Las principales organizaciones económicas han publicado previsiones para la economía mundial en 2020: el FMI revisó su pronóstico de crecimiento económico a la baja con respecto a su previsión de octubre de 2019, aunque sigue con perspectiva optimista de un crecimiento del 3.3% en 2020. La previsión del Banco Mundial del 2.5% - idéntica a la estimación de las Naciones Unidas (ONU) - es la más baja, con la de la OCDE en el 2.9%.
No es raro que estas organizaciones sean optimistas: después de todo, no quieren que se les vea como detractores o profetas de la fatalidad. Pero "hablar de la economía" puede tener graves consecuencias, como en el caso de la crisis financiera mundial de 2008-2009, y sus pronósticos de crecimiento de entonces.
Sin embargo, la mayoría de los responsables de las políticas económicas evitan abordar los problemas fundamentales: como los excesos financieros, el aumento del endeudamiento de los hogares, los exorbitantes salarios de los ejecutivos, frente a los salarios reales estancados, cuando no en descenso,