Los Foros, el bilateralismo y la debilidad multilateral en tiempos de Trump
Según J.G. Ruggie “El multilateralismo consiste en coordinar políticas nacionales entre grupos de tres o más Estados, ya sea mediante arreglos ad hoc o mediante instituciones internacionales.”. EE. UU. fue el impulsor del multilateralismo durante la segunda guerra mundial, en búsqueda de mecanismos de resolución política de conflictos. Impulsó la creación de la Carta Atlántica (1941), de la ONU (1944) y de las instituciones basadas en Washington, el FMI, el Banco Mundial (1945) y más tarde la Organización Internacional de Comercio conocido por su derivado, el Acuerdo General de Aranceles (GATT, 1947). Sin embargo, la administración de Donald Trump ha estado marcada por una política económica internacional de aranceles, que se opone a las normas internacionales de comercio; de salidas de mecanismos multilaterales, por ejemplo, el Acuerdo de París y de la OMS en 2020, o de la UNESCO, y también la suspensión del financiamiento de la OEA y sus organismos derivados, ambos en 2025. En este artículo se analizará la política de fragmentación del multilateralismo por parte de EE. UU, y su extensión a otros mecanismos regionales, como son la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), el foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en ingles) y la reunión entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en 2025. Esto ha generado una división de países en bandos.
En la cumbre de la ASEAN, en Malasia del 26 al 28 de octubre, se admitió a Timor Oriental como miembro, y se firmó una actualización del acuerdo conocido como el China-ASEAN Free Trade Area (CAFTA). EE. UU. , que no es miembro, fue invitado y aprovechó la ocasión para trabajar un alto al fuego entre Camboya y Tailandia supervisado por el presidente Trump, que resultó temporal. El presidente firmó un acuerdo comercial entre EE. UU. y Malasia y Camboya, donde se acordó un techo de 19% de arancel recíproco en ciertos sectores. Con Tailandia y Vietnam firmó respectivos marcos de cooperación. Dichos cuatro casos le sirven a EE. UU., entre otras cosas, para diversificar las cadenas de suministros de minerales críticos y tierras raras. Adicionalmente con Filipinas pactó la creación de una fuerza de tareas militar conjunta (Task Force), para aumentar la cooperación militar, especialmente en el Mar del Sur de China.
Después de la reunión, como parte de su gira por Asia, Donald Trump visitó Japón. Tuvo una reunión con la primera ministra Sanae Takaichi, con la que estableció un acuerdo comercial sobre reactores nucleares de nueva generación y tierras raras. Además, Japón aumentó su gasto militar al 2% del PIB. En el intermedio entre ambas conferencias se reunieron en Busán los mandatarios Donald Trump y Xi Jingping donde acordaron que China volverá a comprar soja estadounidense y suspenderá por un año sus controles a exportaciones de tierras raras, y además de una suspensión temporal mutua de algunos aranceles. Este arreglo bilateral debió ocurrir en el marco de la OMC.
Días más tarde, la APEC, donde EE. UU. es miembro, se reunió el 31 de octubre de 2025 en Corea del Sur, donde se habló de las cadenas de suministro de bienes estratégicos (chips y minerales críticos), entre otros temas. No asistieron los presidentes Putin, ni Xi Jinping. El presidente Trump firmó un acuerdo comercial no vinculante, donde Seúl será sujeto de menores tasas arancelarias si invierte 350 MMUSD en EE. UU..
Por otro lado, la reunión UE- CELAC, celebrada el 9 de noviembre del mismo año en Colombia, estuvo marcada por ausencias importantes. No asistieron la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, el canciller Alemán Friedrich Merz, Tampoco los presidentes de Francia, México, Chile, Perú y Argentina. Las ausencias reflejaron la debilidad de este mecanismo multilateral.
Por último, el 22 y 23 de noviembre, tuvo lugar la primera cumbre africana del G20 en Johannesburgo. Previamente EE. UU. había advertido a Sudáfrica que no asistiría y que se abstuviera a emitir una declaración final. El presidente Cyril Ramaphosa promovió y logro la declaración final con el rechazo de EE. UU. y Argentina. La ausencia estadounidense deriva de la acusación de racismo contra ciudadanos blancos sudafricanos. En la conferencia se discutieron los problemas de los pagos de intereses sobre la deuda pública externa total, la necesidad de triplicar la capacidad de energía renovable, el aumento de cuotas para el Fondo Monetario y se reconoció la necesidad de aumentar las inversiones globales para cumplir los objetivos climáticos del Acuerdo de París. Todas cuestiones ajenas a la actual política de Washington.
La gira por Asia de Trump y su posicionamiento frente al G20, deja ver, el triunfo de la estrategia del bilateralismo, en sustitución del multilateralismo. Los países del Sudeste asiático fueron de los más sancionados con aranceles y los que más negociaron directamente.
|La política estadounidense de abogar por el bilateralismo es resultado de su incapacidad de liderar los mecanismos multilaterales que alguna vez impulsó.









