La Guerra Económica declarada en el 2018, a China por el entonces Presidente Trump, sumado al COVID-19 trajo consigo una repentina división de un mundo previamente globalizado, convertido ahora en un “mundo partido en dos”, Estados Unidos con su esfera de influencia y por otro lado al Dragon Rojo, China con la suya. Ambos gigantes económicos están en una competencia de grandes poderes por ver quien dominará los mercados y la innovación tecnológica. Al inicio de esta confrontación se han creado dos arquitecturas financieras internacionales, con monedas y políticas económicas diferentes. Las consecuencias de este conflicto se aprecian en la economía mundial actual. En este texto queremos presentar cómo la prensa económica occidental dejan ver a EEUU triunfante en esta competencia, sin serlo.
Los datos sugieren que China tiene ventaja tecnológica en esta competencia. Algunos ejemplos del liderazgo tecnológico son las innovaciones importantes como la red 5.5G camino a 6G, los avances en biotecnología y la delantera en términos de energías renovables y automóviles eléctricos e híbridos. Aun así, la prensa económica occidental, principalmente la anglosajona, mantiene el discurso que presenta un mundo sin cambios. Por ejemplo, la prensa hace pensar que EEUU lidera en autos eléctricos con Tesla. La evidencia de IEA es que en el 2020 Europa avanzaba la industria de autos eléctricos con ventas de 1.3 millones de autos, seguido de China con 1.1 millones, contra 0.3 millones en EEUU. Tesla fabricó y vendió en el 2020 en el mundo 499,550 unidades de todos los modelos. ( https://www.best-selling-cars.com/brands/2020-full-year-global-tesla-car-sales-worldwide/) En el 2023 China vendió 8 millones de autos, Europa 3.4 y EEUU 1.6. Tesla vendió 13% del total, gran parte fabricados en China. América latina es el principal vendedor de minerales a China, por esta industria parcialmente.
El gráfico muestra que la tasa de inversión China tiende al alza desde 1978, cuando Deng Xioping inició su proceso de reformas de mercado; mientras que en casi simultáneo las reformas neoliberales de Reagan tumbaron la tasa de inversión de EEUU desde casi 30% del PIB en 1982 a 22% en el 2017 con tendencia descendente. Es decir, los mercados primarios estarán centrados en China y Asia en el futuro previsible. El eje del comercio mundial pasó al Pacifico por esto.
Con la crisis del COVID la economía estadounidense experimentó una contracción significativa del PIB en el segundo trimestre del 2020, de 28 %; la mayor disminución trimestral registrada desde la SGM. El efecto fue una tasa de desocupación ampliada de 22.9%, (la tasa U6), la más alta desde la Gran Depresión. La tasa de desempleo U6 mide el número total de personas en la fuerza de trabajo, desempleadas o que buscan un empleo a tiempo completo, pero apenas consiguen uno de medio tiempo. Antes la tasa fue del 6.9% en 2019, y después, en el 2023, de 7.2% con tendencia creciente.
Ante la caída del 2020 la Reserva Federal implementó una política monetaria expansiva con medidas agresivas para salvar de la quiebra al sistema financiero. Algunas fueron la reducción de tasas de interés a 0.25%, y la implementación de programas de compra de activos financieros de baja calificación para prevenir el colapso económico y financiero, y sobre todo redinamizar la bolsa de valores. Cuatro años después del inicio de la pandemia, la economía de EEUU no termina de recuperarse, tiene una bolsa en auge, y una tasa de inflación que no logra bajar como esperaba el FED.
En contraste con lo anterior, China no tuvo una contracción económica en 2020, no tuvo ni tiene problemas de inflación porque compra energía a precios bajos de sanción económica (60 USD barril) y observa una tasa de crecimiento del PIB que si bien se ha ralentizado de 8.4% en 2018 a 5.2% en el 2023, lejos está de un estancamiento como descrito por los principales medios occidentales. La grafica muestra como ambos países siguen las mismas trayectorias, pero en niveles diferenciados.
En el siglo XXI el gigante asiático consolidó su posición como una potencia económica, tecnológica y política. Su relevancia se consideró una amenaza estratégica que llevó a la Guerra Económica en 2018 y durante pandemia de COVID-19, fue el único país importante que mantuvo un crecimiento alto (2.2%) a pesar de esto, en comparación con las economías occidentales que se contrajeron el 2020. Han sido reiterados como amenaza a la seguridad nacional aunque están centrados en la promoción del consumo interno, la inversión global en infraestructura y la innovación tecnológica. La tasa de inversión china en el siglo XXI está por encima del 40% del PIB, mientras que la estadounidense apenas sobrepasa el 20%. Por otro lado, EEUU, obstaculiza la importación de estas innovaciones, la que deja desengancha de las cadenas de valor a su industria. Quizás la prensa occidental deba dejar de crear una realidad ficticia para que Norma Desmond (Sunset Boulevard, dirección Billy Wilder, Paramount film, 1950) pueda actuar en la realidad.