El comercio de América Latina con la región del Indo-Pacífico se ha dinamizado en la última década. Esto ha sido causado por la emergencia de China como potencia económica y por los esfuerzos de los mecanismos de integración latinoamericanos. En este lapso, las exportaciones de ALyC hacia la Unión Europea disminuyeron y con Estados Unidos se desaceleraron. Para los países latinoamericanos y caribeños, el cambio del centro de la economía mundial a la cuenca del Pacífico significa la oportunidad de disminuir su histórica dependencia con Occidente y el Atlántico Norte.
El regionalismo en el Indo-Pacífico se ha limitado a intereses comerciales. China es el actor principal en este proceso con su Iniciativa de la Franja y la Ruta. Un elemento significativo de ello es la creación de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP por sus siglas en inglés); con el 30% del PIB mundial, los países de la RCEP representan una alternativa para América Latina.
El regionalismo latinoamericano, en sus diferentes vertientes, se ha convertido en una forma de conectarse con otras regiones. La Alianza del Pacífico (AP), integrada por Chile, Colombia, México y Perú, apuesta por el libre comercio en la lógica neoliberal; por tanto, su vinculación externa se da en esos términos. En cuanto a su relación con Asia-Pacífico, este mecanismo cuenta con un acuerdo de cooperación con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y un Acuerdo de Libre Comercio con Singapur.
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) es principalmente un espacio de concertación política; sin embargo, en cuanto a cooperación económica, destaca el Foro CELAC-China. En este se ha propuesto dejar de utilizar el dólar para las transacciones comerciales. La CELAC ha tenido acercamientos con India, Japón y la ASEAN, pero la relación aún es poco significativa.
Centroamérica y el Caribe presentan pocos nexos con Asia-Pacífico. En el Sistema de Integración Centroamericana (SICA), Corea del Sur, India, Japón y Taiwán son socios para el desarrollo. Algunos países de esta subregión aún reconocen a Taiwán como Estado independiente. Por ello, la relación con Beijín no había sido estrecha; sin embargo, esto cambió a raíz del interés de Centroamérica en atraer financiamiento para infraestructura y tecnología desde la República Popular de China.
América del Sur es el bastión del comercio e inversiones chinas, también es la subregión más conectada económicamente con Asia-Pacífico. El MERCOSUR tiene un Acuerdo Preferencial de Comercio con India; Perú y Chile forman parte de la AP y del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TPP11). Brasil, la economía más grande la región, forma parte del Grupo de los BRICS lo que implica un vínculo comercial estrecho con China, India y Rusia.
El principal destino de las exportaciones latinoamericanas es Asia-Pacífico. Esta tendencia se puede observar en la última década (2011-2020) en cinco de las seis economías más grandes de América Latina (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, y Perú). A diferencia de sus pares sudamericanos, México aún tiene como mayor socio comercial a Estados Unidos.
Las exportaciones de las cinco economías más grandes de Sudamérica hacia los países de la RCEP superan por mucho a las que tienen por destino Estados Unidos y la Unión Europea. Las exportaciones hacia países de la RCEP crecieron, entre 2011 y 2019, en un 24% para Argentina, 28% para Brasil, 90% para Colombia, 60% para Perú y 2% en el caso chileno. En el mismo periodo, las exportaciones hacia Estados Unidos disminuyeron 2% para Brasil, 6% en Perú y 38% para Colombia; en Argentina y Chile sí se registró crecimiento (8% y 14% respectivamente).
El caso de México es ligeramente distinto al de Sudamérica. Estados Unidos es su principal socio comercial, el segundo es el bloque de la RCEP. Las exportaciones con destino a Asia-Pacífico han superado el comercio con la Unión Europea. Las exportaciones mexicanas han aumentado, entre 2011 y 2019, un 61% hacia la RCEP, 36% a EE. UU. y 34% a la UE.
El multilateralismo transpacífico está atravesado por el reacio intento de Estados Unidos por conservar su hegemonía. El Grupo QUAD (Australia, Japón, India y EE. UU) es otro proyecto alineado a los intereses geopolíticos estadounidenses. El Marco Económico para la Prosperidad del Indo-Pacífico (IPEF por sus siglas en ingles) es la iniciativa que impulsa Joe Biden para recuperar influencia en la región. El IPEF busca competir con la RCEP; sin embargo, los países del Sudeste asiático encuentran mejores oportunidades económicas y comerciales con China. Lo que le interesa a Washington en el Indo-Pacífico es contener a China, no el comercio o la integración.
China comienza a liderar por el lado de la persuasión económica, Estados Unidos opta por la coacción política y militar. El eje Atlántico noroccidental está enfrascado en una narrativa anacrónica; al mismo tiempo, Asia-Pacífico apuesta por el pragmatismo económico. Para América Latina este escenario es favorable para la diversificación de sus exportaciones, atracción de inversión en infraestructura, tecnología y de fuentes de financiamiento desde Beijín.