Coordinador: Dr. Óscar Ugarteche Galarza
                                                                                      Web master:Dr. José Carlos Díaz Silva

Entre llamas y bajo el agua: un balance del cambio climático en 2025

Dom, 09/21/2025 - 22:36 -- jdiaz

Entre llamas y bajo el agua: un balance del cambio climático en 2025

Gabriela Ramírez[1], OBELA[2]

 

De acuerdo con Carbon Brief, grupo de divulgación ambiental, el 2025 no superará las altas temperaturas de 2024. Sin embargo, el primer semestre del 2025 trajo consigo varios eventos climáticos extremos potencializados por el calentamiento global. En el presente artículo se hará un recuento de estos eventos y lo que se espera para el resto del año.

Figura 1. Temperatura global promedio (1840-2025)

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Fuente: Carbon Brief.

            En la figura 1 se observa el aumento sostenido de las anomalías de calor desde 1980. Se aprecia cómo los picos más importantes se han dado en la última década. Si bien las temperaturas del año 2025 no rebasan el umbral de 1.5° C (como lo hizo el 2024), el grupo británico menciona que la tendencia y, muy posiblemente, la aceleración del calentamiento hará que la Tierra exceda este límite en los siguientes cinco años.

            Según la Organización Meteorológica Mundial, existe un 80% de probabilidad de que al menos uno de los siguientes cinco años rompa el récord de calor del 2024 y 70% de que el promedio de temperatura entre 2025-2029 sea mucho mayor a 1.5°C. Cada aumento de temperatura, por pequeño que sea, provoca mayores olas de calor, lluvias extremas, sequías intensas, derretimiento de hielo marino y glaciares, incremento de la temperatura de los océanos y elevación del nivel del mar. 

            El verano boreal fue excepcionalmente caluroso en gran parte de Europa. A finales de julio el sur de Francia suspendió clases, Italia prohibió el trabajo al aire libre durante los momentos más cálidos del día y Serbia tuvo su día más caliente desde el siglo XIX. El sureste del Reino Unido, París, Roma, Milán, Sassari, Lisboa y otras ciudades de los Balcanes lanzaron advertencias por las altas temperaturas. A principios de agosto España fue azotada por una ola de calor sin precedentes que duró casi tres semanas, con temperaturas mínimas de 25°C y máximas de hasta 43°C. 

            Las altas temperaturas, junto con la falta de lluvias, resecan la vegetación y la convierten en el combustible perfecto para los incendios forestales. Cerca de un millón de hectáreas se han quemado en Europa en 2025, una cifra récord. España y Portugal fueron los más afectados por el fuego, con un 1% de la superficie total de la Península Ibérica quemada por completo en dos semanas. De acuerdo con World Weather Attribution, debido al cambio climático, un episodio de calor intenso de 10 días, como el de los incendios, tiene una alta probabilidad de ocurrir cada 13 años. En una era sin calentamiento global, un evento extremo así pasaría cada dos milenios. 

Del otro lado del Atlántico, Canadá vive una temporada de incendios forestales constante e intensa, catalogada como la segunda peor de su historia. Desde abril el fuego ha consumido casi 8 millones de hectáreas. En Estados Unidos, las llamas han devastado 1.6 millones de hectáreas en el Noroeste del Pacífico.  

En el continente asiático, la temporada de monzones del 2025 llegó antes de lo previsto y con fuerza, algo atípico. La provincia de Punjab, en Pakistán, registró un incremento del 73% en las lluvias de julio con respecto a las del 2024. A principios de agosto, Hong Kong registró el total de precipitaciones más alto para agosto en los últimos 140 años, con 35.5 centímetros cúbicos de agua en un solo día. 

En Sudamérica, el agua ha provocado daños a lo largo de la región. El Perú tuvo declaratoria de emergencia por las lluvias desde diciembre del 2024 a abril del 2025. Con cerca de 50 mil damnificados por el desastre, los daños a cultivos, comercios y otras actividades económicas aún no han sido cuantificadas. En Bolivia, las lluvias de otoño mantuvieron a ocho, de sus nueve departamentos, en alerta roja debido a las inundaciones, con la Amazonía como la zona más golpeada. Hubo una situación similar en Ecuador, donde se perdieron 15 mil hectáreas de cultivo y 130 mil personas quedaron damnificadas. 

 Estados Unidos tuvo 1,434 alertas de inundaciones repentinas tan solo en el mes de julio. Nueve de sus estados han recibido 50% más precipitación de lo normal. En México, tras tres meses de precipitaciones constantes e intensas, desde junio hasta septiembre, el récord de lluvias en la capital fue roto después de 73 años. El 2 de septiembre la Ciudad de México tuvo 24 horas continuas de lluvia, en donde cayeron poco más de 34 millones de m3 de agua. 

Por último, los glaciares se derriten más rápido que nunca. Estos, de acuerdo con el Servicio Mundial de Monitorización de Glaciares, pierden 270 mil millones de toneladas de hielo anualmente. El derretimiento, por el calentamiento global, ha provocado diversos desastres alrededor del mundo en el 2025. En mayo, el colapso del glaciar Birch sepultó el pueblo de Blatten, al sur de Suiza. En junio y julio el desbordamiento de dos lagos glaciares provocó inundaciones en Afganistán y Nepal respectivamente. El primero sufrió pérdidas humanas y de cultivos, en el segundo, el agua destruyó cuatro proyectos hidroeléctricos. 

A esto se añaden las diferencias de enfoque entre las dos grandes potencias, que neutralizan los esfuerzos para frenar la crisis ambiental. Mientras que China logró mejorar su calidad de aire gracias a sus políticas de control de emisiones y la llegada a la meseta de su demanda de petróleo, el secretario de Energía estadounidense calificó al cambio climático como “no tan grave”, al Acuerdo de París como “tonto” y toma medidas en contra de las energías renovables.

A medida que el planeta se calienta, aumenta la probabilidad de ondas de calor prolongadas, precipitaciones intensas y continuo deshielo de glaciares. Los incendios forestales no han cesado en Europa, la temporada de lluvias continuará hasta noviembre en México y, como se dijo anteriormente, el hielo se derrite. No solo se debe pensar en frenar el avance del calentamiento global, sino también en la adaptación a las nuevas realidades climáticas. 


[1] Miembro OBELA, becaria SECIHTI.

[2] Dr. Oscar Ugarteche, Dr. José Carlos Díaz, Jennifer Montoya, Carlos Madrid.

Tema de investigación: 
Desarrollo y medio ambiente