La Crisis Hídrica y las exportaciones agroalimentarias (de agua) en México
Edwin J. Higinio S.[1], OBELA[2]
La crisis hídrica en México se ha intensificado en los últimos años, exacerbada por factores como el cambio climático, la urbanización y su uso ineficiente. El país se enfrenta a un dilema debido a que gran parte del H2O disponible se destina al sector agroalimentario exportador. Además, existe una creciente demanda de alimentos para la economía nacional lo que, sumado, hace que la agricultura sea una importante consumidora del líquido elemento. A medida que las exportaciones de cultivos y ganado han crecido de manera constante, también la presión sobre los recursos hídricos locales, lo que ha llevado a muchas regiones a experimentar una presión alarmante en la disponibilidad de este elemento. El artículo examina la interrelación entre el consumo del elemento acuoso, la huella hídrica de los productos agroalimentarios y las exportaciones, para poner de relieve la necesidad urgente de implementar políticas productivas sostenibles en un contexto de cambio climático y crisis.
La Crisis Hídrica
La crisis hídrica se define como la insuficiencia de agua potable para satisfacer las necesidades de una población determinada. Sus principales características son el uso excesivo de reservas subterráneas, contaminación desmesurada del elemento. La mencionada crisis en México se ha intensificado debido a varios factores interrelacionados. Luego de la peor sequía en setenta años, en 2011, el fenómeno se ha acentuado más desde el 2019 y el 2023 es el peor registrado hasta ahora. Todo es producto del cambio climático y se agrava por la creciente producción agroalimentaria exportadora y el aumento de la urbanización.
Según el Informe Mundial sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2023, el uso del líquido ha aumentado un 1% anualmente en las últimas cuatro décadas y se proyecta que continuará en esta tendencia hasta 2050. El incremento en el consumo incide en la flora y fauna de los biomas acuáticos, poniendo en riesgo la supervivencia de diversas especies. La desaparición de vegetación reduce la capacidad de los ecosistemas para absorber dióxido de carbono, lo que favorece el cambio climático y, consecuentemente, el calentamiento global. Las recurrentes sequías incrementan la evaporación y reducen las precipitaciones, de este modo se genera un círculo vicioso.
El concepto de estrés hídrico es fundamental en el contexto de cambio climático, sequías y crisis de escasez global. Es la condición en la que la demanda del elemento supera la cantidad disponible, o es mayor que la capacidad que tienen los recursos para reabastecerse de manera natural en una región. Se considera que esta condición existe cuando se utiliza más del 40% del líquido aprovechable. El indicador compara el volumen total de agua retirada y consumida en un año con el total disponible en los ríos, lagos y acuíferos en un espacio geográfico.
En el continente americano algunas regiones de Estados Unidos y Chile, así como gran parte del territorio mexicano se encuentran con un nivel de estrés hídrico extremadamente alto (más de 80%). En México, regiones clave para la producción agroalimentaria como el Bajío y el norte (zonas áridas), sufren de sequías recurrentes que han reducido significativamente la disponibilidad de líquido elemento tanto para el consumo humano como para la agricultura y algunas industrias.
La práctica de cultivar en un clima árido (que reduce la incidencia de plagas) con la implementación de una irrigación eficiente ha permitido la producción de alimentos para exportación, a pesar de las condiciones naturales menos favorables. En el Perú el desierto de las regiones de Arequipa, Ica, la Libertad y Lambayeque se han convertido en centros importantes para la agricultura intensiva, por ejemplo de arándanos, espárragos, limones y uvas, gracias a los megaproyectos de irrigación que aprovechan los ríos que nacen en los Andes.
En México, la situación es especialmente preocupante en estados del centro-norte, como Zacatecas y Nuevo León. Durante la primera mitad del 2024, 52 de 58 municipios del primero experimentaron sequías de moderadas a extremas. De otro lado, el estado es clave para producción de cerveza que se exporta. La planta más grande de grupo Modelo se encuentra en el municipio de Calera, con una producción de 24 millones (17% del total anual producido) de hectolitros de cerveza al año. El subdirector de Admisión del Agua en la Dirección Local de Conagua afirma que la planta utiliza actualmente un volumen de 6.4 millones de metros cúbicos del recurso natural en medio del desierto, donde se encuentra. El acuífero de Calera, de donde se abastece la fábrica, es el segundo más explotado a nivel nacional de acuerdo con Conagua. El primero es el Río Lerma, ubicado en el estado de Guanajuato, ubicado en la región Poniente.
Al mismo tiempo, en Nuevo León (localizado al Norte) también las embotelladoras y cerveceras extraen grandes cantidades de los acuíferos subterráneos. Conagua reportó que siete de los ocho municipios del área metropolitana de Monterrey se clasifican como anormalmente secos, agravado por el calentamiento global, la agricultura exportadora, el Nearshoring y la falta de una política de gestión. Allí se observa una clara preferencia por satisfacer las necesidades de la agricultura y la industria de exportación. Lo anterior se traduce en cortes de suministro de agua a la población.
En 2022, Conagua declaró la sobreexplotación del acuífero de Ziracuaretiro en Michoacán, clave para el cultivo de aguacate (palta en Sudamérica), debido a la extracción masiva de agua para las plantaciones. Además, en municipios como Uruapan y Tacámbaro, la falta del recurso ha provocado cortes prolongados en el suministro, mientras que los productores de aguacate hacen un uso intensivo del mismo.
Panorama de las Exportaciones.
México ocupa el duodécimo lugar en la producción mundial de alimentos, lo que subraya la importancia de este sector para la economía nacional y mundial. Asimismo, el país se posiciona en el vigésimo puesto global en cuanto al número de personas empleadas en los sectores agropecuario y pesquero con una Población Económica Activa (PEA) de 6.5 millones. En 2023 las exportaciones agroalimentarias representaron el 54% de las totales del país.
Cuadro 1. Principales productos Agroalimentarios exportados. México 2022 (Millones de USD) |
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Año |
Valor |
Cerveza |
$ 6,083 |
Tequila |
$ 4,085 |
Frutos Rojos |
$ 3,789 |
Aguacate |
$ 3,368 |
Carne de bovino |
$ 2,238 |
Jitomate |
$ 2,143 |
Galletas dulces |
$ 1,182 |
Confitería |
$ 1,138 |
Pimiento |
$ 1,124 |
Azúcar |
$ 1,012 |
Fuente: OBELA, con datos de la Secretaría de Desarrollo Rural |
El Cuadro 1 muestra las principales agroexportaciones del país en 2022. El gran volumen de su expedición implica un uso intensivo del elemento acuoso añadido al proceso de fabricación y cultivo. La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México informó que entre enero del 2010 y fines del 2023, las exportaciones agroalimentarias crecieron de un total de 9,732 toneladas a 26,428 toneladas y mantienen una tendencia alcista. Productos como uvas, café, jitomates (tomates rojos) y otras hortalizas registran incrementos notables en su valor de exportación.
Fuente: OBELA con datos de FAO |
El Consumo de Agua en la Producción Agroalimentaria
En México, aproximadamente el 76% del recurso disponible se destina a la agricultura. Para entender mejor la situación se usará el concepto la huella hídrica (HH), que se define como el volumen total de agua (litros) utilizado desde la producción hasta el consumo final de un producto, e incluye la necesaria para disipar sus contaminantes (fertilizantes e insecticidas). El parámetro se compone de tres tipos de aua, azul (superficial y subterránea), verde (lluvia almacenada en el suelo), es decir limpia, y gris (contaminada durante los procesos). El indicador se clasifica en tres niveles; alto - más de 2500 litros por kilo; mediano - de 700 a 2500 litros por kilo: y pequeño - menos de 700 litros por kilo.
Al analizar HH de los productos exportados es posible cuantificar la cantidad del recurso requerida para cultivar y procesarlos, se puede evidenciar cómo la demanda de estos bienes intensifica la presión sobre la naturaleza, lo que afecta al consumo doméstico del mismo.
Cuadro2. Huella Hídrica y su composición de los principales productos exportados. México 2022 |
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Producto |
Litros de Agua por Kilo |
Agua azul |
Agua verde |
Agua Azul |
HH |
Carne de bovino |
15,459 |
4% |
94% |
3% |
alta |
Aguacate |
1,164 |
10% |
72% |
7% |
Media |
Pimiento |
370 |
11% |
63% |
26% |
Baja |
Frutos Rojos |
335 |
31% |
58% |
11% |
Baja |
Cerveza |
304 |
5% |
8% |
9% |
Baja |
Jitomate |
135 |
29% |
50% |
20% |
Baja |
Fuente: OBELA, con datos de FAO |
El Cuadro 2 presenta la HH de diversos productos agroalimentarios en México. Se destaca la carne de bovino, que supera los 15,000 litros por kilo, con una HH alta, lo que refleja su alta demanda de agua, y el aguacate, con una HH media de 1,164 litros por kilo. Los productos con baja HH son el pimiento, los frutos rojos, la cerveza y el jitomate.
Además, los litros del líquido vital asociado con su elaboración, de productos como la cerveza, el aguacate y el jitomate (tomate rojo) contienen una gran cantidad de agua en su forma final. Lo previo significa que, se realiza una exportación directa del recurso. Así, la exportación de estos no solo implica su extracción durante la producción, sino también la transferencia contenida en el producto final hacia mercados internacionales.
Conclusión
El modelo agroexportador, de México y otros países desérticos de América Latina, aunque contribuye al crecimiento económico, y al empleo, también intensifica la crisis al priorizar cultivos intensivos en agua para el mercado internacional.
La actual presidenta de México aseguró en su toma de protesta que, durante su administración, se implementarán reformas para garantizar el uso adecuado del agua. Entre los cambios propuestos destacan la tecnificación del riego en zonas específicas, un programa para asegurar el acceso al agua en el Valle de México e Hidalgo, y el saneamiento de los tres ríos más contaminados (Lerma, Tula y Atoyac). También afirmó que se comenzará a ordenar las concesiones y la transmisión de derechos de agua.
Si bien estas políticas son necesarias, carecen de una crítica al modelo agroexportador, el cual resulta incompatible con los desafíos que plantea el cambio climático. Aunque las propuestas son bienintencionadas, resultan insuficientes sin un cuestionamiento de fondo. Hace falta una política hídrica integral que no solo contemple la regeneración de ecosistemas esenciales para mantener el flujo fluvial y la infiltración de agua, sino también una revisión del modelo de producción, que es en gran medida responsable del agotamiento de los recursos. Sin una reforma estructural, el modelo agroexportador continuará con su contribución al agotamiento de los recursos, al calentamiento global y a un mayor riesgo tanto a la seguridad hídrica como alimentaria del país.