Fecha: Sábado, Diciembre 21, 2019 - 11:12

A partir de 1990 la inversión extranjera en la minería es lo más negativo y desastroso que ha existido en la economía chilena en toda su historia. El colosal crecimiento de la producción minera por empresas privadas extranjeras ha sido considerado por “expertos” y los medios de comunicación como un gran éxito de nuestros gobernantes que lograron atraer mucha inversión extranjera.

A pesar de los enormes recursos que se necesitan para financiar las actuales demandas sociales, ninguno de los actores políticos y sociales que encabezan la protesta se ha pronunciado por la nacionalización de la gran minería.

Las mineras extranjeras practican la evasión tributaria impunemente en Chile: declaran pérdidas y de ese modo no pagan impuesto a la renta. La Mesa Social de la protesta piden satisfacer las demandas sociales, sin proponer medidas para financiarlas. Tampoco exigen la nacionalización de la gran minería, o legislar para que las empresas extranjeras que ocultan sus utilidades y por ende sus impuestos, paguen lo que corresponde

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Fecha: Sábado, Diciembre 21, 2019 - 10:56

En entrevista, Juan Carlos Moreno-Brid explica la importancia de implementar una reforma fiscal que permita fortalecer las finanzas públicas (ingresos, gastos y finanzas) para reducir la desigualdad, impulsar la inversión pública en proyectos eficientes y corregir los rezagos sociales.

Juan Carlos Moreno-Brid, doctor en Economía por la Universidad de Cambridge, especialista en políticas industriales y de financiamiento, ha señalado que “el crecimiento de la economía sí importa”, cuando los objetivos en el horizonte son impulsar la igualdad, el bienestar y un país más incluyente.

El académico advierte que paradójicamente se están aplicando políticas macroeconómicas de corte neoliberal que, en temporada electoral, se prometió, serían erradicadas.

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Análisis del OBELA         /          ( english version )

Historia crítica del FMI

Resumen:

Las circunstancias económicas y políticas que dieron pie al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial (BM) en 1944 han cambiado drásticamente a lo largo de casi setenta años.

El objeto para fundar el FMI fue mantener la estabilidad de la economía mundial para que no se repitiera una crisis como la de 1929. Sin embargo tras las crisis en Asia en 1997, Rusia en 1998, Argentina en el 2001-2002, y la estadounidense a partir del 2007, ¿para qué sirve el FMI ante una crisis?

La evidencia es que los ajustes en el Sur global promovidos por el FMI generaron mucho malestar y empobrecieron a la gente. La ruta convergente de crecimiento que llevaban América Latina y África hacia los niveles de Estados Unidos hasta 1982 terminó con la llamada crisis de la deuda y nunca se recuperó. Sin embargo dicha institución no tiene capacidad de actuación frente a la economía mayor del mundo. Estados Unidos maneja el peor déficit comercial registrado en su historia y absorbe los recursos financieros del resto del mundo generados por las políticas de superávit fiscal que el FMI considera prudentes.

Las paradojas de la crisis del capitalismo global

Resumen:

El mundo padece desde 2007 la peor crisis desde 1930. La crisis económica-financiera, expresada por seis etapas hasta la fecha, representa una crisis clásica de sobreproducción que requiere de un cambio en el patrón tecnológico siendo necesario, como propone Carlota Pérez, abrir espacio para la masificación de tecnologías ya existentes.

No obstante, hay por lo menos tres crisis que abarcan el campo social. La primera está relacionada con las economías desarrolladas como Estados Unidos y Europa que experimentan altos niveles de desempleo y dificultades en el pago de jubilaciones. Según proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el tamaño del Producto Interno Bruto (PIB) en la década iniciada, solo la economía de los Estados Unidos, Japón y Alemania quedarán entre las primeras siete economías, China será la primera economía en cinco años, y en diez Alemania habrá salido de la lista de siete mayores para dejar su lugar a Corea del Sur.

La segunda gira en torno a los conflictos derivados de la explotación minera y petrolera en Asia, África y América Latina organizándose movimientos en resistencia contra la degradación ambiental de gobiernos nacionales y empresas transnacionales. La tercera se caracteriza por los movimientos de migración a raíz de las contracciones económicas de los países desarrollados fomentando sentimientos xenófobos y en contra de los trabajadores extranjeros no documentados.

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