El año 2023 se destacó por establecer varios récords históricos. Los niveles de gases de efecto invernadero, las temperaturas globales, el aumento del nivel del mar y el deshielo marino antártico alcanzaron cifras sin precedentes. Fue el año más cálido desde que comenzaron los registros globales en 1850, con una temperatura 1.18°C por encima del promedio del siglo XX. Los cambios drásticos en los patrones climáticos, potenciados por el calentamiento global, causaron impactos significativos en el medio ambiente, la sociedad y la economía a nivel mundial.
El 2023 registró una temperatura promedio global de 14.98°C, siendo 0.17°C más alta que el valor anual más alto previo en 2016. Esta cifra supera en 0.60°C el promedio del siglo pasado y en 1.48°C el nivel preindustrial de 1850-1900. Cada mes de junio a diciembre de 2023 fue más caluroso que cualquier mes correspondiente en años anteriores, con julio y agosto como los dos meses con los registros más altos.
Como podemos observar en la imagen, las anomalías de altas temperaturas han aumentado significativamente desde principios de la década de los 80’s. Desde el 2020, estas anomalías se han acercado cada vez más a 1°C y, en el caso del 2023, esa brecha fue superada. Por primera vez en los registros, cada día del año 23 superó 1°C por encima del nivel preindustrial para esa época del año. Cerca del 50% de los días estuvieron más de 1.5°C más cálidos, y dos días en noviembre estuvieron, por primera vez, sobre los 2°C.
La temperatura del océano también experimentó un importante aumento. El 2023 fue el primer año en el que las temperaturas promedio globales de la superficie del océano superaron 1°C en comparación con los niveles preindustriales. Como se ha discutido en notas anteriores, el incremento de la temperatura de la superficie oceánica provoca menor absorción de CO2 y pérdida de fauna marina, lo que disminuye la pesca y el empleo derivado, y presiona los precios de los frutos del mar.
Durante 2023 hubo eventos climáticos extremos mundiales tales como inundaciones, incendios forestales, sequías y olas de calor que afectaron gravemente la salud, los ecosistemas, la naturaleza y la infraestructura. La potencia de estos se vio exacerbada por el cambio climático. Las inundaciones asociadas con lluvias extremas del Ciclón Mediterráneo Daniel, El Huracán Otis en México, El Ciclón Tropical Freddy en África y el Ciclón Mocha en el Golfo de Bengala tuvieron devastadoras consecuencias al provocar, destrucción de ciudades, cultivos, y pérdidas y desplazamientos humanos.
Los incendios forestales en Canadá batieron récords con 18.5 millones de hectáreas quemadas, seis veces más que el promedio de 10 años. En Chile, los incendios consumieron casi medio millón de hectáreas en el centro y sur del país, poco más de 6 mil de ellas eran de cultivos. Por su parte, Hawái sufrió el incendio más mortal del año con al menos 99 muertes. En el Cuerno de África, cinco años de sequía seguidos de inundaciones causaron desplazamientos humanos. La sequía disminuyó la capacidad del suelo para absorber agua, lo que aumentó el riesgo de inundaciones durante la temporada de lluvias en abril y mayo.
En el caso de América Central y del Sur, la sequía prolongada causó pérdidas de cultivos y escasez de agua. En Argentina la producción de soja y de trigo experimentó una caída del 54% y 48% respectivamente. En agosto, la actividad agrícola disminuyó un 27.1%, mientras que las exportaciones de productos primarios cayeron un 35.7%. En Uruguay, la sequía afectó a todo el país, por la salinidad del agua en el sistema de agua potable de Montevideo derivada del uso de agua de mar reciclada. El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) reportó pérdidas históricas por US$1,809 millones en agricultura.
En Brasil, el 16 % del territorio enfrenta desertificación, lo que afecta a 31 millones de personas. La sequía en el Amazonas, que comenzó a mediados de 2023, aumentó la cantidad de incendios y provocó pérdidas agrícolas y escasez de agua y alimentos. Los ríos alcanzaron mínimos históricos y el calor mató a miles de peces, incluyendo 150 delfines rosados. Los expertos argumentan que la sequía puede extenderse hasta junio de 2024.
El Global Carbon Project estima que las emisiones mundiales de dióxido de carbono superarán los 40 mil millones de toneladas en 2023, con cerca de 37 mil millones de toneladas provenientes de combustibles fósiles. En general, las emisiones aumentaron un 1.1% en comparación con los niveles de 2022. Si los niveles actuales de emisiones de CO2 persisten, el presupuesto de carbono restante para tener un 50% de probabilidades de limitar el calentamiento a 1.5 °C podría excederse en siete años. Mientras las emisiones no disminuyan, los eventos climatológicos que vimos en el 2023 se convertirán en la nueva normalidad. Estos acontecimientos agravaron los problemas relacionados con la seguridad alimentaria, acrecentaron los migrantes climáticos e impactaron en grupos vulnerables.