Los distintos caminos hacia el futuro climático
Las Vías Socioeconómicas Compartidas (SSPs por sus siglas en inglés) son diversos escenarios de cambios socioeconómicos globales proyectados hasta el 2100 por el IPCC. Estos escenarios se estructuran alrededor de cinco distintas narrativas que representan posibles caminos de evolución socioeconómicos, nombrados como: Desarrollo sostenible, Competencia regional, Aumento de desigualdad, Dependencia de los combustibles fósiles y Desarrollo moderado. En el presente artículo se describirán estas vías y lo que significan.
En la creación de estos escenarios, el IPCC ignora el diferencial del crecimiento económico del ASEAN+5 y del G7; y dentro del G7 la diferencia entre Estados Unidos y la Unión Europea. Estas diferencias van acompañadas de las brechas tecnológicas, lideradas por China, y del cambio acelerado en la matriz energética en Asia y Europa, que no se da en Estados Unidos al mismo ritmo.
De acuerdo con Our World in Data, las SSPs no dictan cómo será el mundo sino dicen cómo podría serlo al tomar en cuenta factores sociales, económicos y tecnológicos como crecimiento demográfico, crecimiento económico, urbanización, comercio, energía y sistemas agrícolas. El aspecto clave de los escenarios son las emisiones de gases de efecto invernadero resultantes, al ser lo que determina el clima a futuro.
El primer escenario, SSP1: Sostenibilidad, plantea una transición gradual hacia el desarrollo sostenible con respeto a los límites planetarios. Se priorizarían objetivos sociales sobre el crecimiento económico, con inversiones en educación, salud y reducción de desigualdades. El consumo se orientaría a la baja intensidad energética y de recursos. La cooperación global facilitaría políticas ambientales efectivas, para lograr avances significativos en mitigación y adaptación.
En el segundo escenario, SSP2: Mitad del camino, las instituciones globales y nacionales avanzarían lentamente hacia los Objetivos de Desarrollos Sostenible. El crecimiento económico y el ingreso progresarían, pero con disparidades entre países y persistentes desigualdades. Aunque la intensidad del uso de recursos y energía disminuirían, la degradación ambiental continuaría. Los avances en reducción de vulnerabilidad climática serían insuficientes y mantendrían desafíos significativos.
El tercer escenario, SSP3: Rivalidad Regional, traería el surgimiento de un mundo fragmentado, con nacionalismos exacerbados. Los países priorizarían seguridad energética y alimentaria a costa del ambiente, al mismo tiempo que reducirían inversiones en educación y tecnología. El desarrollo económico sería lento, con alto consumo de materiales y desigualdades crecientes. La población crecería rápidamente en países en desarrollo, mientras que en naciones industrializadas se estancaría. La degradación ambiental se agravaría por la falta de cooperación global.
Para el cuarto escenario, SSP4: Desigualdad, las brechas económicas y políticas generarían sociedades altamente estratificadas, con poca cohesión social. Sectores pobres y poco educados trabajarían en economías intensivas en mano de obra, mientras élites controlarían tecnología y energía. El sector energético combinaría combustibles fósiles y renovables, pero las políticas ambientales solo protegerían zonas ricas. Los grupos vulnerables enfrentarían mayores riesgos climáticos sin mecanismos de adaptación efectivos.
En el último escenario, SSP5: Desarrollo basado en combustibles fósiles, se apostaría por mercados globalizados, innovación tecnológica y crecimiento económico acelerado. La explotación de combustibles fósiles y estilos de vida intensivos en recursos se generalizarían. Aunque habría avances en salud y educación, los impactos ambientales serían graves. Se confiaría en la geoingeniería para el manejo de cambio climático, pero la mitigación fallaría al no reducir emisiones. Las sociedades ricas se adaptarían, pero a costa de un planeta altamente contaminado.
Emisiones totales de CO2 por región, 2000-2024 |
|
Fuente: Agencia Internacional de Energía. |
Es incorrecto pensar que estos escenarios pueden darse de manera homogénea en todo el mundo. Las políticas socioeconómicas y ambientales, así como la percepción del cambio climático, son distintas entre países. Como se observa en el gráfico, China parece haber alcanzado la meseta de emisiones de CO2 desde 2024. Si bien no es la primera vez que existe una baja en sus emisiones, sí es la primera ocasión que la caída se debe al cambio en la matriz energética.
Emisiones de CO2 por país, 2023 |
|
Fuente: OBELA, con datos de World Population Review. |
El gigante asiático y el resto de los BRICS son responsables de 49.1% de las emisiones globales, frente a occidente que suma 50.9%; por tanto, los escenarios del IPCC se darían en un mundo fragmentado y liderado por Asia en la transición energética. Sin embargo, las medidas de China solo cubrirían una tercera parte de las emisiones. El 70% restante carece de esfuerzos suficientes para hacer frente a los problemas ambientales. De continuar con esta tendencia, el mundo se aproximaría a una combinación de los peores escenarios con sus consecuencias irreversibles.