El futuro de la política fiscal para América Latina (III)

Vie, 09/08/2023 - 00:22 -- bacosta

La Primera Cumbre Latinoamérica y el Caribe para una Tributación Global, realizada el 28 de julio de 2023, tuvo como objetivo ambicioso unificar las voces de la región en materia fiscal. Sin embargo, el evento no cumplió las expectativas y mostró limitaciones significativas, como la falta de acuerdos vinculantes, discrepancias entre países miembros y no miembros de la OCDE, y la falta de ambición en reformas de tratados de libre comercio y bilaterales. Este artículo analiza los resultados de la cumbre ante los desafíos de la transición energética.

Después de reuniones preparatorias el 2 y 3 de mayo de 2023, líderes de 16 de los 33 países latinoamericanos y del Caribe, encabezados por Chile, Brasil y Colombia, acordaron en la cumbre del 28 de julio establecer una plataforma permanente para colaboración fiscal. Resultó en la firma de una declaración conjunta, comprometiéndose a "facilitar el intercambio de información y reducir la competencia fiscal para aumentar la recaudación regional". La medida más destacada fue la aprobación del sistema de gobernanza de la "Plataforma Regional de Cooperación Tributaria para América Latina y el Caribe". Colombia liderará la presidencia por un año, y la CEPAL será la secretaría técnica, encargada de presentar un plan anual en seis meses.

Sin embargo, este acuerdo actualmente no parece generar acuerdos vinculantes. Aunque busca dar directrices contra la doble tributación, no muestra compromiso hacia obligaciones jurídicas ni mecanismos de solución de controversias en caso de incumplimientos. La ausencia de ministros (el único en esa categoría fue Ricardo Bonilla, sucesor de Ocampo en Colombia) y la presencia mayormente de cargos de segundo nivel señalan un acuerdo débil.

Recordemos que el objetivo primordial era superar los “dos pilares de la OCDE” hacia una visión más ambiciosa y unificada para la región. Sin embargo, persisten tensiones entre miembros y no miembros de la OCDE al respecto de cuanto y cómo alejarse de estas directrices. Además, una reforma fiscal coordinada parece distante sin abordar la modificación de tratados de libre comercio y bilaterales de inversión, o el problema de evasión y fuga de capitales a paraísos fiscales, temas que solo se tocaron superficialmente. El encuentro contó con una larga intervención de Joseph Stiglitz que profundizó sus críticas dirigidas contra los acuerdos de mínimos de la OCDE. Entre otras cosas advirtió sobre el riesgo de que sus propuestas, si ratificadas, podrían funcionar para América Latina en vez de como un impuesto mínimo como un impuesto máximo para las multinacionales del 15%. Es probable que estos conflictos volvamos a verlos en la Asamblea General de la ONU, a partir del 18 de septiembre, donde se llevará a cabo un debate sobre el desarrollo de un nuevo marco global para la política fiscal. Los países africanos, ninguno miembro de la OCDE, sí parecen haber llegado a una postura común.

Mientras tanto, Brasil se sumó a Chile, Ecuador y Colombia en sus esfuerzos recientes de reformas fiscales. Sin embargo, seguirán la ruta tradicional de aumentar ingresos mediante mayores impuestos al consumo, que suelen ser regresivos, posponiendo aumentos en impuestos sobre la renta o riqueza. La reforma brasileña busca simplificar su estructura tributaria, gravando productos solo en su lugar de destino, reduciendo así la competencia fiscal entre estados y municipios. También incorporará impuestos selectivos a productos perjudiciales para la salud y el medio ambiente.

Como señalamos anteriormente, aumentar los ingresos fiscales en América Latina es esencial para la transición energética. La dependencia actual de muchos países de la región al impuesto selectivo al consumo de gasolina y a las ganancias de las petroleras públicas, hacen este reto todavía más complicado. La Agencia Internacional de Energía estima que las inversiones en energías limpias en países en desarrollo deberían crecer entre cuatro y siete veces para lograr el objetivo de emisiones netas cero en 2050, destacando la importancia crucial de la inversión pública.[2]

La creación de una plataforma permanente de cooperación tributaria para América Latina y el Caribe es el logro más importante de esta cumbre. No obstante, en la actualidad, la falta de acuerdos vinculantes y la falta de voluntad para considerar reformas en los tratados bilaterales y de libre comercio reducen las expectativas de ir más allá de los acuerdos establecidos en la OCDE. La urgente necesidad de financiamiento para una transición energética sostenible se mantiene en un segundo plano debido a la capacidad de las grandes corporaciones para imponer sus intereses y a la incapacidad de los estados para separar sus fuentes de financiamiento del petróleo. Mientras tanto, las reformas fiscales a nivel nacional avanzan de manera cautelosa y se centran en los impuestos al consumo. La intervención de la ONU como un actor que busca desempeñar un papel más prominente en la supervisión de los asuntos fiscales internacionales indica la continuación de estas discusiones en otros foros.

 

 

 

 

 

[1] Post-doc IIEc y miembro del OBELA.

 

OBELA: Oscar Ugarteche, Bertín Acosta, Gabriela Ramírez, Alberto Tena, Monserrat Granillo, Patricio

Gonzales, Brandon Young.

 

[2] Países EMDE (Mercados emergentes y en desarrollo de África, Europa, América Latina, Oriente Medio y Asia, excluyendo China).

Tema de investigación: 
Integración y comercio