Fecha: Jueves, Abril 16, 2020 - 20:50

2019 fue el peor año con peor desempeño económico mundial desde la crisis de 2008 y este año, con la pandemia del covid-19, apunta a ser peor. Ante esto, los gobiernos comenzaron a plantearse acciones para disminuir el daño económico de la actual crisis.

La actual crisis impactará en América Latina por la disminución de la actividad económica de sus principales socios comerciales, la caída de los precios de los productos primarios, la interrupción de las cadenas de valor, la menor demanda de servicios de turismo, la aversión al riesgo y el empeoramiento de las condiciones financieras mundiales. Esto se combinará con una profundización de la crisis geopolítica y la redistribución del poder económico, político y militar entre las naciones líderes.

Sin embargo, Naciones Unidas dice “es tiempo de solidaridad, no de exclusión” y la CEPAL menciona que momento de repensar las políticas para el desarrollo.

Fecha: Jueves, Abril 16, 2020 - 12:58

Tedros Adhanom Ghebreyesus, el director general de la OMS, es una presencia calmante en medio de la crisis. Flanqueado por un elenco internacional de científicos, siempre parece confiado en que, si tenemos esperanza, escuchamos a los expertos y nos unimos, saldremos adelante.

Sin embargo, el presidente Donald Trump, algunos de los partidarios de la OMS en el gobierno, el mundo académico y las ONG sostienen que, desde el comienzo de la crisis del coronavirus, Tedros y la OMS han cedido ante los nacionalistas, concentrándose en China, alabado las medidas severas de cuarentena y fracasado en la protección del orden internacional liberal del que es un eje.

La OMS se quedó sin poder y recursos para coordinar a los gobiernos por lo que el combate al coronavirus por parte de la organización se ve frustrado. Tras la declaración de la pandemia lo gobiernos no toman todas las medidas recomendadas pues, la OMS no puede sancionar a los países y su autoridad es casi nula.

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Análisis del OBELA         /          ( english version )

La Unión Bancaria Europea: una integración subordinada

Resumen:

Para defender a Europa del problema del riesgo bancario, el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea han diseñado una Unión Bancaria a fin de resolverlo y financiada con los ingresos de los impuestos a las transacciones financieras. La Unión Bancaria estará conformada por tres mecanismos y abarcará 130 entidades bancarias (80% de los activos de la Zona Euro). Primero, el Mecanismo Único de Supervisión (MUS) encargado de la supervisión bancaria europea. Segundo, el Mecanismo Único de Resolución (MUR) responsable de resolver los problemas bancarios de gran envergadura. Y tercero finalmente, el Fondo Único de Resolución (FUR) que financiará los rescates de los bancos.

En el mercado interbancario europeo existe una actitud favorable hacia las entidades bancarias alemanas y francesas, mientras que para las entidades de Grecia, Irlanda, Italia, Portugal y España, la posición es desfavorable (BIS, La actividad interbancaria en retroceso, marzo 2014, http://bit.ly/1nLJ3F9). Las entidades de los países de la periferia europea aún no regresan al mercado de capitales, situación que pone de manifiesto la fragilidad de la recuperación de toda Europa y no sólo de la periferia.

Finalmente, las pruebas de estrés del BCE dadas a conocer el 26 de octubre de 2014 muestran un panorama sombrío. Las pruebas consistieron en la evaluación de los activos y la resistencia de las entidades bajo escenarios adversos a fin de implementar la Unión Bancaria. Los resultados revelaron la persistencia de escasez de capital en 25 bancos. Dichas entidades deberán reunir 263,000 millones euros para enfrentar mejor una posible crisis y no poner en riesgo su solvencia. (BCE, Aggregate report on the comprehensive assessment, 2014, http://bit.ly/ZYCdoj). Los países con mayor vulnerabilidad son Italia, Grecia y Chipre, con nueve, cuatro y dos entidades bancarias respectivamente.

Beijing, el crepúsculo asiático post-Bretton Woods

Resumen:

 

Ariel Noyola Rodríguez/Observatorio Económico de América Latina.

 

El viernes 24 de octubre, un grupo de 22 países asiáticos se reunió en Beijing, para firmar el memorándum de entendimiento que aprobó finalmente la creación del Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (AIIB, por sus siglas en inglés), luego de más de un año de que el presidente de la República Popular de China, Xi Jinping, presentara la propuesta por primera vez ante el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en la ciudad de Bali, Indonesia. A decir de diversos funcionarios entrevistados al respecto, el nuevo banco servirá como plataforma para financiar los proyectos más importantes de la región asiática en materia de telecomunicaciones, energía y medios de transporte.

Los principios rectores del AIIB serán “justicia, equidad y apertura”, en clara alusión al dominio aplastante de Washington en la gobernanza de la Arquitectura Financiera Internacional. Después de siete décadas de haberse llevado a cabo la Conferencia de Bretton Woods, el rol de Estados Unidos como gendarme del capitalismo global permanece incólume a pesar de su estancamiento económico y alto nivel de endeudamiento tanto público como privado. “Se podría pensar en esto como un partido de baloncesto en el que Estados Unidos quiere establecer la duración del juego, el tamaño de la cancha, la altura de la canasta y todo lo demás para adaptarse a sí mismo”, sentenció Wei Jianguo, ex ministro de Comercio de China.

Ante la desaceleración del crecimiento de la economía china a tasas inferiores de 8 por ciento y la creciente debilidad de la demanda externa, el financiamiento de proyectos de infraestructura a través del AIIB, dotaría a la integración asiática de un empuje sin precedentes y China gozaría de un acceso privilegiado a recursos naturales estratégicos y mercados de consumidores potenciales. China es hoy el primer socio comercial de la mayor parte de los países de la zona, entre ellos, India, Pakistán y Bangladesh, y el segundo de Sri Lanka y Nepal. En 2012, el comercio entre China y los diez miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) alcanzó un récord de 400 mil millones de dólares. Indudablemente, antes de que Beijing aspire a conquistar la hegemonía económica mundial, será necesario que consolide primero su liderazgo en el plano regional. Y no sólo en materia económica, sino a través de un mayor equilibrio geopolítico entre los países asiáticos a fin de mantener a raya la “doctrina del pivote” impulsada por el Pentágono y el Departamento de Estado.

 

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