Las recientes alertas por contaminación del aire en la Ciudad de México también se han vivido,en los últmos años, en el resto de América Latina. Los datos muestran que es un problema general en esta parte del mundo y los avances para reducirla han sido insuficientes.
En América Latina, el nivel de emisiones de partículas correlaciona negativamente con el PIB per capita y positivamente con la pobreza. Medido en emisiones de partículas PM2.5, el panorama continental pone a México, Venezuela y Bolivia en niveles de contaminación sustancialmente peores que los de sus vecinos paraguayos o panameños.
Cualquier mecanismo que sirva para reequilibrar la balanza entre emisiones y desarrollo, que ponga precio a las consecuencias negativas del desarrollo, debe ser lo suficientemente preciso como para que sea asumido por quien más se beneficia de la situación actual y dispone de una mayor capacidad de pago.