La necesidad de la implementación de las reformas financieras en China se ha vuelto un tema importante en la coyuntura económica. La deuda ha aumentado a un nivel de 250% y empieza a llegar a los niveles de las economías avanzadas más endeudadas como Estados Unidos.
Sin embargo, China enfrenta el desafió de llegar a la tasa de crecimiento objetivo de 7.5% este año. De esta manera, las reformas se han aplazado debido a las señales de desaceleración económica en el país afectando la asignación de capital en sus sectores. Por otro lado, los bancos chinos han enfrentado recientemente problemas de liquidez por lo que la liberalización de la tasa de depósito representaría el mayor problema a corto plazo.
Por lo tanto, la reforma de la liberalización de la tasa de interés en el sistema financiero chino ha sido uno de los puntos más controvertidos de las reformas financieras. Esto ha sido así ya que por un lado limitará el endeudamiento de su economía y la sobrecapacidad de sus sectores, pero por otro lado, podría desatar una serie de quiebras que podrían afectar a su crecimiento.
Las economías emergentes siguen recibiendo montos significativos de inversión, particularmente, la región de Asia. Sin embargo, desde agosto de 2014, los flujos se han desacelerado por las tensiones geopolíticas en Rusia y las menores tasas de crecimiento de los países asiáticos.
De esta manera, el Institutito de Finanzas Internacionales (IFI), explica que estas economías deben ofrecer activos con un mayor nivel de rendimientos para que pueda haber una continuidad en los flujos. No obstante, dicha tarea es difícil por las crecientes volatilidades en la política monetaria de las economías avanzadas como Estados Unidos y la zona euro.También la región que se ha visto amenzada es el grupo de las economías emergentes de Europa por las sanciones de Rusia y al tener no tener un sector financiero nacional, han presentado un creciente riesgo de fuga de capitales.
Por último, estos flujos de capitales se han dado de forma diferenciada en el grupo de las economías emergentes, ya que por ejemplo México ha recibido un mayor flujo por las reformas implementadas a diferencia del año pasado. Mientras que existen otros países como Brasil que han tenido dificultades en mantener la afluencia de capitales.
Desde 2007, de acuerdo con Christophe Destais, las operaciones de swaps de divisas han sido comunes entre los distintos bancos centrales. Sin embargo, sobresalen dos bancos que han dominado estas operaciones: la Reserva Federal (FED) y el Banco Popular de China (BPC).
Por un lado, el BPC ha realizado estas transacciones con el objetivo de impulsar la transnacionalización del yuan y así incrementar las operaciones de comercio e inversión que se vieron afectadas a raíz de la crisis de 2008 por la escasez del dólar como medio de pago. Por otro lado, la FED ha impulsado estas operaciones con el fin de evitar un colapso financiero como el de la crisis de 2008.
Estas operaciones fueron reforzadas este último año con la firma de un acuerdo de swap entre el BPC y el Banco Central Europeo, y el acuerdo de la FED junto con otros cincos bancos centrales por mantener acuerdos de swaps temporales en octubre de 2013. Sin embargo, con los crecientes riesgos que han tomado las entidades financieras, resulta dudoso si estos mecanismos son suficientes para amortiguar un shock financiero que pueda afectar al sistema financiero global.
El Informe de Banco Internacional de Pagos (BIP), explica que la volatilidad y la toma de riesgos por los agentes financieros han disminuido en 2014. Esta tendencia ha favorecido la expansión de las actividades bancarias transfronterizas este año. Sin embargo, en la eurozona las actividades bancarias transfronterizas han disminuido por lo que enfrenta crecientes riesgos de shocks financieros.
Por otro lado, las economías emergentes están en una situación frágil al presentar devaluaciones de su moneda, aumentar su endeudamiento, y enfrentar el riesgo de una subida de la tasa de interés en Estados Unidos. Además el menor nivel de las exportaciones y la caída de los precios de las materias primas, han afectado duramente sus economías.
A esto se añade que en la mayor parte de las economías emergentes, el precio de la vivienda ha aumentado de forma significativa creando la posibilidad de la aparición de una burbuja especulativa.
La fragmentación financiera en Europa ha sido uno de los problemas más importantes en la eurozona después de la crisis. Es por esta razón que se ha anunciado la puesta en marcha de diversos mecanismos que puedan resolver este problema.
La propuesta por las autoridades europeas fue la creación de una unión bancaria que estaría constituida por: el Mecanismo Único de Supervisión (MUS), el Mecanismo Único de Resolución (MUS) y el Fondo Único de Resolución (FUS).
Por un lado, el MUS tendría como objetivo adoptar un régimen regulatorio uniforme en la eurozona para facilitar el proceso de integración financiera en la región. Por otro lado, el MUS sería el mecanismo que decidiría el rescate de las entidades financieras dentro de la eurozona. Por último, el FUS sería el fondo que financiaría los rescates bancarios de las entidades que estuvieran en problemas.
Por medio de estos tres mecanismos las autoridades europeas intentarán resolver el problema de la fragmentación europea y con ello terminar la relación entre Estado-Banco que estuvo presente en la crisis financiera de 2008 y se ha prologando en la actualidad.
¿Montevideo, la capital latinoamericana del yuan?
Ariel Noyola Rodríguez[1]
El cierre de los canales de crédito internacional (credit crunch), como efecto de quiebras bancarias masivas en Estados Unidos, luego del desplome de Lehman Brothers en septiembre de 2008, llevó a los inversionistas, en un primer momento, a buscar refugio en el dólar, la moneda hegemónica del sistema monetario internacional. Ello precipitó la caída de las monedas nacionales en relación a la divisa estadounidense y disminuyó los saldos superavitarios de las cuentas corriente de las economías de la periferia observados a partir de 2002. Los flujos de mercancías de origen primario (materias primas) y secundario (manufacturas y productos industriales) se vinieron abajo, afectados sobre todo por la reducción de los precios, más que por la disminución del volumen exportado. De otro lado, la resistencia del Congreso estadounidense ha mantenido congelada la implementación de los acuerdos alcanzados por el grupo de los 20 (G-20) para reformar el sistema de representación del Fondo Monetario Internacional (FMI), actualmente bajo la dominación aplastante del grupo de los 7 (G-7). Por esa razón, China se orienta cada vez más a utilizar su moneda para de un lado, reducir los efectos negativos del derecho de señoreaje del dólar sobre los flujos globales de capital y de otro lado, construir de manera progresiva, un sistema monetario multipolar.
Para ello, el gobierno chino puso en marcha un plan global con tres estrategias clave. En primer lugar, ha impulsado la firma de swaps cambiarios bilaterales (permutas de cobertura de divisas) con otros bancos centrales. El objetivo consiste en proteger los flujos de comercio e inversión mediante la provisión de moneda extranjera a los sectores público y privado. Así, desde 2009 China ha concretado la firma de swaps cambiarios bilaterales con más de veinte bancos centrales. Fuera del continente asiático, destacan los acuerdos con el Banco de Inglaterra por 32 mil 600 millones de dólares y el Banco Central Europeo (BCE) por 57 mil millones de dólares. Rusia e India también firmarán los propios, ambos países integrantes del BRICS (acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). En cuanto a América Latina, cuyo comercio con China creció 18 por ciento anualmente durante la última década, Brasil y Argentina cuentan ya con swaps cambiarios por 30 mil y 11 mil millones de dólares respectivamente. Así, la diplomacia del Banco Popular de China ha creado un mercado global del yuan en rápido crecimiento que suma ya más de 4 billones (castellanos) de dólares. En segundo lugar, a través de la Plataforma de Negociación de Divisas (CFETS, por sus siglas en inglés), Pekín ha establecido en los dos últimos años centros de liquidación directa en el exterior para facilitar el uso del yuan. Las ventajas de tales proyectos incluyen cruzar de manera directa las divisas, reducir los costos de conversión, facilitar el uso de las monedas nacionales en los acuerdos bilaterales y finalmente, promover la cooperación financiera y económica. Bajo este esquema piloto, el ringgit malayo, el rublo ruso, el yen japonés, el dólar australiano, el dólar neozelandés, y más recientemente, la libra esterlina y el euro, realizan operaciones en directo con la “moneda del pueblo” (renminbi). Y en tercer lugar, a través del Programa Chino de Inversores Institucionales Extranjeros Calificados en Renminbi (RQFII, por sus siglas en inglés), que permite a las empresas de las ciudades elegidas por China (Londres, París y Fráncfort en la Unión Europea, y Hong Kong, Singapur, Seúl y Taiwán en el continente asiático hasta ahora) invertir en los mercados valores y adquirir activos financieros denominados en yuanes, mediante cuotas adjudicadas por el regulador bursátil. No hay duda de que el empuje principal de China para avanzar en la internacionalización de su moneda radica en su fuerza comercial. China es hoy el primer exportador mundial de mercancías y el segundo mayor importador. Previsiblemente, la mitad del comercio exterior de China será facturado en yuanes en un plazo no mayor a quince años. Asimismo, se perfila como el primer socio comercial de América Latina en los próximos años y desplaza de modo gradual la posición económica de Estados Unidos en diversas zonas. En este sentido, todo parece indicar que la relación entre ambas regiones dará un salto cualitativo a través del impulso al renminbi en el plano regional.
Recientemente, se llevó a cabo la VIII Cumbre China-Latinoamérica y el Caribe en la ciudad de Changsha bajo el auspicio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Popular de China, el Consejo Chino para la Promoción del Comercio Internacional y el gobierno de la provincia de Hunan. El encuentro logró reunir a centenares de ejecutivos de empresas y funcionarios de alto nivel a fin de discutir los términos de la relación económica. Sorpresivamente, el ministro de Economía y Finanzas de Uruguay, Mario Bergara, manifestó su interés de convertir a Montevideo en la primera capital latinoamericana especializada en el comercio en yuanes. Para llegar a ser la capital del yuan en América Latina, Montevideo deberá profundizar la cooperación bilateral en materia financiera con China a la brevedad, ya sea mediante la firma de un swap cambiario bilateral, el comienzo de los trámites correspondientes para emitir bonos denominados en yuanes (los famosos bonos “Dim Sum”), realizar inversiones transfronterizas mediante el programa RQFII, o bien convertirse en centro de liquidación directa tal y como ya lo han hecho varias ciudades europeas y asiáticas. En suma, aunque el yuan todavía tiene un largo camino por recorrer antes de convertirse en moneda de reserva, avanza de manera acelerada y América Latina podría ejercer, a través de Uruguay, un papel protagónico en dicho esfuerzo.
[1] Miembro del Observatorio Económico de América Latina del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Columnista de la revista Contralínea (México) y colaborador de la Red Voltaire (Francia). Contacto: anoyola@iiec.unam.mx
De acuerdo con el Informe de Estabilidad Financiera Mundial publicado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), los bancos han continuado tomando riesgos crecientes después de la crisis financiera internacional de 2008
Según Gastón Gelós, Jefe de la División de Estabilidad Financiera Mundial del FMI, las recientes reformas en la arquitectura internacional han mejorado de forma significativa la gestión de riesgos en los bancos, sin embargo, es necesario profundizar las reformas de modo que la remuneración de los ejecutivos sea más susceptible al riesgo de incumplimiento y dependa en mayor medida de los resultados a largo plazo.
Sin embargo, las entidades más endeudadas han efectuado operaciones con un riesgo creciente lo que podría amenazar la estabilidad del sistema financiero internacional. En este sentido, Gelós recomienda la posibilidad de las que las directivas no sólo estén integradas por los accionistas de los bancos sino también por los acreedores.
De esta manera, se recomiendan cuatro políticas que puedan ayudar a limitar el riesgo de las entidades bancarias:
1) Los bancos deben alinear mejor la remuneración con el riesgo.
2) La remuneración adicional se podría diferir en el tiempo e incluir en los contratos mecanismos de recuperación
3) Los directorios de los bancos deben ser independientes de la gestión del banco.
4) La función de los organismos de supervisión financiera es asegurar que los directorios lleven a cabo una supervisión eficaz de los riesgos que asumen los bancos.
El discurso de Andreas Dombret, miembro del Consejo Ejecutivo del Bundesbank, aborda el proceso de integración en los siguientes rubros: unión fiscal, unión bancaria, unión de mercado de capitales.
En cada uno de estos rubros, la integración en la eurozona ha permanecido incompleta. En la integración fiscal, por ejemplo, los estados efectúan su política fiscal de manera independiente y no existen señales de que vaya haber una coordinación entre los diferentes estados. En este punto, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la eurozona ha sido un esfuerzo incompleto en coordinar las políticas fiscales de los estados miembros. Sin embargo, han surgido mecanismos como el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera que podría utilizar sus fondos restantes en proyectos de infraestructura lo cual ayudaría a compensar este defecto de la unión monetaria.
Por otro lado, la integración de la unión bancaria aún no se ha materializado la cual estaría compuesta por un mecanismo de resolución único y la supervisión de 120 bancos por el Banco Central Europeo (BCE). Este paso sería importante para la unión ya que al ser la eurozona un area monetaria con una moneda única, la supervisión por un solo ente es sumamente necesaria.
Por último, se encuentra la integración del mercado de capitales que solamente ha funcionado en los mercados interbancarios. Lo anterior es riesgoso para la unión ya que no existen mecanismos que hagan compartir los riesgos de las distintas entidades bancarias y forzan que las entidades estatales las rescaten.
De este modo, la integración incompleta de la zona euro no apoya una estructura que promueva la estabilidad de la zona monetaria a largo plazo.
La banca paralela ha funcionado de manera similar a la banca tradicional, no obstante, está regida bajo normas de regulación diferentes. La banca paralela incluye a instituciones como fondos comunes de inversión, fondos de cobertura, sociedades financieras.
Esta banca ha ido adquiriendo con el tiempo una mayor importancia manejando montos mayores. Según Gastón Gelós, Jefe de la División de Análisis Financiero Internacional del Fondo Monetario Internacional (FMI), la banca paralela adquiere una mayor importancia cuando existen regulaciones estrictas en la banca tradicional. También crece cuando las tasas de interés reales y los diferenciales de los rendimientos están bajos y los inversores buscan rentabilidades altas. Por ejemplo, la banca paralela maneja entre 15 y 25 billones de dólares en Estados Unidos y 22.5 billones en la zona euro y alrededor de 7 billones en los mercados emergentes. Estos montos considerables representarían un riesgo para las economías avanzadas ya que sus fuentes de financiamientos son principalmente de corto plazo.
No obstante, existen algunos efectos positivos de dichas entidades al proveer de crédito a entidades que no encuentran facilmente fuentes de financiamiento. También proporcionan crédito a largo plazo al sector privado en las economias avanzadas. Por lo tanto, sería necesario una regulación financiera sobre dichas entidades para controlar sus efectos negativos.
De este modo, el FMI recomienda que los países supervisen la banca paralela para mantener la estabilidad financiera global. También, estima que dicha regulación dependería del riesgo sistémico que representen estas entidades por lo que sería necesaria una mayor cooperación internacional en el ámbito regulatorio.
Leer el informe completo en español aquí
Yuan, moneda clave de la desdolarización global
Oscar Ugarteche[1], Ariel Noyola Rodríguez[2]
La internacionalización del yuan y la desdolarización global avanzan en paralelo. En mayor medida como resultado de la debilidad de la economía norteamericana y menos como consecuencia de la desamericanización. Este segundo escenario exigiría poner en cuestión la hegemonía de Estados Unidos en su totalidad, situación que aún no existe. Sin embargo, sí hay un progreso en diversos mecanismos de cooperación financiera liderados por China de cara a la incertidumbre de los mercados financieros internacionales, el estancamiento de la reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la fragilidad de la recuperación económica mundial.
En un primer momento, la desdolarización pretende amortiguar los efectos de la volatilidad de los tipos de cambio, las tasas de interés y los mercados de valores. En un segundo momento, la marcha del yuan podría alcanzar una dimensión sistémica y enfrentar al dólar en una dura batalla por conseguir reconocimiento global. Actualmente, más de cuarenta bancos centrales mantienen el yuan como referencia en la acumulación de reservas junto a las divisas dominantes (el dólar, el euro, el yen japonés y la libra esterlina). En 1999, cuando el euro entró en circulación, 70% de la composición de las reservas de los bancos centrales se mantenía en dólares. A finales de 2013, la divisa estadounidense representa 60 por ciento. En cambio, el rubro “otras divisas” en las cuentas del FMI pasó de representar 1.62% hace 15 años a alcanzar 6.51% a finales de 2013, básicamente por el peso creciente del yuan.
No hay duda de que la expansión comercial de Pekín constituye la fuerza principal para internacionalizar su moneda. Como corolario, el Banco Popular de China ha impulsado la firma de swaps cambiarios bilaterales. A la fecha posee acuerdos con cerca de 25 bancos centrales. Así, el gobierno chino creó un mercado global del yuan. Con todo, el principal desafío de la “moneda del pueblo” (renminbi) radica en que China es un país con doble superávit (cuentas corriente y capital) y no inyecta yuanes a la economía mundial, situación que complica guardar yuanes en físico. Para revertir dicha situación, el gobierno viene promoviendo la apertura gradual de la cuenta de capital a fin de poner el yuan a disposición de inversionistas foráneos: los depósitos denominados en yuanes se han multiplicado por diez en los últimos cinco años. Hasta el momento, más de 1,200 cuentas interbancarias han sido abiertas y 1.70 millones de yuanes se han colocado entre empresas y clientes individuales. No obstante, la apertura hace más vulnerable a China frente a los vaivenes especulativos y los procesos de apreciación indeseables como ha ocurrido en lo que va del año.
Fuera del continente asiático, el yuan ha conseguido apoyos importantes en Europa. En primer lugar, el espaldarazo de la City de Londres continúa rindiendo frutos luego de que Fráncfort, París y Luxemburgo se lanzaran como ciudades de comercio del yuan. Recientemente se realizó desde Londres la primera emisión de bonos soberanos en yuanes fuera de China, los fondos servirán para financiar la acumulación de reservas en yuanes del Banco de Inglaterra. Asimismo, las autoridades del Banco Central Europeo (BCE) discuten la posibilidad de incluir la moneda china en sus reservas internacionales. Es evidente que el estrechamiento de los vínculos económicos entre Europa y Asia, culminó de manera natural, en una mayor cooperación financiera entre ambas regiones que incluye entre otros elementos, incrementar el uso del yuan en la facturación del comercio: Gran Bretaña y Alemania han visto incrementados en más de ciento por ciento sus pagos denominados en yuanes entre 2013 y 2014, Francia y Luxemburgo en más de 40%, según los datos actualizados a agosto de la Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Internacionales (SWIFT, por sus siglas en inglés).
En Rusia, el yuan también ha encontrado no sólo un aliado, sino un socio estratégico como consecuencia de las sanciones económicas impuestas por Occidente. China concretó, a principios de octubre, la firma de un swap cambiario bilateral con el banco central de Rusia por un monto equivalente a 25 mil millones de dólares, el segundo firmado con un país integrante del grupo BRICS (acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), el primero fue con Brasil por un monto de 30 mil millones de dólares. China es hoy día el principal socio comercial de ambos países. El comercio entre Rusia y China sumó 89 mil millones de dólares en 2013. El swap de divisas abre el camino para aumentar el comercio bilateral al tiempo que opera como mecanismo defensivo frente a los bloqueos de las cuentas rusas en dólares en Europa y Estados Unidos. Más importante aún, ambas partes discuten actualmente poner en marcha un sistema de pagos alternativo a SWIFT. Los problemas de congelamiento de las cuentas en dólares por diferencias con Estados Unidos sobre aspectos de política exterior, como los casos de Irán, Cuba y más recientemente Francia (BNP Paribas), podrían neutralizarse realizando operaciones bajo una nueva institucionalidad e instrumentos de pago en proceso de convertirse en divisas.
Las proyecciones elaboradas por The Financial Times y The Economist anuncian tiempos de transición: a finales de año China sobrepasará a Estados Unidos como la primera economía mundial. En suma, China transforma la economía global y el Sistema Monetario Internacional, cada vez menos centrado en el dólar y abriendo más espacios regionales a favor del yuan.
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[1]Economista peruano, trabaja en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México. Miembro del SNI/Conacyt. Coordinador del Observatorio Económico de América Latina (OBELA) www.obela.org y presidente de ALAI www.alainet.org
[2]Miembro del proyecto OBELA, IIEc-UNAM. Columnista de la revista Contralínea (México) y colaborador de la Red Voltaire (Francia). Contacto: anoyola@iiec.unam.mx
Las recientes regulaciones en el sistema financiero global han provocado diversas respuestas en el sistema financiero. Las más importantes, según el reporte del BIS, es la mayor acumulación de reservas por los bancos más importantes.
No obstante, continúa el debate sobre los efectos negativos que pueden tener estas regulaciones al reducir la rentabilidad de los bancos y los incentivos para que presten a las economías nacionales.
Por otro lado, los bancos se han mostrado reticentes en implementar estas regulaciones por lo que los resultados de estas reformas han sido poco significativos. Algunos ejemplos de las reformas son las leyes Dodd-Frank en Estados Unidos y la Unión Bancaria en la eurozona.