Según la Academia de la Lengua Española, se entiende por sátrapa a la “persona que gobierna despótica y arbitrariamente y que hace ostentación de su poder”. No existe un sustantivo adjetivado más exacto para definir al actual presidente de EEUU. Este tipo de gobernante fue más común observarlo en Estados frágiles con burguesías dependientes de la época de la doctrina de seguridad y desarrollo (1950 a 1980). Ésta era la época cuando EEUU auspiciaba golpes de Estado y prefería militares afines a ellos –ante la posibilidad de la amenaza comunista – que demócratas reformistas. Algunos ejemplos son Fulgencio Batista de Cuba (1940 a 1959), Rafael Leónidas y Héctor Trujillo de República Domicana (1930 a 1960) y los Somoza, padre e hijos de Nicaragua (1934 a 1979), todos ejemplares de libro de texto.
Se hará un ejercicio de comprensión sobre la manera cómo: 1) un sujeto como el actual presidente de EEUU, más cerca del Americano Feo de Eugene Burdick y William Lederer, que de un presidente al servicio de la libertad y la democracia, capaz de antagonizar a propios y ajenos, llegó a ser el actual presidente estadounidense, y 2) qué tipo de gobierno podría implementar. Una explicación posible a la primera cuestión gira en torno a la masa de votantes estadounidense, ignorante, xenófoba, racista, homofóbica y clasista. Los otros no parecen haber votado. El problema al margen de la arbitrariedad, para la segunda, es que como jefe de Estado del país más influyente del mundo debe ser tolerado por los líderes políticos mundiales, asimilado por la estructura interna administrativa de EEUU y, en ocasiones, incluso ser frenado.
Trump es un sátrapa en el cargo de Presidente sin la talla de un Jefe de Estado ni el conocimiento de los intereses del Estado. Ha demostrado no tiene ni la más menor idea de qué implica que el Presidente de EUU diga una cosa u otra, ni le interesa. Sus declaraciones son después de un curso de golf, en alguno de sus clubs, acompañado generalmente por su esposa e hija.
Otro rasgo de su satrapía radica en cómo considera a la prensa que de opposición, como generadora de comunicación falsa (fake news) mientras que la alineada y leal genera buenas noticias (good news). En su mundo simplista polarizado de fuerzas del bien y del mal, él es la fuerza del bien y el resto, la del mal. No obstante, en ningún plano se han normalizado sus bravuconadas y desatinos diplomáticos, su ignorancia histórica, su búsqueda de impunidad (ante la no presentación de su declaración jurada de impuestos y las numerosas investigaciones sobre sus relaciones empresariales y políticas con Rusia) y el desdén por la opinión pública. Él, por su parte, se vuelve cada vez más violento.
Para gobernar, un sátrapa avanza con el vaciamiento del Estado e instala a su familia en los puestos de control; el sátrapa gobierna con su familia, para su familia y en familia. Este vaciamiento se muestra en las numerosas y crecientes vacantes en el Poder Ejecutivo estadounidense. A pesar de esto, no ha tenido fuerza ni para impulsar ninguna de sus promesas de campaña ni ha completado todos los puestos en el Poder Ejecutivo. Están vacantes, o no han sido ratificados, el Consejo de asesores económicos de la Casa Blanca, el Consejo de Representantes de Comercio, el Consejo Estratégico de Comercio del Departamento de Comercio, la Agencia de Protección Ambiental, puestos altos del Departamento de Estado, y diversos puestos de representantes y cuerpos de asesores del aparato de Estado.
Bajo estas condiciones, la posibilidad de gestión política de los problemas económicos, militares y sociales no puede ser democrática. Frente a la renegociación del TLCAN con México y Canadá, ¡el futuro del 26.5% del PIB global!, EEUU no cuenta con un Consejo de Asesores Económicos, no tiene confirmados al Director de la Oficina de Políticas de Ciencia y Tecnología, ni al Director de la Oficina Nacional de Políticas de Control de Drogas. Incluso, semanas previas al inicio de las rondas de negociación, Trump desmanteló el Consejo de Asesores de Manufacturas y el Foro de Política y Estrategia, cuyos miembros son los directores de firmas transnacionales como: Boeing, General Electric, IBM, Tesla, JPMorgan, Intel, Ford, Dell, Wallmart, entre otras.
Así como las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio más importante del mundo tiene implicaciones en el resto de la estructura comercial y productiva global, la aparición de un sátrapa en el ejecutivo de EEUU ha comenzado a tener implicaciones en el resto del mundo. La derecha radical encontró apoyo moral en Trump, como se vio en la marcha de Charleston, Virginia. Globalmente ha podido observarse, también, el ascenso de las fuerza radicales de derecha tras el Brexit en Gran Bretaña; del partido neonazi Alternativa para Alemania al Parlamento Alemán; el creciente apoyo a Marine Le Pren en Francia. Aunque sátrapa, este hombre tiene, no obstante, el mando militar y ejecutivo de EEUU.
Trump, el sátrapa, ha afianzado su deseo de sustituir la política exterior por política militar, lo cual es un riesgo para Latinoamérica y el mundo. Será vital la respuesta regional que den los gobiernos latinoamericanos, a la arbitrariedad comercial, las intervenciones militares, las pseudo-ayudas humanitarias y las incursiones democráticas.
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i Investigador Titular IIEc-UNAM / SNI. Coordinador del proyecto OBELA
ii Proyecto OBELA