En Europa corren tiempos de grandes dificultades. La búsqueda de una unión europea tiene precedentes que se remontan a la época clásica. La modernidad ha impulsado, después de la segunda guerra mundial, esa unión. El principal motivo de la Unión Europea moderna era una unificación política. No financiera y monetaria, eso vino después y ha dejado de lado ese germen primigenio, sustancial, de unión política. Otro aspecto de relevancia que era parte fundamental de la idealizada Unión Europea, de la declaración de Ventotene en 1941, era la pretensión de una democracia. Ambos cimientos han sido relegados.
Es cierto que en Europa todos sus habitantes tienen derecho al voto, pero no así poseen derecho a voz; la ciudadanía ha sido excluida de la creación y toma de decisiones políticas de toda índole. No hay discusiones, sólo hay votaciones y decretos impositivos que no son sometidos a una dialéctica que los legitime; la democracia europea está perdiendo su legitimidad. La mayor parte de las políticas están basadas en las directrices mandadas desde el sector financiero.
Por otro lado se ha insistido en cimentar el proyecto de Unión Europea en la unificación bajo una sola moneda y sistema bancario, cuando en un principio se buscaba una unión política. El viraje ha hecho que la nave se encuentre en medio de una tormenta de poderes financieros y políticos que no da muestras de ceder. La inflexión que existe en el tipo de cambio ha hecho que países con poca o escaza producción (Grecia, España, Portugal, etc.) padezcan una grave caída en su competitividad con el resto de los países de la zona euro. A este escenario, donde en promedio hay crecimiento cero en la zona euro, hay que agregar que las políticas de austeridad que se les está imponiendo (no por vía democrática) a estos países con problemas está traduciéndose en un descontento generalizado entre los habitantes de cada país, los recortes no hacen sino empeorar el panorama político y económico en estos países.
Por otro lado: ¿Qué tan buena es la globalización? ¿Qué tan buena es la financiarización? ¿Qué tan benéfico es la propagación de la banca transfronteriza?
Es de suma importancia el papel del sector financiero para el desarrollo económico de cualquier país. Un buen sistema financiero estimula e impulsa un crecimiento y desarrollo de forma organizada y con mayor celeridad. Pero llegado a un punto de crecimiento respecto del PIB, el sector financiero, comienza a causar el efecto contrario para el cual fue concebido; este punto es alrededor del 3.2%. Cuando esta cantidad del PIB es producida por el sector financiero en su conjunto se produce un efecto de ralentización sobre la economía que puede terminar en estancamiento o crisis si la cifra continua aumentando. Por otro lado cuando los niveles de deuda, ya sea pública o privada, alcanzan el 90% del PIB de cualquier país, este comienza a sufrir los estragos de una economía no saludable y en riesgo de caer en crisis, y, eventualmente en recesión.
En primer lugar partimos del hecho en que el intercambio de mercancías y servicios entre los individuos, comunidades, naciones, es benéfico en general para cualquier sociedad, pero para llevar a cabo este intercambio de manera sencilla y eficaz se necesita primero que se expanda la banca transfronteriza. ¿Qué tan grande debe de ser dicha banca? No existen estudios precisos, pero los realizados por Ceccheti señalan que debe de regir el mismo principio que en una economía cerrada como la supracitada.
Texto completo en inglés da click aquí