metodología que proporciona un marco conceptual claro que permite analizar de una manera coherente la interacción entre las variables.

Francia y la rebelión contra la austeridad en Europa

Francia y la rebelión contra la austeridad en Europa[1]

Ariel Noyola Rodríguez[2]

La cúpula europea sostiene que el aumento de la incertidumbre económica en la región deriva fundamentalmente de la inestabilidad geopolítica en Ucrania y Oriente Medio. De este modo, los dirigentes políticos del llamado viejo continente pretenden evadir su responsabilidad ante el agravamiento de la crisis. El segundo trimestre del año en curso, las tres economías mayores de la Zona Euro obtuvieron pésimos resultados en términos de crecimiento económico: Alemania registró una contracción de -0.2 por ciento (primera caída desde 2012); Francia, una tasa de crecimiento cero; e Italia, una recesión de triple hundimiento. La gran noticia es que el motor de crecimiento (Alemania) no marcha más y todo indica que la Eurozona continuará padeciendo recesión crónica en los próximos meses.

“Es mejor admitir lo que es, a mantener la esperanza en algo que no será”, se lamentó Michel Sapin, ministro de Finanzas francés, quien de manera inédita rechazó que las políticas de austeridad fiscal y las reformas estructurales sugeridas por la troika europea (Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y Comisión Europea) vayan a revertir la tendencia recesiva de la economía francesa (The Telegraph, 14 de agosto de 2014). De este modo, Francia tomó distancia de las políticas de ajuste exigidas por el gobierno de Angela Merkel y abandonó el límite de 3.8 por ciento de déficit fiscal como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) aprobado por la Comisión Europea con el respaldo de Berlín. “Me niego a subir los impuestos para cerrar cualquier brecha presupuestaria”, remató Sapin.

El aparente viraje francés ocurre en un momento crítico de gran calado: 2 trimestres consecutivos sin crecimiento y un aumento del descontento social sin precedentes. En enero de 2012, la confianza puesta en el gobierno de François Hollande era de 55 por ciento. Actualmente se ubica en menos de 20 por ciento según diversas encuestas. La baja inflación para el conjunto de la Zona Euro, que se ha mantenido en 0.4 por ciento, podría provocar la bifurcación política en el proceso de integración, según el tipo de medidas para enfrentar la crisis: Francia de un lado promoviendo políticas contracíclicas para revertir la caída de la actividad económica, y Alemania de otro apuntalando y marcando los ritmos del ajuste. No obstante, si el gobierno de Hollande decide mantener la austeridad fiscal y la contracción salarial, la debacle electoral del Partido Socialista francés sería inminente y el ascenso al poder de la extrema derecha podría concretarse en breve con el apoyo de grandes grupos empresariales.

De otro lado, el aumento de las tensiones en la relación con Estados Unidos también tuvo un efecto multiplicador negativo sobre la economía gala. La multa de 8 mil 900 millones de dólares impuesta por el Departamento de Justicia estadounidense en contra de BNP Paribas aumentó en más de ciento por ciento el saldo deficitario de la cuenta corriente el mes de junio. Por añadidura, provocó pérdidas trimestrales al banco por un total de 4 mil 300 millones euros (5 mil 750 millones de dólares). En enero, el precio de una acción de BNP Paribas oscilaba entre 55 y 57 euros, en tanto las primeras 2 semanas de agosto cayó a menos de 50 euros (una reducción de 15 por ciento). El banco Crédit Agricole, también de origen francés, y los alemanes Deutsche Bank y Commerzbank están siendo investigados actualmente por parte de Washington para determinar si violaron, al igual que BNP Paribas, los embargos establecidos por la ley del dólar (The New York Times, 31 de julio de 2014).

En el marco de la cooperación multilateral y con el objetivo de evitar angustias económicas derivadas de multas bancarias futuras, Francia realizó un llamado a discutir el tema de las acciones judiciales del gobierno de Estados Unidos en la próxima reunión del Grupo de los 20 (G-20), a realizarse a finales de año en Brisbane, Australia. Es decir, si bien Hollande evitó un conflicto diplomático de grandes proporciones con el gobierno de Barack Obama, nada le ha impedido cuestionar los términos y el alcance extrarregional de las multas aplicadas por la jurisdicción de Nueva York. “Debe haber una coordinación entre los reguladores”, declaró un alto funcionario europeo, quien confirmó además que ha habido algunas discusiones sobre el tema entre los países que forman parte del G-20 aunque de carácter “informal” (Financial Times, 3 de agosto de 2014). En caso de nuevas sanciones, las repercusiones sobre el nivel de capitalización del sistema bancario europeo serán desastrosas. Dicha situación incrementaría las restricciones en el otorgamiento de crédito y el fomento a la inversión, reduciría aún más las perspectivas de recuperación de mediano plazo y finalmente, la conformación de la Unión Bancaria podría enfrentar nuevas resistencias.

En definitiva, un cambio de rumbo económico sustancial requiere de algo más que declaraciones promisorias de altos funcionarios: es urgente rebelarse a través de acciones que alivien de raíz el malestar económico en la Zona Euro, castigada desde hace 4 años por la crisis y la austeridad. En sintonía con los discursos, Francia estaría llamada a convertirse en la protagonista de semejante transformación. Ojalá.

[1]Texto preparado para la revista Contralínea. Disponible en Web: http://bit.ly/1q9pTdq

[2]Miembro del Observatorio Económico de América Latina del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Columnista de la revista Contralínea (México) y colaborador de la Red Voltaire (Francia). Contacto: anoyola@iiec.unam.mx

Intervención de Oscar Ugarteche en el encuentro "Los fondos buitres sobre América Latina" (VIDEO)

La inaceptable extorsión de los "Fondos Buitres" sobre la soberanía de distintos países de América Latina exige un fuerte posicionamiento de las organizaciones de la sociedad civil y de sus redes regionales.

Acompañan esta convocatoria: Encuentro de Entidades No Gubernamentales para el Desarrollo - Foro Latinoamericano de Juventudes [FLAJ] - Foro Ciudadano de Participación por la Justicia y los Derechos Humanos [FOCO] - Plataforma Argentina de Organizaciones Sociales para la Integración Regional y la Incidencia en el G-20 [PLARSUR].

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Tema de investigación: 
Arquitectura financiera

Con el espíritu de las viejas utopías

Hace setenta años, en medio del caluroso verano de 1944, los vecinos del tranquilo pueblo rural de Bretton Woods en New Hampshire fueron testigos de uno de los eventos más importantes de la época moderna. Durante tres semanas se reunieron 730 delegados de 44 naciones en el elegante hotel Mount Washington, famoso centro de descanso y esparcimiento, para discutir y formular los lineamientos fundamentales que habrían de establecer la nueva arquitectura financiera y económica internacional de la posguerra.

Hoy en día cabe preguntar si nos encontramos ante un nuevo escenario global que requiere cambiar las formas de pensar conceptos y prácticas que fueron dominantes durante más de medio siglo. Por una parte, resulta evidente que actualmente la economía mundial depende cada vez más del dinamismo de los países de Asia, América Latina y África, y menos de la hegemonía tradicional de Estados Unidos y de Europa. También es claro que tras el colapso financiero de 2008 y sus secuelas, el propio desarrollo económico tropieza con agudos desafíos, que se acentúan por el enorme impacto del cambio climático, cuyas graves consecuencias apenas comenzamos a vislumbrar, patentes, entre otras cosas, por el acelerado aumento del calentamiento global.

A su vez, es urgente dirigir más atención a la calidad de vida de los pueblos rurales, muy olvidados por administraciones centralizadas que no aprecian a las comunidades de campesinos e indígenas, que siempre han sufrido la mayor explotación y descuido en Latinoamérica. En suma, es necesario cambiar los términos en que se plantean los modelos de desarrollo, que requieren adecuarse a las nuevas condiciones sociales y económicas para ofrecer una mayor sintonía tanto con la naturaleza como con las necesidades cotidianas de las mayorías, que sufren por el desempleo, el subempleo y la pavorosa concentración del ingreso en la época contemporánea. Solo así se podrá recuperar algo del espíritu de las viejas utopías, tan golpeadas en nuestros días.

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