La transición energética en América Latina tiene el problema estructural que se arrastra en la región desde siempre: la falta de capital. Para resolver esto, el financiamiento externo ha sido el principal motor del cambio en la matriz energética. ¿De dónde viene el financiamiento? ¿y qué significa?
Del 2000 al 2020, el 26% del financiamiento mundial para proyectos energéticos fue encaminado a Latinoamérica. En el periodo, entraron $84 mil millones de dólares (MMD) en deuda, compra de acciones y subsidios. De estos, 44% se destinaron a proyectos de energías renovables.
La tendencia general es un aumento del financiamiento de los proyectos renovables. Los principales financiadores son el Banco de Exportación e Importación de China, el Banco de Desarrollo de China, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y la Agencia para el Desarrollo Internacional de EUA, en ese orden.
Los principales destinos para energía no renovable son Brasil y Venezuela para el periodo, en su mayoría proyectos de extracción de petróleo financiados por los bancos de desarrollo chinos. Por parte de los proyectos renovables, son: Ecuador, Chile, Argentina y México.
En Ecuador, el principal financiador es China con $4 MMD. El grueso del monto son los préstamos a la administración de Rafael Correa para la construcción de hidroeléctricas en el país. Con tecnología china, Ecuador logró que el 76% de la generación eléctrica del país fuera por parte de hidroenergía para 2018. El siguiente gran financiador es el BID que le prestó a Ecuador $120 millones de dólares (MDD) para la construcción de parques solares en 2016.
En Chile, contrario al comportamiento de Sudamérica, el principal financiador es EUA con un total aproximado de mil millones de dólares en el periodo del 2000 al 2020. Sin embargo, esto es porque en 2013 y 2014 se realizaron fuertes inversiones por parte de empresas estadounidenses a parques solares. Desde entonces no hubo mas actividad. Destacan los préstamos de la empresa estadounidense SunEdison Inc, dedicada a la energía solar, a las chilenas Amanecer Solar y San Andrés por 326 MDD para la construcción de parques solares en el desierto de Atacama. El segundo gran financiador es China con un monto similar de 943 MDD para parques solares en 2012. Esto posiciona a Chile como un territorio de disputa entre estas dos potencias.
En la Argentina, China es el principal financiador con un total de $3 MMD en el periodo estudiado. El proyecto más conocido financiado por la economía asiática es el parque solar Cauchari en Jujuy con diseño y tecnología china. El gobierno de Jujuy emitió bonos verdes por $339 MDD que fueron comprado por el Banco de Exportación e Importación de China. El segundo gran financiador es el BID y el tercero el Departamento de Energía de EUA.
En México los principales financiadores son Francia, Alemania y EUA, que rondan los 600 MDD en el periodo estudiado. La Agencia Francesa para el Desarrollo prestó, en 2019, 60 MDD para la construcción de dos parques eólicos y cuatro solares a cargo de la empresa francesa Engie a lo largo del país, y, en 2020, 110 MDD a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para el desarrollo e investigación de energía geotérmica. En el 2021 se reportó que Électricité de France financiará a la CFE con 200 millones de euros a 25 años para rehabilitación de 14 hidroeléctricas. Por su parte, el Banco de Desarrollo del Estado de la República Federal de Alemania financió programas de promoción y de cooperación científica para las renovables desde 2016 hasta 2018. La Agencia para el Desarrollo Internacional y el Departamento de Energía de EUA financiaron activamente proyectos energéticos de todo tipo del 2000 al 2015 en México. Desde entonces, el único registro es un préstamo de Sempra Energy para la construcción de cuatro parques solares en el 2020.
Destaca que la Cuenca del Caribe está principalmente financiada por EUA y Sudamérica por China. Aunque EUA financia más las renovables que la energía sucia, en cuestión de montos no se compara con la economía asiática. En el periodo del 2000 al 2020 China ha financiado proyectos de energía renovable por más de $9.5 MMD y EUA apenas $3.4 MMD. Una entrada posible para el gigante asiático a la región caribeña puede ser Cuba, con la que hay inversiones y préstamos para energía, infraestructura y compra de autos eléctricos.
La presencia china en la región responde al megaproyecto del La Nueva Ruta de la Seda. Las inversiones del EUA y, con Mauricio Claver-Carone a la cabeza, el BID fungen como trabas a la expansión del gigante asiático en la Cuenca del Caribe, en particular, y la América Latina, en general. Incluso, la administración Biden propuso el proyecto global Build Back Better World como contrapeso para detener la expansión de China en Latinoamérica.
El financiamiento externo a las renovables es vital para la transición energética latinoamericana. Sin el capital exterior es difícil que ésta sea constate y ordenada. El financiamiento seguirá en aumento por parte del G7. Sin embargo, parece que China no piensa dejar que le quiten la delantera, por lo que Occidente debe aumentar los tamaños de inversión para no perder la carrera geoeconómica. No hay que olvidar que América Latina es un territorio de disputa y el control de las renovables es clave.