El panorama económico global del primer semestre del 2019 presenta un deterioro constante de la confianza con una creciente incertidumbre. Los retos que enfrentan los hacedores de política económica hoy en EEUU y Europa, enfrentan posiciones fiscales desfavorables, un margen ínfimo de manejo de política monetaria, y altísimos grados de incertidumbre. El producto de este escenario es que las curvas de rendimiento de los bonos de tesoro en EEUU, Japón, Alemania, Canadá, Reino Unido1 y México se han invertido, lo cual reafirma los temores de una posible recesión mundial.
La hostilidad internacional generada por el presidente Trump ha desalentado la inversión en EEUU, con consecuencias para el crecimiento potencial mundial. Las exportaciones dejaron de crecer y la tasa de inversión se tornó negativa. El motor que empuja la economía estadounidense en el 2019 es el gasto público, en particular el militar. No hay evidencia que el gasto militar arrastre la economía ni tampoco la expansión de crédito interno, antes. Desde el segundo trimestre del 2018 el crecimiento del PIB estadounidense lleva una tendencia descendente que continuará como efecto de todo lo anterior y de la guerra comercial.
En la Unión Europea, existen desacuerdos políticos que condicionan el crecimiento económico bajo desde la crisis del 2008 y que para este año se espera será de 1.6%. Por primera vez hay problemas con la economía alemana derivadas, no tanto de la baja en la tasa de crecimiento China de 6.4% a 6.2%, sino del cambio en el patrón de consumo de medios de transporte donde los chinos están liderando el uso de servicios tipo UBER y DIDI en lugar de tener autos propios. Se agrega la reducción y absorción de pérdidas del Deutsche Bank, el segundo banco más grande el mundo en el 2008 en fase de reorganización. Aún se esperan los aranceles que EEUU le aplicará a Alemania y la UE.
En lo que respecta a la exportación de autos, en China hay seis empresas que fabrican autos eléctricos y ya van por 3 millones de autos en circulación desde el 2016. Por ejemplo, a inicios del 2019, en Shenzhen, al sur de China, el 99 por ciento de sus 21,689 taxis eran vehículos eléctricos. Las marcas chinas son para consumo interno en esta etapa. Los autos a gasolina en general tienen las ventas con tendencia declinante en el mundo desde el 2016. Para Alemania esto es malas noticias salvo que se apuren en reconvertir su industria automotriz.
Para la Unión Europea uno de los principales problemas sigue siendo el Brexit, con la llegada de Boris Johnson como Primer Ministro (PM) de Reino Unido. Gran Bretaña crece a tasas menores del promedio de la OCDE desde el año 2016 y cerrará en 2019 con menos de 1% de crecimiento. Esto podría ser optimista dada la caída del PIB de 2% en el segundo trimestre del 2019. Su partida arrastrará el crecimiento europeo a la baja aún más.
América Latina está partida en dos. Los países grandes han optado por políticas recesivas. México, entró en una política recesiva de contracción del gasto público voluntariamente para lograr un superávit fiscal de 1.2% y reducción de deuda de 2% del PIB en el 2019. El costo en el crecimiento ha sido reducirlo de 2.2% a 1% y quizás menos. Brasil, crece a una tasa análoga a México, 0,8% también por políticas de ajuste fiscal. Argentina sigue en números rojos de -1.8% y Venezuela se está contrayendo 23% como efecto de las penalidades estadounidenses en gran parte. El resultado es que todos estos han sufrido rebajas en la calificación crediticia soberana, lo cual aumenta los costos de la deuda y consecuentemente imponen una restricción en cuanto a políticas contra-cíclicas que se podrían aplicar, menos México que quiere reanimar la economía inyectando gasto público en los sectores más pobres en el segundo semestre del 2019 sin tomar crédito.
De otro lado, entre los de América del Sur que crecen están Bolivia, que sigue con una tasa de crecimiento de 4,0% y lidera a los países que crecen de la costa Pacífica, Perú 3,2%, Colombia 3,1%, Chile 2,8%. Los demás tienen tasas de crecimiento debajo de 1%.
La interrogante mexicana es, habiendo optado por matar al perro para matar la sarna de la corrupción, cuánto se puede revivir al perro sin que regrese la enfermedad. Si la corrupción no cesa por los recortes fiscales del 2019, quizás sigan con estos recortes en el futuro, con fuertes consecuencias de bajo crecimiento. Si se suman los aranceles estadounidenses que más temprano que tarde EEUU volverán a ponerle al país, las perspectivas de crecimiento para el sexenio serán funestas. Lo lamentable es que no son visibles las sanciones de zona gris que ya le está imponiendo el país del Norte, por ejemplo, a los tomates, afectando al campo.
La predicción de obela.org es que la desaceleración global continuará y que se producirá una recesión en la mayoría de los países occidentales entre el último trimestre de 2019 y el segundo trimestre de 2020. Los EEUU han comenzado su descenso de crecimiento, al igual que el Reino Unido y Alemania. Con la desaceleración de EEUU, las economías centroamericanas se detendrán junto con México, en la medida que crecen juntas. América del Sur permanecerá estancada, con excepción de los países exportadores de productos básicos de la costa del Pacífico, que se verán perjudicados cuando los precios de los productos básicos bajen como consecuencia de ello. Los países asiáticos seguirán creciendo a tasas del 5,1%, 6,0% y 7,2%, respectivamente, para los países del ASEAN, China e India. Estos son el ejemplo del beneficio de tener una política de industrialización y autonomía en la toma de decisiones económicas.
1 https://www.bloomberg.com/news/articles/2019-07-04/german-yields-fall-below-ecb-deposit-rate-as-governments-cash-in?fbclid=IwAR0uZJRDl5CcOovbYjnE6r3Qhz-QEbZUrIZXfNL_Pt-4Bg3ew4iPSvsW5RQ