El pasado martes, el Banco Mundial expuso un informe en el que señala que la escacez del agua en el mundo, exacerbada por el cambio climático, tendrá efectos notables y nocivos para el crecimiento económico de algunos países que puede llegar a caer hasta un 6% del PIB; esto debido a la utilización del líquido vital en incontables procesos productivos. Esta nota puede asociarse con el informe que Wikileaks sacó a la luz, el cual declara que para el 2050 el agua potable en la Tierra se habrá agotado.
Los pronósticos expresados señalan como causas el crecimiento exponencial de la población, el aumento en los ingresos y su concentración en las ciudades, que obliga a la distribución del agua en un contexto cada vez más incierto.
La inseguridad de los recursos hídricos generará a su vez nuevas problemáticas, tales como migraciones, conflictos violentos, desaceleración de la economía mundial y sin duda, la profundización de la crisis ambiental.
Ante este panorama, se hacen urgentes políticas públicas encaminadas a mejorar el uso del agua en el corto plazo, ya que de no hacerlo, para el 2050 los países que tienen un mayor número de agua sufrirán la escasez, mientras que aquellos que hoy en día ya tienen problemas de abastecimiento del recurso se encontrarán en una grave situación de cara a los años por venir. Cabe resaltar que los efectos nocivos tendrán más impacto en aquellos países que concentran las zonas más secas y cálidas del mundo, que dicho sea de paso, también concentran la mayor pobreza.