El panorama económico durante 2020 ha sido muy adverso en todo el mundo, a partir del confinamiento el empleo en EE.UU. y en el mundo ha caído más que en cualquier otra crisis. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), estima que por la pandemia se han perdido más de 140 millones de puestos de trabajo[1] en el mundo. A continuación, se muestra el panorama del trabajo con énfasis en EE.UU., los problemas para la medición del desempleo y un posible escenario en 2021.
Aproximadamente el 93% de los trabajadores en el mundo se han visto afectados de alguna manera ante cierres totales o parciales de las actividades económicas en un intento por contener la crisis sanitaria. De la estimación de pérdida de empleo presentada por la OIT, más de 80 millones no tienen participación laboral, es decir se encuentran retirados del mercado de trabajo, no se declaran disponibles para laborar ni buscar un trabajo.
Los sectores más afectados en cuestión laboral fueron servicios, particularmente restauración, construcción y hotelería, con caídas de más de dos dígitos en su ocupación. La región más afectada en el mundo fue América Latina, con el aumento del porcentaje de personas sin participación laboral en un 6.3%. Se perdieron 32.8% de las horas de trabajo entre los primeros dos trimestres del 2020.
En EE.UU. entre los primeros dos trimestres del 2020 los ingresos laborales se desplomaron 9%, las horas de trabajo disminuyeron 16%, y la ocupación total cayó 12% en el país norteamericano. Los sectores de servicios fueron afectados, particularmente el hotelería y el ocio, en donde la ocupación en abril cayó a la mitad de enero.
El paro en EE. UU., según cifras oficiales de su Departamento de Trabajo (DOL, por sus siglas en inglés), alcanzó 15% en abril de 2020, en contraste con el 10% que alcanzó en el marco de la crisis de 2008, lo que significa la peor cifra en la historia reciente. El desempleo golpeó de forma más aguda a la población latina que a cualquier otro grupo étnico en el país, con 17%. Esto, por sí solo es alarmante, sin embargo, esta estadística deja fuera a una gran parte de la población que no está empleada. El desempleo se refiere a personas que se encuentran buscando trabajo, o que quisieran trabajar más horas, esto se le conoce como U-3 y es la tasa oficial de desempleo oficial.
La U-3 deja fuera a las personas que ya no buscan empleo, a las que no esperan encontrarlo y a las que ni siquiera dicen que les gustaría tenerlo. Este último grupo comprende a los que llevan más de dos años buscando y han perdido la esperanza, aunque estén en la Población Activa (PEA). Un indicador menos recurrente pero más útil es el llamado U-6. Este indicador muestra el total de personas desempleadas. Incluye todas las personas marginadas laboralmente que actualmente no trabajan ni buscan; que están disponibles y que han buscado recientemente una ocupación remunerada; también tiene en cuenta el número total de empleados a tiempo parcial que desearían un empleo a tiempo completo. La cifra es un porcentaje de la PEA, más todas las personas marginadas laboralmente. Es decir, un indicador mucho más amplio y mucho más cercano al problema real del empleo.
El gobierno de EE.UU. registró el mayor aumento de la historia del seguro de desempleo, con 6,6 millones de solicitudes sólo en la primera semana de abril. Aunque han disminuido a lo largo del año, las solicitudes de seguro de desempleo se mantienen estables, casi cuatro veces por encima de los niveles anteriores en marzo de 2020. Al mismo tiempo, el desempleo medido como U-6 aumentó.
Sin embargo, las autoridades laborales estadounidenses esperan que gran parte de los puestos de trabajo tarden en rescatarse. La vacunación masiva parece la única forma de acabar con la crisis de confinamiento y laboral. A medida que las vacunas lleguen a más personas, la economía podrá reabrirse y comenzar su recuperación.
El empleo poco calificados de servicios, que realiza la población latina residente EE.UU, será especialmente afectada, por ello, buena parte de los flujos de remesas que se destinan a sus países de origen disminuyen, para quienes recién migraron, la caída es peor. Esto afecta principalmente a países centroamericanos y caribeños en mayor medida que a Sudamérica.
Más allá de la coyuntura, la cantidad de trabajadores que recurren a más de un empleo para mantener su nivel de vida se ha duplicado desde 2000. La economía estadounidense se enfrenta a un entorno laboral muy adverso y al reto de crear condiciones propicias para una sólida recuperación económica.
La vacunación generalizada podrá llevar mucho tiempo, lo cual va a condenar a gran parte del mundo a un confinamiento, a un desempleo más prolongado y a condiciones de vida más empobrecidas. La caída fue rápida y la recuperación será lenta.
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[1] Esta cifra se calcula a partir de una estimación de OIT sobre la ocupación sin pandemia en 2020